Da igual el deporte que se practique. Sea baloncesto, balonmano, rugby, fútbol... los derbis siempre siguen el mismo patrón: no demasiada calidad, emoción a raudales, nervios a flor de piel y explosión de júbilo en el vencedor y cara de bobo del derrotado.

Y mayor cara de bobo se le queda al derrotado si ha ido ganando hasta el último instante. Javi Salgado -¿quién si no?- clavó un triple desde siete metros sobre la bocina que dio una victoria dramática a Bilbao Basket y que, además, hunde a Bruesa GBC, que está ahora empatado en el penúltimo lugar de la Liga con el Grupo Capitol Valladolid. El equipo pucelano dio la sorpresa de la jornada y derrotó por 88-101 a Akasvayu Girona contra todo pronóstico. Como dijera Pepu Hernández, sólo una palabra: ¡BA-LON-CES-TO!.

Pelea de principio a fin

El partido no fue ninguna maravilla, aunque sí bastante mejor que el que ambos equipos jugaron en Illunbe. Lo que sí destacó fue la pelea por cada balón, incansables ambos equipos. El choque de ayer fue un claro exponente de lo que es el baloncesto ACB: emoción y lucha en cada una de las jugadas.

Ninguno de los dos equipos logró irse en el marcador, pero a falta de grandes ventajas, más parecía que Bruesa GBC sabía mejor lo que quería y, por ende, llevaba casi siempre la iniciativa. Así se llegaba al descanso con 37-39 en el marcador.

Bilbao Basket tiró de garra para darle la vuelta al choque, pero esa ansiedad le hizo cometer errores muy graves que a punto estuvieron de costarle muy caro.

A falta de 12 segundos, Recker se obcecaba en un «uno contra todos» que le salió mal. Fajardo agarró el rebote y le hicieron falta: 63-64 a cuatro segundos.

El tinerfeño erró el primer tiro y metió el segundo. Fue entonces cuando Javi Salgado emuló a las estrellas de la NBA y clavó el triple de la victoria en el último suspiro.