La primavera, una primavera de imágenes, se ha apoderado del Kursaal, donde ayer inició su andadura la tercera edición de DFoto.

Doce son las galerías que este año se incorporan por primera vez a la feria, entre ellas I-20, de Nueva York ­que se suma así a Marvelli, única estadounidense que había participado hasta ahora­, Conrads, de Duseldorf, o Kamel Mennour, de París. Entre las que repiten, cabe citar a Clairefontaine, de Luxemburgo, Juana de Aizpurua, de Madrid, o Springer & Winckler, de Berlín.

Los organizadores destacan la calidad de las obras presentadas ­«la mayoría inéditas», subraya Enrique Ordóñez, presidente de la Fundación Ordóñez-Falcón (COFF)­ y el riesgo creciente que asumen las galerías. «Saben ­explica al respecto Ordóñez­ que la feria está orientada hacia un coleccionista internacional importante. De hecho, hemos invitado a más de un centenar, y, así las cosas, las galerías traen obras, por una parte, de jóvenes emergentes y, por otra, de artistas consagrados. El riesgo está en que no saben si esas obras van a tener salida: unas, por ser de autores poco conocidos, y otras, por alcanzar precios altos».

Pero el riesgo queda compensado, sin duda. «Es imposible evaluar el volumen de negocio, entre otras cosas, porque los galeristas no tienen por qué decir la verdad. Pero que hacen negocio es indudable, y la prueba del algodón es que todos piden poder estar de nuevo el año que viene», asegura Ordóñez.

En este panorama positivo, el presidente del COFF sigue señalando como algo negativo que las instituciones vascas no se encuentren entre las que adquieren obras en la feria. «Se da la paradoja de que lo hacen instituciones foráneas y, sin embargo, no lo hacen las de aquí. Es preciso que inviertan, primero, por ir asegurando un patrimonio de cara a los centros que se van a crear; segundo, por estimular la actividad artística y el coleccionismo, y, tercero, por garantizar la continuidad de la feria. Porque, si no invierten en fotografías, al final tendrán que dar dinero para que invitemos a coleccionistas que sí adquieren obras y, así, garantizar la continuidad».

Además de la calidad de las obras, Carolina Martínez, directora de la feria, destaca la variedad temática y la presencia creciente del vídeo. «Si en la pasada edición el paisaje fue uno de los grandes protagonistas, este año hay de todo», afirma. Sin duda, hay paisajes espectaculares, como el que expone Marina Abramovic en La Fábrica, el titulado “Hombre de Pekín”, que firman Bleda y Rosa en Fúcares, o la imagen costera de Elger Esser que muestra Stefan Röpke. No todos son idílicos; en Polaris, Eric Aupol opta por los vertederos. También Daniel Canogar elige un «vertedero», en este caso de material informático, para descubrir “Otras geologías” en el stand de la lisboeta Filomena Soares. La arquitectura vuelve a estar muy presente, por ejemplo, en la obra de José Manuel Ballester, en Estiarte. Stéphane Couturier también presenta arquitectura, arquitectura del automóvil, en Clairefontaine.

Couturier no es el único peso pesado que exhibe esta galería luxemburguesa, que, aunque en un género bien distinto, el del fotoperiodismo, muestra imágenes de James Nachtwey, como la de un muchacho ruandés, con la que obtuvo el World Press Photo, o una del 11-S que el día 12 ilustró las portadas de numerosas publicaciones.

En el stand de Kamel Mennour, llaman la atención los animales, por ejemplo, las serpientes de Guido Mocafico o los jabalíes (“Siete hermanos”) de Adel Adessemed.

En la feria no falta un género tan clásico como el retrato, representado en stands como el de Van Zoetendaal, de Amsterdam, que incluye la foto de Koos Breukel que este año es la imagen de DFoto. Juana de Aizpurua, de Madrid, presenta retratos de Pierre Gonnard, y la parisina Vu’La Galerie, de Gao Bo, recientemente obtenidos en el Tíbet, pero que bien podrían corresponder a finales del siglo XIX.

En el género de la «narrativa cinematográfica» cabe encuadrar las imágenes del colectivo ruso AES+F que pre- senta Salvador Díaz. Son imágenes que recuerdan a ciertos cómics, en los que jóvenes semidesnudos o semivestidos con ropa militar muestran actitudes violentas.

