RULMENTUL BRASOV 21
ITXAKO 14

Toda la magia del pabellón Lizarreria y algo más será necesaria para que la aventura europea de Itxako se prolongue. Los octavos de final de la Copa EHF se pusieron muy cuesta arriba debido, entre otras cosas, a que las de Ambros Martín no supieron franquear la muralla rumana y se mostraron inoperantes en ataque durante muchos minutos del envite. Unicamente al comienzo del partido -se adelantaron 2-3- y mediada la segunda parte, cuando redujeron la diferencia a cuatro goles, las lizartarras ofrecieron un atisbo de reacción que finalmente no terminó de cuajar.

Y eso que Barbu mejoró enormemente sus prestaciones en el tramo final del choque, en el que llegó a detener hasta tres penaltis consecutivos y realizó paradas de mucho mérito en claras penetraciones de las anfitrionas. De no ser por la portera rumana -una de las cuatro jugadoras de Itxako que regresaban a su país, junto a Mihai, Fedornea y Alina Jula, estas dos últimas del propio Brasov-, el resultado hubiera sido sin duda bastante más abultado.

La descalificación precisamente de Alina Jula por su tercera exclusión y el que el Rulmentul ajustara su defensa en la última fase del choque propició que las de Mariana Tarca llegaran al pitido final con la máxima renta hasta entonces en el marcador. Mucho deberá mejorar el juego de Itxako para el partido de vuelta, sobre todo en ataque, aunque si los árbitros pitan con el mismo criterio en la vuelta habrá opciones.