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El satírico desfile comparsero no se olvidó un año más del agua de Bilbao

Bilboko konpartsak celebró a lo grande su desfile carnavalero por la calle chica, porque la grande, la Gran Vía, está vetada para las comparsas en Carnestolendas por aquello de que siempre se mofan de la autoridad y ayer lo volvieron a hacer bañados en Agua de Bilbao. B

Agustín GOIKOETXEA

Por tercer año consecutivo, por orden del alcalde, las comparsas marcharon por Hurtado de Amezaga con sus montajes satíricos, en los que no dejaron títere con cabeza. Por tener, que hay poca, derrocharon Agua de Bilbao y empaparon la modesta calle que Azkuna les dejó para desfilar ante miles de personas que se agolparon en aceras y calzada haciendo muy difícil el paso a algunas de las carrozas.

Hombres y mujeres del tiempo lo anunciaban. En esta oportunidad, con la inestimable colaboración de los pupilos de Groucho Marx, que repetían machaconamente «Qué llueva, qué llueva,...»,, el Agua de Bilbao no cesó de mojar a los presentes. En su sátira centrada en el Consorcio, aseguraban que a sus responsables políticos no les hace falta que llueva pues son unos zahorís de renombre.

Por aquello de que los sorteos están de moda. Altxaporrue sacó a la calle esta problemática con un gran bombo y enchufes con anagramas de PNV y EB. No fueron los únicos, ya que los de Kobetas Mendi hincaron también el diente a este asunto, aunque disfrazados de vampiros de Etxebidet.

Algo muy similar sucedió con la visión comparsera de la Justicia española. Los de Lehoiak fueron contundentes con una Justicia del embudo y garrote, aunque los de Txori Barrote optaron por la muerte con guadaña y pomposos magistrados con peluca decimonónica. Por cierto, recurrente fue la muerte con guadaña que acompañó a los de Eguzkizaleak y su vetusta central nuclear de Garoña.

En su estreno, Txinbotarrak trajeron hasta el corazón de la villa la problemática del tráfico de drogas en Zorrotza y la actuación de la Policía Municipal con su Bilbao Antivicio. El control social llegó de la mano de Kaskagorri, que del renombrado Matrix se pasaron al botxero «Gorrix: sistema apurtu, gorria izan!». Hontzak volvieron a meter el dedo en la llaga con su carnicería La Patronal.

Precisamente los opulentos viajeros del TAV desfilaron por Hurtado de Amezaga de la mano de Bizizaleak, incidiendo en que será «Un tren exclusivo para gente exclusiva y elegante, aunque será una ostia más potente a 200 km/h». Exclusivo fue el futbolín viviente de Moskotarrak al igual que los héroes y villanos de Sin Kuartel, sin olvidar a los lagartos de K, venidos de Zurbaranbarri.

La KoPPe de Pa...Ya

La KoPPe de la Peña Pa...Ya nos recordó que somos unos diablos mientras Mamiki optó por las sorginak y Tas Tas Irratia por los piratas. Los huevos fritos reivindicativos llegaron con Irrintzi y los autos de choque con Aixe Berri, por aquello del malogrado Bilbao Circuit Urban. Para turístico, el autobús de Algara o los zanpartzar de Uribarri. Deportivos fueron los tomateros de Tintigorri con Deustown Basket Point.

El cabaret llegó con la Pinpi, los guerreros medievales con Arrainak o la construcción de muro israelí con Askapeña y Mekaguen, que no escatimaron medios presentándose con una hormigonera «de verdad, no de gomaespuma. Abante trajeron a sus Hare Crisman y los de Hau Pittu Hau a su marrazkillo en su decimotercer aniversario.

Los premios fueron en la categoría de carrozas para Kaixo seguido de Kaskagorri y Peña Pa...Ya. Por grupos, los galardones se quedaron, por este orden, en manos de Pinpilinpauxa. Moskotarrak y Bizizaleak. El disfraz individual más destacado fue el de un caballero medieval con su castillo móvil.

 

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