GaraAzkenak - Paperezkoa - English Edition  |  Le Journal
EUS | ES | FR | ENG
 » PAPEREZKOA
  -Aurkibidea
  - EuskalHerria
- Jendartea
- Ekonomia
- Iritzia
- Mundua
- Kultura
- Kirolak
 » AZKENORDUA
 » ENGLISH EDITION
 » DOSIERRAK
 » DOKUMENTUAK
 » IRUDITAN
 » HEMEROTEKA
 » Produktuak
Gara > Idatzia > Jendartea 2006-11-07
cumbre en nairobi sobre cambio climatico
Instan a concretar la ayuda a los estados empobrecidos, sobre todo africanos
·Las ONG tambien piden compromisos a partir de 2012, cuando finalice el periodo cubierto por kioto

La reunión de la Convención de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático y del Protocolo de Kioto se abrió ayer en Nairobi con un llamamiento a que se concreten los mecanismos de ayuda a los países empobrecidos, especialmente los africanos, para que puedan adaptarse a las consecuencias del calentamiento global. El ministro de Medio Ambiente keniano advirtió que el cambio climático «pone en peligro los objetivos de desarrollo de millones de personas». Diversas ONG exigieron a los países enriquecidos compromisos a partir de 2012, cuando finalice el periodo cubierto por el Protocolo de Kioto.

NAIROBI

«El cambio climático es una de las mayores amenazas para la humanidad y pone en peligro los objetivos de desarrollo de millones de personas, especialmente en los países más pobres», afirmó el presidente de la Conferencia, el ministro de Medio Ambiente keniano, Kivutha Kibwana.

En este sentido, advirtió que «es muy posible que los avances hacia la erradicación de la pobreza logrados hasta ahora sean barridos por las consecuencias del cambio climático».

«Es la primera vez que una COP de la Convención sobre el Cambio Climático se celebra en Africa Subsahariana», recordó el secretario ejecutivo de la CMNUCC, quien destacó que es necesario «aumentar la confianza de los países en vías de desarrollo, que en general no han recibido suficientes fondos para luchar contra el cambio climático».

Sólo nueve de los 400 proyectos que ya se están beneficiando del llamado Mecanismo de Desarrollo Limpio (MDL) previsto en el Protocolo de Kioto, están en Africa: cuatro de ellos en Sudáfrica, tres en Marruecos, uno en Egipto y otro en Túnez, según informó la Comisión Europea.

Mediante dicho mecanismo, los países industrializados pagan proyectos que reducen o evitan las emisiones en los países más pobres, y a cambio se les adjudican créditos que se pueden utilizar para cumplir sus propios objetivos de reducción de las emisiones.

«La CE quiere ver iniciativas en Nairobi que fomenten una distribución más equitativa de los proyectos», señaló este organismo.

«Adaptarse a los efectos»

Otro de los resultados esperados de esta reunión es que los países aprueben cómo debe ser gestionado el llamado Fondo de Adaptación, mecanismo también previsto en Kioto, que se nutre de los beneficios del MDL y financia proyectos para que los países en vías de desarrollo se adapten a las consecuencias del cambio climático.

«No importa el éxito que tengamos en mitigar el cambio climático, también es necesario adaptarse a sus efectos, que ya están aquí», dijo la finlandesa Outi Berghall, en representación de la presidencia de turno de la Unión Europea.

Las organizaciones no gubernamentales exigieron, por su parte, que los países desarrollados den pasos concretos para definir nuevos compromisos de reducción de las emisiones de los gases de efecto invernadero a partir de 2012, cuando finaliza el periodo cubierto por el Protocolo de Kioto.

En la COP celebrada el año pasado en Montreal (Canadá), se acordó iniciar un proceso para considerar posteriores compromisos más allá del 2012. «Son necesarias mayores reducciones por parte de los países industrializados», señaló Catherine Pearce, miembro de Amigos de la Tierra.

