oriente medio en llamas
Beirut advierte a Hizbula para que no caiga en provocaciones
El ministro libanés de Defensa, en clara alusión a Hizbula, dijo que Líbano considerará «una colaboración con Israel» el lanzamiento de misiles contra territorio israelí, porque esto le proporcionaría un «pretexto para atarcarnos». Por otra parte, la ONU, en su línea cuando se trata de violaciones de Israel, se limitó a expresar tímidamente su «profunda preocupación» por la violación del alto el fuego el pasado sábado.
BEIRUT
El primer ministro libanés, Fuad Siniora, declaró ayer, durante una visita al devastado sur de la capital del país, que la campaña militar de Israel ha sido «un crimen contra la humanidad». Rodeado por una multitud de periodistas y cámaras de televisión, Siniora dijo que «lo que vemos hoy es una imagen de los crímenes que Israel ha cometido. No hay otra descripción que la de un acto criminal que muestra el odio de Israel para destruir Líbano y su unidad», declaró el jefe del Ejecutivo libanés.
Por su parte, el ministro de Defensa libanés, Elias Murr, lanzó una advertencia velada a Hizbula al advertir de que el Ejército responderá «contundentemente» a las posibles violaciones del alto el fuego por parte de grupos libaneses y aseguró que éstos serían considerados traidores.
Con estos comentarios, Murr parecía querer evitar una respuesta de Hizbula a la incursión israelí del sábado en el valle de la Bekaa, en el este de Líbano, la primera violación del alto el fuego decretado la semana pasada. «Consideramos que cuando la resistencia está comprometida a no lanzar misiles, cualquier misil que sea lanzado desde territorio libanés sería considerado una colaboración con Israel para proporcionarles un pretexto para atacarnos», declaró el ministro de Defensa.
Ayer, Murr había amenazado con detener el despliegue de su Ejército en el sur del país si Naciones Unidas no intervenía después de la incursión israelí.
La respuesta de la ONU, como es habitual tratándose de una violación por parte del intocable Israel, se limitó a una tímida advertencia. El emisario de la ONU para Líbano, Terje Roed Larsen, aseguró que hablaría con los dirigentes israelíes de las violaciones de la soberanía libanesa, ya que constituyen «una amenaza a la tregua» que entró en vigor el pasado día 14.
En el mismo tono pusilánime se pronunció el secretario general de Naciones Unidas, Kofi Annan, quien se mostró «profundamente preocupado por la violación por bando israelí del cese de las hostilidades».
Al calor de esta impunidad, el ministro israelí de Defensa, Amir Peretz, no escondió sus planes de embarcarse en otra guerra. En una reunión del Consejo de Ministros anunció que las Fuerzas Armadas deben prepararse «para una segunda vuelta» contra la milicia de Hizbula, informaron fuentes del Gobierno.
Fuerza internacional
Mientras tanto, continúan las negociaciones para formar la fuerza de interposición que la ONU debe desplegar junto al Ejército libanés al sur del país. En este sentido, el primer ministro israelí, Ehud Olmert, aseguró que no aceptará la presencia de soldados de la misión de paz de países que no tienen relaciones diplomáticas con Israel, según fuentes oficiales.
Conviene recordar que, teóricamente, Israel no tiene potestad para decidir la composición de la fuerza internacional, ya que ésta fue uno de los términos de la resolución de la ONU. Aun así, los deseos de Israel son órdenes para la ONU, lo que provoca que se hayan complicado los esfuerzos para formar una fuerza de 15.000 miembros que ayude a reforzar la tregua entre el Ejército israelí y la milicia chií libanesa.
Olmert se refería a Indonesia, Malasia y Bangladesh, países musulmanes que no tienen relaciones diplomáticas con Israel, y que se encuentran entre los países que han ofrecido tropas a la fuerza de la ONU. El Gobierno israelí, no obstante, prefiere que los soldados sean europeos, ya que así garantizaría que podrá seguir manejando la situación a su manera. Los países europeos, por el momento, se muestran bastante reacios a comprometerse con el envío de militares.
Alemania, por ejemplo, ha dejado claro que no enviará tropas de combate a la frontera entre Israel y Líbano «por razones históricas». Alemania, que todavía no ha logrado superar su culpa por los crímenes cometidos por el régimen nazi en la Segunda Guerra Mundial, quiere evitar a toda costa que sus soldados tengan que enfrentarse a los israelíes en el caso de que fuera necesaria una intervención de la fuerza multinacional.
Por otra parte, el ministro de Asuntos Exteriores de Líbano, Fawzi Saluj, pidió a sus homólogos árabes nuevos compromisos financieros pues «necesita más ayuda para su reconstrucción», declaró en el marco de la reunión de la Liga Arabe celebrada ayer en El Cairo (Egipto).
El Gobierno de Kuwait donará 800 millones de dólares, anunció el ministro de Exteriores, el jeque Mohamed Al Sabá. Arabia Saudí dijo que ya había donado 500 millones de dólares, y otros estados petroleros de la región también formularon promesas de asistencia.
Liga Arabe compite con Hizbula
Los diplomáticos árabes pretenden contrarrestar un supuesto flujo de dinero que, según ellos, está siendo enviado por Irán a Hizbula para financiar proyectos de reconstrucción, aunque Irán lo ha negado. «Esta es una guerra para conquistar los corazones y las mentes de los libaneses. Los libaneses no deben permitir que (esa guerra) se pierda ante los iraníes», dijo un funcionario de la Liga Arabe.
El líder de Hizbula, el jeque Hassan Nasrallah, ha prometido reconstruir Líbano, y trabajadores sociales de la organización han comenzado a distribuir dinero para pagar alquileres y muebles a civiles que quedaron sin hogar.
El Gobierno de Beirut estima que los bombardeos israelíes han destruido 15.000 hogares y 140 puentes, además de plantas de energía y de desalinización, y otros elementos claves de la infraestructura de Líbano.
20 muertos en la peregrinación chií en Irak
GARA
BAGDAD
Al menos 20 peregrinos iraquíes murieron y 302 resultaron heridos en atentados perpetrados ayer durante la celebración de una fiesta chií en Bagdad, informó el Ministerio de Sanidad, según la televisión estatal Al Iraquiya. Los atentados, algunos de ellos cometidos por francotiradores, tuvieron lugar en los barrios del norte, el centro y el oeste de la capital.
El ministro de Sanidad, Ali al Chamari, señaló que uno de los ataques causó un enorme incendio en la sede del Instituto Médico, en una zona próxima a las áreas donde se produjo la mayoría de los atentados.
Estos ataques se produjeron pese a las medidas de seguridad adoptadas en Bagdad,
incluido la prohibición del tráfico rodado, para proteger a las decenas de miles de chiíes que visitan el mausoleo del imán Musa al Kadhem, en el barrio Al Kadhimiya, en el norte de la capital. Los peregrinos conmemoran la muerte en el año 799 del imán Musa Al Kadhem, una de las figuras más veneradas por la mayoritaria comunidad chií de Irak.
En la conmemoración del año pasado, un millar de peregrinos murió en una avalancha ocurrida en un puente de Bagdad cuando comenzó a circular el rumor de que había un kamikaze entre los fieles.
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