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El atropello mortal de los dos hermanos de Basurto será juzgado finalmente como delito

La Sección Sexta de la Audiencia de Bizkaia resuelve en un auto que sí existió un delito en el atropello mortal de los hermanos Aitor y Oihane Aginako Bilbao, desechando una decisión anterior del Juzgado de Instrucción número 6 de Bilbo, que lo consideró tan sólo falta.

Agustín GOIKOETXEA

La Audiencia de Bizkaia ha atendido el recurso de apelación presentado por el fiscal y la acusación particular en el caso que se sigue por el atropello mortal el 3 de enero de 2006 de dos niños, los hermanos Aitor y Oihane Aginako Bilbao, de 7 y 4 años, en un paso de peatones en el barrio bilbaino de Basurto. La Sala resuelve en un auto que, a la vista de las diligencias previas, se deduce que existen indicios de imprudencia grave por parte del conductor y, por tanto, hay que calificarlo como delito de homicidio imprudente, y no como imprudencia leve. Esta calificación suponía la apertura de un juicio por faltas que le podía acarrear al acusado una simple multa.

Los magistrados estiman así el recurso de la Fiscalía y la acusación particular contra una resolución anterior del Juzgado de Instrucción número 6 de Bilbo, que consideró que no había quedado acreditado la perpetración de un delito contra la seguridad en el tráfico por el que fue inicialmente imputado el conductor. Se abre ahora el procedimiento para la celebración del juicio oral por aquel atropello que conmocionó hace un año a la capital vizcaina.

En el auto se resuelve que el «Código Penal establece, de modo concreto, que, si como consecuencia de un proceder imprudente grave, se causa la muerte de una persona, quien así resulte es autor de un delito de homicidio imprudente». La Audiencia consideran que existen indicios de que «la imprudencia es grave por haberse omitido las más elementales normas y deberes de cuidado en la conducción de un vehículo a motor».

Mencionan que de los datos aportados se puede establecer «la probabilidad de que el imputado obró, al producirse el atropello, omitiendo ese deber elemental». En la resolución aclaran que el juez deberá graduar en la vista oral la imprudencia.

Frente a la calificación de los hechos como falta por parte del Juzgado de Instrucción número 6, la Audiencia estima que eso «supone un sobreseimiento libre del delito, y la imposibilidad de que, más adelante, se valore la conducta a enjuiciar conforme a todos los parámetros reseñados».

En los argumentos esgrimidos por la acusación, en nombre de la familia de Aitor y Oihane Aginako, se indica que el atestado de la Policía Municipal estableció como causa inmediata y principal del atropello el hecho de que el imputado «condujera con una total desatención». Subraya que en la vía por la que se aproximaba a un cruce de calles existía suficiente señalización, por lo que «debería saber perfectamente que lo hacía con proximidad a un paso debidamente señalizado y reforzado por una línea de detención, a dos metros del paso».

También se hace referencia a las condiciones en las que el acusado condujo su vehículo en los momentos previos, concluyendo que «omitió cualquier medida de cautela o de la precaución más elemental exigible a todo conductor». Ahora, en el auto de la Audiencia, se recuerda el informe pericial, en el que se fija la velocidad mínima a la que circulaba el acusado cuando impactó contra los niños en 62,17 km/h, cuando el limite de velocidad en ese tramo de la avenida Montevideo es de 50 km/h.

Otras responsabilidades

El proceso judicial por el atropello mortal de los dos pequeños prosigue su camino mientras las otras responsabilidades, las políticas, se quedaron en las hemerotecas y diarios de sesiones del Consistorio bilbaino y las Juntas Generales de Bizkaia. La reclamación penal contra las autoridades fue desechada por el juez instructor.

Después del trágico suceso, Ayuntamiento y Diputación tardaron tan sólo tres días en colocar los semáforos que los vecinos reivindicaron durante cinco años. Vecinos reiteraron recientemente que «las instituciones no habían estado a la altura». Al cumplirse el primer el aniversario, la edil de Circulación, Ibone Bengoetxea, dio la siguiente explicación: «No dimití por responsabilidad política: di las explicaciones oportunas y seguí trabajando». A los dos días de la muerte de los dos niños, dijo no tener «la sensación de haberlo hecho mal», lo que le provocó duras críticas. Bengoetxea volverá a presentarse en la candidatura de Azkuna.

 

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