Por su parte, Steve Sawyer, en nombre de Greenpeace, destacó la necesidad de que el proceso sea «rápido» para que no haya un vacío entre el fin de los compromisos de Kioto y los nuevos. «Hay que actuar rápido y superar la velocidad a la que los glaciares se están derritiendo ­añadió­. El proceso debería quedar completado, a más tardar, en 2008, a fin de que haya tiempo de ratificarlo, pues si se estanca, las generaciones futuras no nos lo perdonarán».

Al término de la jornada de ayer, la CE declaró que espera que la Conferencia de las Partes sobre Cambio Climático de la ONU acuerde un mayor consenso internacional en la lucha contra el cambio climático. «Aunque es demasiado pronto para esperar grandes avances, la Conferencia de Nairobi debe conseguir buenos progresos hacia un consenso internacional sobre los próximos pasos a dar», señaló el comisario europeo de Medio Ambiente, Stavros Dimas.

La Conferencia buscará también «estrategias comunes para ayudar a los países en desarrollo, los más vulnerables», a afrontar el cambio climático y sus consecuencias.

«El cambio climático amenaza con tener un impacto catastrófico que transformará el mundo en el que vivimos», señaló en un comunicado Dimas, quien recalcó que los países en desarrollo serán «los más afectados y los menos capaces de afrontarlo».

350 millones de euros

La Unión Europea apoyará que la Conferencia acuerde un fondo de cinco años para ayudar a los países en desarrollo a adaptarse a las consecuencias del cambio climático, que estaría dotado con hasta 350 millones de euros, anunció Barbara Helfferich, portavoz comunitaria de Medio Ambiente.

Además, la UE quiere que se logre una distribución más equitativa de los proyectos del Mecanismo de Desarrollo Limpio, que promueve la transferencia de tecnologías limpias a los países en desarrollo.

La Conferencia de Nairobi también comenzará las discusiones sobre qué tipo de marco internacional es necesario a partir de 2012, cuando concluye el Protocolo de Kioto. La posición europea es que «hace falta un compromiso de todos, incluido de Estados Unidos» (país que no ratificó el Protocolo de Kioto) para el nuevo régimen que entre en vigor a partir de 2012, indicó Helfferich en una rueda de prensa.

La Conferencia realizará también una revisión de la aplicación del Protocolo de Kioto, y los europeos quieren que se hagan mejoras, como la inclusión de las emisiones de la navegación y la aviación, dos sectores no cubiertos en ese acuerdo, o la optimización del sistema de intercambio de derechos de emisión.

Por otro lado, ayer se creó Eosta, primera compañía en el sector de las frutas y hortalizas que compensa el efecto negativo de sus emisiones de CO2 mediante la adquisición anual de créditos de CO2 para la inversión en proyectos sostenibles.



Más de 5.000 personas asisten a la Conferencia
Algo más de 5.000 personas se han registrado para asistir durante las próximas dos semanas en la capital keniana a la duodécima Conferencia de las Partes (COP) de la Convención Marco de la ONU sobre Cambio Climático (CMNUCC), en la que están integrados 189 estados, así como a la segunda COP de los 166 países que han ratificado el Protocolo de Kioto. Este documento entró en vigor el 16 de febrero de 2005 e impone a los estados industrializados límites obligatorios de emisiones de gases de efecto invernadero con el objeto de reducirlas entre los años 2008 y 2012 en un 5,2% con respecto a los niveles que había en 1990. -



La alarma que saltó en los años 60-70 ha ido ganando en intensidad

NAIROBI

La lucha contra el cambio climático comenzó cuando los científicos dieron la voz de alarma al constatar que en los decenios de los años 60 y 70 del pasado siglo las concentraciones de dióxido de carbono en la atmósfera estaban aumentando notoriamente.

De forma natural, el dióxido de carbono y otros gases como el metano y el óxido nitroso forman una capa en la atmósfera que retiene el calor en la Tierra e impide que éste regrese al espacio, lo que haría del planeta un lugar frío y yermo.

