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Gara > Idatzia > Jendartea 2006-03-11
Situación de la prisión de Langraiz
El último preso aparecido muerto había denunciado al ex subdirector de Seguridad
·El joven bilbaino relataba en una carta entregada a la jueza que le habian inducido al suicidio

La asociación de apoyo a presos Salhaketa dio a conocer ayer una carta de F.M.O.T., joven bilbaino encontrado muerto el pasado jueves en su celda de la prisión de Langraiz, en la que denunciaba ante el juzgado de Gasteiz al ex subdirector de Seguridad de dicho centro penitenciario, Mariano Merino. En la misiva relataba que había sido objeto de «malos tratos físicos y síquicos» y que había sufrido un «intento de agresión sexual» al intentarle, según contaba en la denuncia, introducir una porra en el ano. Aseguraba, además, que varios funcionarios le habían «invitado» a suicidarse.

GASTEIZ

La persona presa que apareció muerta la tarde del jueves en la prisión de Langraiz había interpuesto una denuncia contra el ex subdirector de Seguridad del centro penitenciario, Mariano Merino, por haber acosado sexualmente a su compañera sentimental. Según la versión oficial, los funcionarios de la prisión hallaron alrededor de las 17.00 a F.M.O.T., bilbaino de 33 años, «ahorcado con un trozo de sábana de las rejas de la ventana de la celda».

En la carta-denuncia que éste remitió al juzgado de guardia de Gasteiz, fechada el 27 de setiembre de 2005 en el centro penitenciario de Dueñas, aseguraba que, además de haber sufrido «malos tratos físicos, síquicos, sociológicos y veja- ciones», había sido objeto de un intento de agresión sexual «al intentar meterme la porra por el ano», según explicaba.

En la misiva recordaba que el 28 de julio de 2005, estando esposado de pies y manos en una celda de aislamiento, «abusaron de mi situación y de mi posición para hacerme daño». Explicaba además el dolor que le originaron las lesiones causadas en el recto, «por el que estuve sangrando unos quince días».

El preso fallecido relataba que le habían incitado al suicidio, «invitándome a que lo hiciera en varias ocasiones», así como el momento en el que le dijeron que se le iban a quitar las ganas de denunciar a los funcionarios. «Estuve en todo momento con 4 ó 5 funcionarios rodeado, y con las esposas puestas y el palizón que me dieron, ya perdí los nervios y rompí a llorar y supliqué que, por favor, me mataran», narraba.

También explicaba el procedimiento que, supuestamente, siguen los funcionarios desde que cogen a un interno «que esté un poco deprimido» y empiezan «los malos tratos sicológicos», para, posteriormente, proseguir con los «físicos, vejaciones y demás faltas de respeto y humillaciones».

«Empieza por el cuello»

La carta aseguraba que «te empiezan a convencer de que eres la oveja negra de la familia, de la sociedad» y que cuando «te ven derrotado, llorando y arrepentido, te dan soluciones, y la que más te dan es que te suicides». Señalaba, incluso, que le habían ofrecido un cúter, mientras le aconsejaban: «empieza por el cuello, que acabas antes». Este bilbaino dijo comprender por qué se habían suicidado sus compañeros en Langraiz. «Ellos han podido suicidarse y librarse de estas torturas, pero yo no he podido», lamentaba al tiempo que subrayaba que «te hunden de tal manera que te sientes basura, y decides que la razón la tienen ellos, los funcionarios, y la solución es el suicidio».

Este preso se ratificó en su denuncia, el pasado 11 de enero, en el juzgado de instrucción número 2 de Gasteiz, donde declaró ante la juez que instruye el caso contra el ex subdirector de Seguridad de Langraiz. Explicó que estas presiones le vinieron por haber denunciado el supuesto acoso sexual sufrido por su compañera sentimental, presa como él, por parte de Mariano Merino. Según indicó ayer Salhaketa, el mismo funcionario le confirmó al fallecido que estaba acosando a su compañera, por lo que decidió denunciarlo. En su denuncia el preso muerto afirmaba que Merino y otros funcionarios le habían acosado y maltratado tras haber puesto la denuncia.

Este fallecimiento ha impactado a Salhaketa. Su coordinador en Bizkaia, Carlos Hernández, aseguró que desconocía que F.M.O.T. estuviera en Langraiz. Le trasladaron de la prisión de Dueñas el pasado 2 de marzo, ya que tenía una causa pendiente. Había prestado declaración ante un juez de Barakaldo el mismo jueves por la mañana, horas antes de que apareciese muerto. Lamentaba que «en cuanto le han llevado a Nanclares ha aguantado ocho días».

Hernández se escribía con el preso fallecido desde que éste interpuso la denuncia contra Mariano Merino, el pasado mes de setiembre. Afirmó que estaba «muy deteriorado». Salhaketa ya advirtió el pasado 11 de enero, día en el que el denunciante pasó ante la juez para ratificar la denuncia contra Merino, de su preocupante estado. «Hasta la propia jueza se había quedado preocupada por lo mal que lo había visto», dijo.

Hernández mostró su intención de hablar con la jueza de instrucción, «ya que este preso estaba denunciando una inducción al suicidio ­que era en grado de tentativa­ y, ahora, ha habido una muerte». Se le solicitará que investigue «con profundidad» todo lo ocurrido.

Según Hernández, tras lo ocurrido, se puede concluir que cualquier preso que se atreva a denunciar lo que ocurre en el centro penitenciario de Langraiz «acaba sufriendo una serie de tensiones y presiones que le llevan a la muerte».

