GARA > Idatzia > Kultura

Los galeristas vascos presentes en Arco regresan contentos de la cita madrileña

El balance oficial de la Feria Internacional de Arte Contemporáneo de Madrid, Arco, habla de un incremento de ventas de hasta el 15%. Aunque a pie de stand las cosas suelen verse de otra manera, mucho más fría, alejada en todo caso de la euforia que suelen mostrar los organizadores, los galeristas vascos coinciden en que ha sido una muy buena feria, así como en valorar positivamente la gestión de la nueva directora, la donostiarra Lourdes Fernández.

Martin ANSO | DONOSTIA

Carreras-Múgica, Windsor, Vanguardia, Altxerri, Moisés Pérez de Albéniz y Trayecto. En total, han sido seis las galerías de Euskal Herria que han ofrecido las obras de los artistas que representan en Arco. Ayer, mientras desmontaban sus respectivos stands o regresaban a casa tras cinco días de feria, algunos de sus responsables tuvieron a bien hablar con GARA y hacer un pequeño balance.

Nacho Múgica, de Carreras-Múgica de Bilbo, antigua Colón XVI, advirtió que los titulares de prensa -«las ventas se han incrementando en tanto y cuánto»- pueden dar «una idea engañosa» y que «tampoco es para tanto», pero se mostró «contento», tanto por el nivel de adquisiciones como porque su stand «ha gustado». Que el stand «guste» es siempre importante, pero quizá lo era más en esta ocasión. «Conjuntamente con el cambio de nombre -explicó Múgica-, la galería ha emprendido también un cambio de rumbo, en el que la apuesta por la promoción de artistas jóvenes tiene una gran importancia. El stand de Arco quería reflejar ese cambio y que haya gustado es especialmente importante».

Carreras-Múgica ha vendido «un poco de todo, que es lo que siempre te gusta, un combinado de obras de grandes maestros, como Eduardo Chillida y Richard Serra, con las de otros más jóvenes, como Pello Irazu».

Múgica consideró un acierto que durante los tres primeros días -el año pasado fueron sólo los dos primeros- la feria estuviera abierta exclusivamente a los profesionales. «Eso nos ha permitido estar más tranquilos con los coleccionistas, directores de museos y comisarios, sin los agobios del fin de semana, en los que a veces hay tanta gente que estás casi más pendiente de que no se dañe ninguna pieza que de otra cosa».

«Tiempo de cosecha»

Al galerista iruindarra Moisés Pérez Albéniz la feria le ha ido «muy bien». Tan bien que, si el año pasado declaró a GARA que había sido el mejor, ayer tuvo que declarar que éste lo ha superado. Pero, para evitar malentendidos, inmediatamente matiza: «Nosotros trabajamos con artistas vivos, muchos de ellos jóvenes, cuyas obras tienen precios bajos. Es decir, vender tres piezas de un artista joven no es lo mismo que vender un Picasso o un Tapies. Así es que, cuando digo que nos ha ido bien, lo digo desde la perspectiva de que nuestro primer objetivo al ir a una feria suele ser la de cubrir gastos. Esta ha sido la novena vez que hemos acudido a Arco. Pues, bien, en las seis primeras ni siquiera conseguimos cubrir gastos. En las últimas tres, en cambio, hemos ido en una progresión al alza estupenda y tenemos la sensación de que empezamos a recoger lo que hemos estado sembrado desde hace mucho triempo. Por eso digo que nos ha ido muy bien, pero hay galerías de Madrid, Barcelona o Valencia que en Arco probablemente hacen el año, mientras que para nosotros, en cambio, Arco son sólo cinco días y tenemos que seguir bregando los 36o restantes».

Pérez Albéniz ha llevado a Madrid obras de Ana Laura Aláez, José Ramón Amondarain, Txomin Badiola e Itziar Okariz, entre otros artistas, muchos de ellos vascos, y ha vendido «un poco de todo».

Además, el galerista iruindarra está especialmente orgulloso de que Ibon Aranberri haya recibido el Premio Arco Comunidad de Madrid para Jóvenes Artistas por su obra «El mar de los Pirineos», una fotografía en blanco y negro de 3 x 1,45 metros expuesta en su stand. «Que un jurado profesional haya dado el premio a Ibon es úna satisfacción y también un reconocimiento», afirmó.

