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Gara > Idatzia > Euskal Herria 2006-05-11
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El tribunal permite al fiscal interrogar a un testigo que no era el anunciado
La mayoría de los agentes policiales citados a declarar por el fiscal comparecieron ayer ante la Sala, entre ellos, un ertzaina que no es el autor de un informe que esgrime la acusación y que había sido citado como tal. Pese a ello, el tribunal ordenó que siguiera el interrogatorio, en una decisión totalmente irregular y contraria a la legalidad.

MADRID

Siguiendo con los testigos propuestos por el fiscal, ayer fue el turno de varios agentes de la Policía española, de la Guardia Civil y de la Ertzaintza que respondieron a las preguntas de la acusación y defensa. Fue precisamente un agente de la Policía autonómica quien dio pie a que el tribunal volviera a protagonizar una actuación inaudita en un proceso jurídico.

Enrique Molina había llamado a declarar al agente con número de identificación 02771 como autor de un informe en el que se detallaba el contenido de un ordenador incautado en una vivienda de la calle Canarias de Bilbo, y que la acusación atribuye al hijo de Txente Askasibar. Sin embargo, el agente comenzó su declaración afirmando que no conocía ese nombre, y señalando que él no era el autor de dicho informe.

El fiscal, sin embargo, prosiguió preguntando por el contenido del documento. «No me suena. No lo he visto nunca», insistió el ertzaina, explicando que su cometido fue volcar el contenido del ordenador, pero no analizarlo ni elaborar un informe al respecto.

A pesar de ello, el representante del Ministerio Fiscal intentó proseguir, hasta que el abogado Kepa Landa tomó la palabra y se dirigió a la Sala.

Un nuevo testigo

El letrado protestó porque el fiscal había anunciado la comparecencia del autor de aquel informe, y que, sin embargo, el ertzaina que había acudido había reiterado que no era él. Denunció que si seguía el interrogatorio, se iba a incorporar a un testigo ajeno a la causa y que no había sido solicitado por ninguna de las partes, algo «totalmente irregular y contrario a la legislación». A la presidenta, Angela Murillo, esto le trajo sin cuidado, y ordenó que prosiguiera el interrogatorio. Molina, en cualquier caso, preguntó al ertzaina en su siguiente intervención si «nunca había visto ese informe en la vida». «No», repitió el agente, ante lo que el fiscal anunció que no haría más preguntas.

El otro agente de la Policía autonómica que había sido citado, el jefe de la Unidad Central de Información, Jon Iturregi Hormaetxea, no acudió a la Casa de Campo, sin dar explicaciones al respecto, y volverá a ser llamado.

Sí compareció el guardia civil encargado del interrogatorio a Josu Arkauz, quien el lunes manifestó que él no había declarado lo que consta en el informe del fiscal, que hace mención a la supuesta vinculación entre ETA y KAS, y que aquel informe había sido elaborado previamente por sus captores que, tal y como subrayó, le obligaron a que lo firmara tras inflingirle torturas. El guardia civil negó esta acusación, y sostuvo que el informe reflejaba «literalmente» la declaración de Arkauz.

«Terminología impensable»

Ante esta afirmación, Aitor Ibero leyó una frase del informe, en el que el preso habría dicho que los sábados mantenía reuniones «con militantes legales de la organización, españoles y franceses». El propio Arkauz declaró que esa terminología era impensable en él, y que esta frase era una clara muestra de que no había sido el autor de esas declaraciones. Sin embargo, el guardia civil se mantuvo en sus trece. «Si figura así, es porque él lo dijo», afirmó.



Los procesados imparten charlas y conferencias en Madrid
I.B.
MADRID

Tres de los procesados en este sumario, Jaime Iribarren, Mikel Korta y Txema Matanzas, participaron el martes en sendas charlas y conferencias organizadas en Madrid por distintos colectivos.

Iribarren departió durante hora y media con unas 25 personas, la mayoría de ellas jóvenes, en un acto organizado por la Coordinadora Antifascista, en la que, además del juicio que se está celebrando en la Casa de Campo, abordaron temas de actualidad política, como la situación abierta en Euskal Herria.

Los presentes en la charla lamentaron el «escaso conocimiento» que, en líneas generales, existe en Madrid sobre este sumario, también entre sectores que se presuponen progresistas, y criticaron el papel de los medios de comunicación españoles a este respecto.

Korta, por su parte, participó en un acto organizado por Izquierda Castellana en Vallecas, al que acudieron unas 35 personas, y en la que, además de conversar sobre este macroproceso, los presentes expresaron su apoyo a las reivindicaciones de Euskal Herria, entre ellas, a su soberanía, al tiempo que mostraron su interés en el trabajo desarrollado por la sociedad vasca en la construcción nacional.

Mientras, Txema Matanzas, imputado en este sumario y abogado de profesión, ofreció una conferencia en la Sala Barbieri de Leganes, que estuvo organizada por la sección penal de la Asociación Libre de Abogados (ALA). Matanzas explicó a los letrados presentes los pormenores técnicos de este proceso.



Se escuda en una citación judicial para no responder sobre torturas

I.B.
MADRID

Dos de los guardias civiles que participaron en los interrogatorios de Mikel Egibar, Nekane Txapartegi y otras dos personas, entre ellas la redactora jefe de GARA Maite Ubiria, declararon ayer. El primero de ellos, encargado de las declaraciones policiales de Egibar, Txapartegi y Ubiria, negó que hubieran torturado a los dos primeros, cuyos escalofriantes testimonios hicieron palidecer a la Sala. También negó que hubieran coaccionado a la periodista.

A este respecto, se escudó en la causa que tiene pendiente por la denuncia de torturas de Txapartegi, para negarse a responder.

Kepa Landa, en cualquier caso, enunció sus preguntas, una de las cuales hacía referencia a las diligencias en las que se mencionaba los efectos retirados a Txapartegi durante el interrogatorio, que incluía toda su ropa. «¿Por qué fue desnudada?» preguntó el letrado, inquiriendo también por qué esa misma ropa le fue devuelta justo antes de declarar ante el juez. «¿Fue para no dejar manchas de sangre?» siguió Landa, preguntando también si durante el interrogatorio le habían proporcionado otros ropajes.

El guardia civil no respondió, y sólo dijo, a este respecto, que no era la ropa que llevaba puesta Txapartegi, que denunció haber sido violada, la que se la quitaron, sino «alguna que llevaba de repuesto». Tampoco «recordó» que Mikel Egibar había sido atendido en el hospital por sufrir una parálisis en la mitad del cuerpo durante la incomunicación.


 
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