Pero su elevada concentración, derivada de la industrialización y del consumo de combustibles fósiles, ha hecho que la capa sea «más gruesa», por lo que retiene más el calor y los rayos infrarrojos del sol, y hace subir las temperaturas, fenómeno conocido como cambio climático o calentamiento terrestre.

En 1991, el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático, creado tres años antes, presentó un primer informe de evaluación con las opiniones de 400 científicos que afirmaba que el calentamiento atmosférico era real y pedía a la comunidad internacional que hiciera algo.

En 1992, en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo celebrada en Río de Janeiro ­conocida como Cumbre de la Tierra­, los gobiernos aprobaron la Convención de la ONU sobre el Cambio Climático.

Con 189 estados adheridos a la Convención, ésta goza de aprobación casi universal. En ella se fija el objetivo último de estabilizar las emisiones de gases de efecto invernadero «a un nivel que impida interferencias antropógenas peligrosas en el sistema climático».

Pero el texto reconocía que era un documento de carácter general que debía ser desarrollado para lograr compromisos más firmes, lo que llevó a un nuevo proceso de negociaciones que desembocó en la firma, el 11 de diciembre de 1997, del Protocolo de Kioto.

Este acuerdo impone a los estados industrializados más contaminantes en el pasado y en la actualidad límites obligatorios a las emisiones de gases de efecto invernadero que vierten a la atmósfera. De forma global, el tratado prevé reducir, en el período 2008-2012, la emisión de gases de efecto invernadero en un 5,2% respecto a los niveles de 1990.

Pero los objetivos varían de un estado a otro: mientras Rusia debe estabilizar sus emisiones, la UE debe hacer recortes del 8%, Canadá y Japón del 6% y EEUU del 7%, aunque éste último retiró posteriormente su apoyo al Protocolo y no lo ha ratificado.

El acuerdo ofrece varios mecanismos alternativos, además de la reducción en términos absolutos de las emisiones, para que los países puedan cumplir sus objetivos. El llamado «comercio de derechos de emisión» o «mercado del carbono» permitirá que los países con emisiones a las que tendrían derecho pero que no han «utilizado», vendan este exceso a los estados que superan sus objetivos.

Otro sistema es el denominado «Mecanismo de Desarrollo Limpio», mediante el cual los estados industrializados pagan proyectos que reducen o evitan las emisiones en los países más empobrecidos, y a cambio se les adjudican créditos que se pueden aplicar para cumplir sus propios objetivos de emisión.

«Kenia significa blancura, pero casi no queda nieve»

BILBO

Jesse Mugambi, del grupo de trabajo sobre cambio climático del Consejo Mundial de Iglesias, declaró en la jornada de ayer que «Kenia debe su nombre al monte Kenia, palabra que significa blancura y hacía referencia a sus cumbres siempre nevadas». «Pero hoy sólo queda una mínima parte de esas nieves ­añadió­, las precipitaciones han disminuido y los ríos que bajan de las montañas llevan menos agua. La gente que depende de ella va a sufrir, y si las cosas no cambian acabaremos siendo refugiados ecológicos».

Catherine Pearce, de la organización Amigos de la Tierra, agregó que «Kenia no es un caso aislado y el momento de actuar es ahora. Se nos está acabando el tiempo si queremos evitar un incremento de las temperaturas de casi dos grados centígrados». Tras recordar que la temperatura media de la superficie terrestre aumentará entre 1,4 y 5,8 grados centígrados para el año 2100, Pearce pidió mayor compromiso de los estados industrializados para reducir la emisión de gases.


 
Inprimatu
...Albiste gehiago
Kirolak
Ana Urkijo:«Hasta aquí hemos llegado, basta ya»
Mundua
El recuento apunta a la primera victoria general sandinista en los últimos 16 años
Jendartea
Los alcaldes de Hondarribia e Irun dicen que apoyar el alarde mixto sería peor
Kultura
Ahantzitako esklaboen tragedia oroituz
Ekonomia
La CE corrige al alza la previsión de crecimiento en la UE y la zona euro
  CopyrightGara | Kontaktua | Norgara | Publizitatea |  rss