También Roberto Saenz de Gorbea, de la bilbaina galería Windsor, huyó de los triunfalismos, lo que no le impidió hacer un balance positivo de Arco 2007. «Se mantiene el ritmo de crecimiento significativo que ha caracterizado a los últimos años, tanto en lo que a la presencia expositiva respecta como al mercado, y ésa me parece la gran noticia, más allá de balances espectaculares, que yo creo que nunca se deben hacer».

A Windsor, en concreto, le ha ido bien. «Hemos cumplido los objetivos; hemos mantenido los contactos que esperábamos y hemos colocado piezas importantes», dijo Saenz de Gorbea. Una de ellas, de Fernando Villena, se incorporará a la Fundación Coca-Cola. Otras, a colecciones privadas sobre las que el responsable de Windsor prefirió mantener la discreción.

Inversores y coleccionistas

Desde Gipuzkoa, Altxerri ha sido la única galería que ha acudido este año a Arco. Aunque una veterana de la feria, ha tenido ocasión de reencontrarse con este evento, tras su ausencia del año pasado. Mientras desmontaba el stand, Juan Ignacio García Velilla confirmó a GARA la impresión general de que la edición, «tanto en calidad como en ventas», ha ido bien, también para Altxerri, aunque tampoco en este caso faltan los matices: «La nuestra no es una galería de piezas importantes, sino más bien de promoción de artistas, y yo creo que a la feria han acudido más inversores que coleccionistas propiamente dichos. Los coleccionistas adquieren piezas que les gustan, mientras que los inversores buscan una seguridad y, por tanto, optan por piezas de artistas de renombre, un tipo de piezas de las que nosotros no disponemos».

Aún así, les ha ido bien. «Bueno, hay que pagar un stand de cuatro millones y pico, pero hemos vendido un poco de todo lo que hemos traído».

Pero, además, Juan Ignacio García Velilla, como todos sus colegas, ha establecido contactos que, en el futuro, probablemente permitirán a algunos de sus artistas exponer en diversas ciudades. Y es que, más allá de las ventas, este tipo de contactos son probablemente el principal aliciente que Arco ofrece a las pequeñas galerías.

«BUEN BALANCE"
Alejadas de la euforia de los balances oficiales, las pequeñas galerías consideran que la feria ha ido bien si han vendido lo suficiente para cubrir gastos y han tenido ocasión de promocionar a los artistas que representan.
IBON ARANBERRI
Ibon Aranberri ha recibido el Premio Arco Comunidad de Madrid para Jóvenes Artistas por su obra «El mar de los Pirineos", una fotografía de grandes dimensiones en blanco y negro expuesta en el stand de Moisés Pérez de Albéniz.
Lourdes Fernández aprueba con nota su primera edición al frente de la feria
La vigésimo sexta edición de Arco ha sido la primera celebrada bajo la dirección de la donostiarra Lourdes Fernández. En general, los galeristas vascos valoran positivamente su gestión, aunque creen que los cambios no han hecho sino empezar a notarse. «Hay que tener en cuenta -indica al respecto Juan Ignacio García Velilla- que Arco es una feria en pleno éxito, a mí no me cabe duda de que es una de las mejores del mundo, y basta salir y ver las otras para comprobarlo. No es fácil cambiar una feria en pleno éxito, y ella misma afirma que su presencia se ha notado poco y que el año que viene ya se notará algo más". Roberto Saenz de Gobera abunda en esta idea: «Creo que en esta edición Lourdes ha tenido todavía poca capacidad de maniobra y que será a partir del año que viene, con los nuevos pabellones, cuando empezarán a notarse los cambios que ha impulsado". Unos cambios que van en la línea de fortalecer lo que Arco tiene de mercado. «En los últimos años -explica Nacho Múgica-, la programación se había venido cargando con conferencias y una serie de actividades paralelas, muy importantes, sin duda, pero que estaban confiriendo a Arco un aire de bienal. Sin embargo, una feria es una feria, y parece que, al respecto, la nueva directora tiene las ideas muy claras. Por ejemplo, las actividades paralelas se van a seguir realizando, pero en otras fechas y en otro marco. También se ha ampliado el tiempo de acceso a Arco exclusivo para profesionales". En palabras de Moisés Pérez de Albéniz, son cambios «muy ligeros, pero muy importantes". ¿Aprobado con nota, pues, para Fernández en su primera edición? «No -dice Pérez Albéniz, yo diría que notable alto; el sobresaliente lo guardaremos para el año que viene". M.A.

Imprimatu 
Gehitu artikuloa: Delicious Zabaldu
Igo