Anunció, asimismo, que Salhaketa pedirá «inmediatas explicaciones» al director del centro penitenciario, Juan Antonio Pérez Zárate. Denunció asimismo que, hasta ahora, «siempre han dado la callada por respuesta. Habrá que ver qué dicen ahora y qué actitud adopta el nuevo director».

Hasta el momento, son cuatro las presas de Langraiz que han denunciado al ex subdirector de Seguridad por supuestas coacciones sexuales. La primera denuncia se interpuso en marzo del año pasado, y un mes más tarde llegaría la segunda. Otras dos mujeres reconocieron ante la juez que instruye el caso haber sido objeto de dichas coacciones cuando estaban declarando en calidad de testigos. Mariano Merino también ha sido denunciado por tres hombres por presuntas coacciones económicas, intento de agresión sexual e inducción al suicidio. El fallecido el jueves era uno de ellos. Salhaketa advirtió ese mismo día de posibles «situaciones irregulares» que todavía no hayan sido denunciadas.



La Pastoral Penitenciaria pide un cambio en el sistema
El responsable de la Pastoral Penitenciaria de la Conferencia Episcopal Española, el padre José Fernández de Pinedo, manifestó que el sistema de macrocárceles vigente «resulta inhumano» y que «hace prácticamente

imposible la reinserción de los presos». Apostó, asimismo, por una estructura en la que «la persona que ha delinquido pueda ser protagonista de su vida» y los funcionarios «más educadores que vigilantes, más acompañantes que amenaza para las personas a las que atienden en su labor». -



Exigen el cierre «inmediato» de Langraiz y una investigación exhaustiva

GASTEIZ

Las muestras de repulsa por esta nueva muerte no se han hecho esperar. El Ararteko, Iñigo Lamarka, expresó su «dolor» y pidió a Instituciones Penitenciarias una investigación que «llegue a sus últimas consecuencias». Instó, asimismo, «a todas las administraciones competentes y a toda la sociedad vasca» a que «reaccione ante el estado de nuestras prisiones».

El consejero de Justicia, Empleo y Seguridad Social de Lakua, Joseba Azkarraga, manifestó que este fallecimiento supone «un jarro de agua fría», porque creían que todos los problemas de este centro se habían solucionado tras la última reunión que mantuvo con la directora de Instituciones Penitenciarias, Mercedes Gallizo.

Informó de que ayer mismo habló con Gallizo para solicitarle un nuevo encuentro que, aunque todavía no ha sido fijado, se producirá «la semana que viene o la próxima».

Batasuna, por su parte, exigió el cierre «inmediato de la cárcel de exterminio» de Langraiz. Denunció «la opacidad total y absoluta» de las prisiones, donde, a su entender, «resulta del todo imposible saber qué está aconteciendo en su interior».

Reiteró que si no hay modo de asegurar un «funcionamiento correcto y ajustado a la dignidad de las personas allí presas, se impone la necesidad de cerrar esa fábrica de muerte y dolor que es Langraiz».

Medidas más efectivas

Desde ELA-Prisiones, se exigió una investigación «inmediata, rigurosa y transparente» con el fin de concretar las circunstancias en las que se produjo dicha muerte, así como la adopción de «medidas más efectivas» que eliminen el alto porcentaje de fallecimientos. Subrayó, al respecto, que «algunas prácticas penitenciarias, como el aislamiento o la dispersión», demuestran que producen consecuencias «irreparables».

Desde el PNV se solicitó la comparecencia de Gallizo para que explique todo lo relacionado con la última muerte. Reconoció, además, que Langraiz «no está en condiciones» de cumplir sus funciones de custodia y tutela de la integridad física de los presos y que, por tanto, se debe reflexionar sobre su «clausura inmediata».

En líneas similares se refirió el parlamentario de Ezker Batua Oskar Matute. A su juicio, el número de suicidios evidencia que, más que un centro para resocializar y reeducar reclusos, Langraiz es «un verdadero campo de concentración impropio de una sociedad avanzada, progresista y democrática».

Imputó la situación de dicho centro penitenciario a la «desidia e ineficacia» de Instituciones Penitenciarias. En este sentido, reclamó que se promuevan alternativas como el cumplimiento de las condenas en centros específicos.

La Diputada foral de Asuntos Sociales de Araba, Ainhoa Domaica, se reunió ayer en Madrid con la directora de Instituciones Penitencias para mostrarle su preocupación por los últimos acontecimientos e interesarse por los planes de prevención de suicidios para las prisiones del Ministerio del Interior español.

Asimismo, quiso conocer los planes del Gobierno español para mejorar las condiciones de la prisión de Langraiz y el proyecto de centro de inserción social destinado a reclusos en régimen de tercer grado de Araba.



18 fallecimientos en las cárceles de Euskal Herria

GASTEIZ

Salhaketa contabiliza desde el mes de diciembre de 2005 un total de catorce muertes por causas no naturales entre personas que han permanecido en Langraiz. Según la versión ofrecida por la dirección del centro penitenciario, ocho de ellas habrían fallecido en el interior de la prisión. El resto de las muertes se habrían producido nada más abandonar dicha cárcel, bien tras ser trasladados a un hospital o a otro centro. No son las únicas muertes ocurridas en las prisiones de Euskal Herria. A estas cifras hay que sumarle una en Martutene, otra en Iruñea, una tercera persona en el hospital de Basurto y otra más en Baiona. En total, 18 personas presas fallecidas en quince meses.


 
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