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Gara > Idatzia > Euskal Herria 2006-03-29
Zapatero y Rajoy,al principio del inicio del deshielo
El presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, y el líder del PP, Mariano Rajoy, mantuvieron ayer una reunión de dos horas y media con la que iniciaron un ligero deshielo de sus relaciones. Ambos consideraron que el encuentro resultó positivo, pero quedó en evidencia que mantienen sustanciales diferencias.

GASTEIZ

Todo discurrió de acuerdo al guión más previsible. El presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, bajó las escalinatas de La Mon- cloa para estrechar la mano de Mariano Rajoy, como corresponde a su oferta de mano tendida al líder de la oposición. Ambos posaron sonrientes para las fotos y las imágenes de televisión, y después mantuvieron un encuentro ­dos horas y media­ lo suficientemente largo como para dar a entender que se había hablado en profundidad de una materia tan importante, pero culminado en el momento preciso para llegar a tiempo a todos los informativos del mediodía.

Las valoraciones también se ajustaron a lo previsible. Desde el Gobierno se constató el avance que se había producido, se expresó la voluntad de profundizar en las relaciones, pero no se ocultó que recuperar el clima de confianza todavía llevará tiempo y deberá ser un esfuerzo de ambas partes. Mariano Rajoy anunció la decisión de su partido de colaborar siempre que el Gobierno se atenga a una serie de condiciones, las que desde el PPse han venido a marcar como líneas rojas infranqueables.

Y, al final, entre las declaraciones preparadas y las preguntas, quedó claro que ambas partes están todavía muy alejadas en sus posiciones.

Rajoy, contundente

El primero en comparecer ante los medios fue el presidente del PP, que llevaba preparado un discurso contundente, en el que junto a la oferta de un apoyo sin «apellidos ideológicos ni partidistas», puso una serie de deberes al Ejecutivo de Rodríguez Zapatero.

«Le he dicho al presidente que, para que nadie se llame a engaño, conviene dejar claro lo siguiente ­anunció­: Que el Gobierno no tomará ninguna medida que pueda interpretarse directa o indirectamente como una contrapartida política a la banda terrorista ETA. Que no habrá concesiones a ETA ni directa ni indirectamente. Ninguna mesa puede proponer o plantear ningún cambio en la legalidad vigente, ni en la del País Vasco, ni en la de Navarra, ni en el conjunto de España. Y no habrá ningún contacto con organizaciones terroristas u organizaciones ilegales para tratar de estos temas».

También habló Rajoy de que «el Estado de Derecho no está en tregua» y abogó por mantener toda la dureza de la política penitenciaria y la Ley de Partidos, amén de que «en todo momento se tendrá en cuenta la opinión, la dignidad y los derechos de las víctimas».

Junto a todo ello, Rajoy le indicó al presidente del Gobierno que «sería conveniente convocar una reunión de la comisión de seguimiento del Pacto Antiterrorista».

Además, el presidente del PPanunció a los periodistas que había preguntado a Rodríguez Zapatero si el alto el fuego permanente decretado por ETA era fruto de algún tipo de acuerdo, y se mostró satisfecho de que éste le hubiera respondido que no había adquirido ningún compromiso con la organización armada.

Zapatero toma la palabra

Después de Rajoy fue José Luis Rodríguez Zapatero quién salió a la sala de prensa, en un gesto que no es habitual y que pretendía reforzar ante la opinión pública la imagen de recuperación de relaciones entre ambos líderes y, en cierta medida, cabe suponer que también halagar al presidente del PP.

Zapatero quiso resaltar los aspectos que considera positivos del encuentro, trató de limar asperezas, pero al mismo tiempo siguió marcando diferencias.Por ejemplo, apuntó que el proceso será más eficaz y se obtendrán los resultados deseados de forma «más rápida y evidente» si hay un clima de «mínimo común denominador y consenso político» entre todas las fuerzas, y en especial con el PP, pero dio a entender que el concurso del principal partido de la oposición es deseable aunque no imprescindible.

Zapatero señaló que lo más importante del encuentro era que había servido para ir recuperando un clima de confianza, pero aseguró que esto llevará tiempo y que ha de ser «cultivado» por los dos.

El presidente del Gobierno español también se mostró dispuesto a, como le había pedido Rajoy, convocar «alguna reunión» de la comisión de seguimiento del llamado Pacto Antiterrorista pero, «dada la tras- cendencia del proceso», manifestó que lo «conveniente y útil» era que «la responsabilidad de la comunicación» y de compartir «información» la lleven personalmente los presidentes del Gobierno y del principal partido de la oposición.

Dar juego a todas las voces

En cualquier caso, donde más nítidamente se constataron las diferencias entre Zapatero y Rajoy fue cuando, tras recordar las líneas rojas marcadas por el líder del PP, al presidente del Gobierno le preguntaron si cabía algún tipo de negociación en Euskadi en relación al marco jurídico político.

El inquilino de La Moncloa comenzó destacando que el Estado de Derecho y la democracia tienen sus normas, que se resumen en «la legalidad». «Ni el principio ni el fin de una acción terrorista ­aclaró Zapatero­ pueden representar la afectación a ese proceso de nor- malidad institucional».

A continuación incidió en que la democracia busca integrar a todo el mundo con reglas «muy claras» y «la primera es que la integración en la democracia sólo es defendiendo los principios democráticos de la palabra, del respeto a las instituciones y a la legalidad, y en esa capacidad de inclusión de la democracia caben todas las ideas y las propuestas».

Concluyó su respuesta afirmando que «ojalá tengamos el clima, porque la violencia esté en su momento final, de tener la posibilidad del juego desde todas las voces, las sensibilidades y las opiniones dentro de la legalidad», donde «todas las propuestas caben». «Se podrá decir sí o no, pero cabe hacerlas sólo democráticamente», formalizó.

El presidente del Gobierno reiteró que en estos momentos, antes de dar ningún otro paso, sus esfuerzos se centran en «la verificación» del alto el fuego permanente anunciado por ETA. Rajoy, afirmó a la salida del encuentro que había solicitado a Rodríguez Zapatero que «no se precipite y que no dé pasos que comprometan al Estado», lo que éste entendió como una petición de que «me tome el tiempo necesario para ese proceso de constatación y que le informe de los resultados, lo que me parece absolutamente natural y lógico».

Zapatero anunció que próximamente se entrevistará con el lehendakari ­será el próximo martes­ y con todas las fuerzas políticas con representación en el Congreso, en la búsqueda de los acuerdos más amplios posibles para afrontar el proceso de paz, que insiste en que será «largo, difícil y duro».



Piqué apoya que el Gobierno pueda acercar a presos vascos
El presidente del PP de Catalunya, Josep Piqué, volvió a salirse de la línea oficial del partido afirmando que «no podemos negar al Gobierno» que opte por el acercamiento de presos a Euskal Herria y recordó que es un «instrumento propio del Gobierno y que es reversible en función de cómo vayan las cosas».

En declaraciones a Catalunya Radio, Piqué recordó que durante el alto el fuego de 1998 el Gobierno del PP ya utilizó este instrumento y que «cuando se rompió la tregua se aplicó nuevamente la dispersión».Piqué considera que no es posible la legalización de Batasuna ni sentarse en una mesa con esta formación mientras «no condene el terrorismo». Piqué rechazó que exista relación entre el alto el fuego y la reforma estatutaria en Catalunya, como dicen dirigentes del PP. -


 
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