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Gara > Idatzia > Mundua 2006-04-18
China mira al Lejano oriente ruso y a Siberia
15 millones de kilómetros cuadrados despoblados y con unos recursos naturales ingentes. Analistas y políticos rusos alertan de que China se expande hacia la Rusia asiática. Y lo hace silenciosamente ­mano de obra barata­ y de la mano de proyectos de colaboración con el otrora gigante ruso.

Las oficialmente buenas relaciones entre Moscú y Pekín no terminan de disipadar los temores entre la población y la clase política rusa sobre la expansión económica, demográfica y territorial de China en Siberia y el resto de Rusia.

«La expansión china irá en aumento, ya que el Gobierno carece de una política definida en relación a Siberia y el Lejano Oriente ruso», asegura Victor Ishaev, gobernador de la provincia de Jabarovsk, limítrofe con China.

Debido a las duras condiciones de vida, más de un millón de rusos han abandonado en la última década el Lejano Oriente, poblado ahora por 6 millones de personas, mientras cientos de miles de chinos cruzan cada año la frontera para trabajar, comprar o descansar.

«La expansión silenciosa es real. Es mano de obra barata, obreros, cocineros y campesinos que hacen los trabajos que los rusos desprecian. Si Rusia no se conciencia, China echará raíces en Siberia», advierte el diputado Boris Reznik al diario “Izvestia”.

Actualmente, menos de 20 millones de personas viven en los 15 millones de kilómetros cuadrados que separan la cordillera de los Urales del océano Pacífico, territorio que acoge el 75% de los recursos naturales de Rusia.

La «amenaza amarilla», como es tildada la expansión demográfica china en Rusia, ha provocado malestar entre la población local, que habla abiertamente incluso de la futura anexión del territorio por parte del Gobierno de Beijing.

La impermeable frontera rusa se abrió a los trabajadores chinos en 1988 ­no se requería visado­, aunque el flujo de inmigrantes en masa comenzó con la desintegración de la URSS en 1991.

Por su parte, el profesor de la Escuela Superior de Economía rusa, Fiodor Shelov-Kovediayev, matiza que esta amenaza no sólo afecta a Rusia, ya que «China se dispone con rapidez a dominar todo el mundo».

«Los emigrantes chinos están presentes en todos los países y sólo son leales a Beijing. Tarde o temprano, habrá que pararles los pies», sentencia amenazador.

Puerto fluvial

Para los críticos, otro de los mojones de la expansión china ha sido un reciente acuerdo de la Duma rusa que permitirá a China la construcción de un puerto fluvial, un objetivo perseguido por el Gobierno chino desde hace varias décadas.

La frontera que separa el Lejano Oriente ruso del cinturón industrial del noreste chino fue escenario de una guerra fronteriza en 1969, en la que el Ejército soviético propinó un severo rapapolvo al Ejército Popular de Liberación.

Según los más pesimistas, la creciente demanda de energía, agua y madera por parte del gigante asiático convierte en «inevitable» la invasión china.

Siberia alberga el 80% del petróleo y carbón, el 85% del gas natural, y el 40% de la madera rusas, mientras el lago Baikal acoge una quinta parte de las reservas de agua dulce del mundo.

Descartada la opción militar, los escenarios barajados por los expertos se reducen a la puesta en marcha de una política de «asimilación gradual», que se cimentaría en incentivar la emigración.

Otra opción sería la exploración de recursos naturales en Siberia con la connivencia de Rusia, como ha ocurrido ya en el mar del Sur de China con Japón, con el envío de equipos de geólogos, ingenieros y personal militar en misiones secretas. Con todo, la más probable será la forja de una asociación estratégica entre Moscú y Pekín en materia de energía e infraestructuras, para la construcción de oleoductos, vías férreas y carreteras.

Un millon de hectareas

Las autoridades de la región de Amur, limítrofe con China, anunciaron que empresarios chinos se han ofrecido a cultivar más de un millón de hectáreas, explotar los yacimientos minerales locales, construir una central eléctrica, una fábrica de celulosa y una vía férrea.

En la Rusia europea, China también ha irrumpido con fuerza con el tendido de una autovía de pago entre Moscú y San Petersburgo, y la construcción en la capital de los zares de un «Chinatown» con una inversión de 1.250 millones de dólares.

El factor demográfico tampoco es desdeñable, habida cuenta de que en caso de mantenerse las actuales tasas de natalidad, Rusia tendrá poco más de 100 millones de habitantes en 2050, al tiempo que la población china rondará los 1.600 millones.

Sea como sea, según los expertos, China se mantendrá en las próximas décadas al acecho de la involución de Rusia en un cóctel de inestabilidad política y crisis económica. -

MOSCU



Moscú presenta un plan de repoblación con 18 millones de colonos rusos

MOSCU

El Gobierno ruso ha anunciado un plan para repoblar Siberia con 18 millones de personas a las que mandarán a los territorios rusos que hacen frontera con el Lejano Oriente.

«No podemos perder estos terrenos estratégicos», aseguró el asistente presidencial, Kamil Isjakov, quien añadió que la misión de las personas que repueblen Siberia será la de «proteger la integridad de Rusia».

Los analistas consideran que se trata de una decisión impulsada por la amenaza de una expansión de China.

La crisis demográfica que desde hace más de diez años sacude a Rusia se está haciendo especialmente acusada en en Lejano Oriente ruso. Según las últimas previsiones de la ONU, Rusia, que hoy cuenta con 142 millones de habitantes, podría descender en 2050 a 113 millones o incluso, de acuerdo con las previsiones más negativas, hasta 96 millones de habitantes.

En Siberia vive actualmente un 15% menos de población que en 1991, año en el que cayó la URSS. Los expertos en demografía advierten de que, con un descenso en la tasa de natalidad y un aumento de la emigración, Siberia podría contar en 2015 con unos 4,5 millones de personas.

La sobrepoblada vecina China hace aún más patente para Rusia la necesidad de repoblar Siberia, dado que la crisis demográfica en los terrenos del Lejano Oriente ruso se ve como una amenaza estratégica. Los políticos, autoridades y periodistas contemplan incluso la posibilidad de una futura pérdida de los territorios siberianos a favor de China.

En Rusia habitan actualmente alrededor de 3,5 millones de chinos y otros centenares de miles visitan el territorio ruso para hacer negocios.

Esta inmigración económica de los ciudadanos chinos es a menudo considerada como expansión o infiltración en los medios, y los rusos la interpretan como la extensión de la antigua rivalidad ruso-china.

Pocos se ponen a pensar en el contraste entre el éxito de la economía bajo control en China y el desastre de la liberalización y privatización salvaje de Rusia.


 
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