Empezaron por descalificar a Zapatero por débil, melífluo y poco dotado para navegar en las procelosas aguas de la política. Luego le llamaron tonto por haber caído en la trampa de los independentistas vascos y ahora, ya sin pudor, le llaman felón y traidor a la causa de la España eterna.

Santiago Abascal, en “El Semanal Digital”, anunciaba ayer que «ZP, embebido en una falsa victoria, ya teje la trampa de la autodeterminación». Y como prueba de que ZP se acerca a ese principio democrático (que no lo veo yo tan claro) dice que «nos lo advertía hace pocos días un mediocre Patxi López que quería jugar a trilero con las palabras tratando de colarnos la patraña de que, para el caso vasco, era posible una sola soberanía pero ‘dos ámbitos de decisión’. Enmarañar los conceptos, recurrir al eufemismo, relativizar el significado de las palabras, es lo único que les queda a quienes quieren rendirse ante ETA». Por la rendición llegará Abascal a descubrir la traición.

Y no tarda mucho, además, en hacerlo: «los nacionalistas llevan veinte años tirando del diccionario y rescatando eufemismos para no decir autodeterminación o separación o independencia (Š) por eso sorprende ver al Gobierno felón y a sus sesudos intelectuales tratando de darnos gato por liebre, mientras sudan la gota gorda sufriendo para que no descubramos la trampa (Š) algunos ya conocíamos el truco e incluso recordábamos los viejos eufemismos. Juan María Ollora, destacado separatista del PNV, fue el primero en camuflar la autodeterminación como ‘ámbito vasco de decisión’»

A partir de ahí, empieza a hablar, del hombre del saco, del sacamantecas. De lo que se trata es de asustar a su gente para movilizarla en clave electoral. No nos engañemos: «Que a estas alturas nos vengan López y Zapatero, armados de eufemismos hasta los dientes, a metérnosla doblada puede hacernos sonreír pero, en realidad debe hacernos temblar. Están dispuestos a entregar la soberanía nacional a los terroristas, entregando pedacitos a diestro y siniestro, rebautizados con los nombres más convenientes para mantener la ficción de que nada ceden mientras rinden el Estado por completo frente a una partida de miserables asesinos que tienen al presidente del Gobierno cogido por sus más nobles elementos». ¡Qué tío más pasao!

Al final, la perla: «La trampa y la traición están anunciadas y planificadas. Sólo queda ver cómo nos libramos de la primera y cómo resistimos a la segunda». Terminarán desquiciados. - msoroagara.net