En lo que a la temática se refiere, una de las galerías que quizá más ha arriesgado ha sido ProjecteSD, de Barcelona, que, entre otras obras, presenta lo último de Iñaki Bonillas, a quien la sala Kubo dedica estos días una muestra. Silvia Dauder, directora de la galería, destaca que la serie de Bonillas que presenta es «muy conceptutual, casi escultórica, y la ha desarrollado a partir del álbum familiar».

También por derroteros conceptuales se mueve la obra de Paul Ekaitz que exhibe Nogueras y Blanchard.

Las galerías de Donostia este año se han volcado con la feria y estos días muchas de ellas muestras exposiciones ad hoc. Pero de Euskal Herria sólo están presentes en el Kursaal la de Moisés Pérez de Albéniz, que celebra su décimo aniversario, y Trayecto. El iruindarra sigue con su línea de combinar artistas vascos con otros foráneos que abordan temáticas que le interesan. Entre los primeros, están representados en el stand del Kursaal Esther Ferrer, con un autorretrato, Pello Irazu, que estos días tiene abierta exposición en Iruñea, y José Ramón Amundarain, quien, partiendo de fotografías, realiza pinturas hiperrealistas. También hay obras de Txuspo Poyo, Ana Laura Aláez, Itziar Okariz, Txomin Badiola o Jon Mikel Euba. Entre los segundos, Pérez de Albéniz cuenta con el irlandés Willie Doherty ­que tiende a reflejar el conflicto de su país­, Muntadas o el neoyorkino Dennis Adams ­quien ha trabajado sobre una secuencia de “La Batalla de Argel”, de Pontecorvo­.

Una libreria especializada

Pérez de Albéniz es un veterano de DFoto, pues ha participado en las tres ediciones. «Para nosotros es una feria muy cómoda y nos tratan muy bien», destaca el galerista. En su opinión, al ser una feria tan específica, se está convirtiendo en un referente mundial. «La selección de galerías es muy importante y, además, la gente responde, y todo esto va dejando un poso muy interesante», afirma.

Pero, afirma Enrique Ordóñez, en la feria hay fotografías para todos los bolsillos, aunque sean impresas. Para ello, DFoto ha organizado por segundo año una librería especializada, que gestiona Kowasa, de Barcelona, donde se pueden encontrar títulos que en las librerías generalistas no son de fácil acceso. Esta librería cuenta, además, con secciones para coleccionistas. Yael Vallés, una de las responsa- bles de Kowasa, muestra, por ejemplo, un libro de 1957, con una portada de Picasso, que puede adquirirse por 240 euros. Aunque más moderno, “Andy Book”, de Bruce Weber, cuesta 830. Un ejemplar numerado de una edición limitada a 500 de “Kamaitachi”, de Eikoh Hosoe, puede adquirirse por 315 euros.

Una de las novedades que incorpora este año DFoto son las jornadas de debate que tendrán lugar hoy en el salón de actos de la Kutxa de la calle Andia. La primera, titulada “La fotografía, el vídeo y su espacio expositivo”, reunirá a Vicente Todolí (Tate Modern, Londres); Régis Durand (Jeu de Paume, París); Mara Mira (Centro Párraga, Murcia), Bartomeu Marí (MACBA, Barcelona), Alejandro Castellanos (Centro de la Imagen, México) y Enrique Juncosa (Museo de Arte Contemporáneo de Irlanda). En la segunda, “Crítica y construcción de la imagen contemporánea”, intervendrán Marta Gili, David Travis, Alberto Martín, Rosa Olivares, Carles Guerra y Chris Boot.

La feria abre hoy al público de 19 a 21 horas. Mañana, de 12 a 21, y, pasado, de 11 a 20.

Además de la feria propiamente dicha, muchas galerías de Donostia centran estos días su oferta en la fotografía. Es el caso de 90 Grados (Mayor 3), Altxerri (Reina Regente 2), Kur (Zurriola 6), Dieciséis (Buen Pastor 16), Ivasfot (Etxague 8), Arteko (Plaza de Pinares) y Ekain (Iñigo 4). También albergan exposiciones Tabacalera, San Telmo, Sala Kubo y KM.