Raimundo Fitero

Como estamos en carnavales, bien vale la pena titular con un tópico. Cosas del fútbol. Fútbol es fútbol. Las cosas del vestuario deben quedar en el vestuario. Hemos tenido una semanita con muchas cosas colaterales sobre el mundo del fútbol, pero la mejor de todas es que en Alemania, sí, en el centro de Europa, allá donde dicen está la locomotora económica de la UE, se esperan para las próximas fechas un gran número de partos. Estadísticamente muy por encima de la media. ¿A qué no se imaginan las razones a las que achacan este inesperado «baby boom»? Pues, al fútbol. Exactamente, como lo oyen. Al Mundial de Fútbol, que se celebró en Alemania, para más señas.

Lo he visto por televisión y era uno de esos reportajes sociales que ahora tanto se prodigan, pero lo vi, al menos una de las veces, en un noticiario. ¿Sería Euro News? Puede ser. Se entrevistó a muchas personas. Salían preñadas, futuros padres ilusionados, sociólogos, tocólogos, autoridades y todos habían llegado a esa conclusión: en aquellas fechas, el ambiente festivo del Mundial, los buenos resultados de Alemania en sus primeras fases había llevado a la ciudadanía a la fornicación.

Se supo por entonces que se habían construido los prostíbulos más grandes del continente, que se esperaba un crecimiento notorio en el ejercicio de esta profesión en auge como es la prostitución, pues, además de todo ese sexo cervecero, de forofo patriotero, ese turismo sexo-futbolístico, resulta que el fútbol en estos acontecimientos mediáticos ayuda a nivelar la pirámide demográfica, y si hay mucho fútbol, a lo mejor podemos cobrar todos las pensiones a nuestro debido tiempo.

El fútbol como terapia reproductora. El siguiente reportaje nos explicará que esa legión de alemanes y alemanas concebidos bajo los efectos de un gol de Ballack se llaman como sus héroes balompédicos o como sus madres, en el caso de las alemanas. ¿Se podría hacer algo para paliar el déficit demográfico vasco? El fútbol parece ser la viagra del pueblo. Desgraciadamente el gerente de un club de fútbol, el Lleida, murió la madrugada pasada degollado en un trifulca de una discoteca. ¿También forma parte de las cosas del fútbol?