Las empresas «modernas y cautivadoras de futuro» se encuentran sumidas en una batalla por encontrar «al líder flexible» que sea capaz de desarrollar y aflorar el suficiente talento entre sus empleados para obtener un grado de innovación suficiente para competir en el mercado global. La Asociación para el Progreso de la Dirección Zona Norte (APD) y la Universidad de Deusto acercaron en una jornada esas características. Juan Carlos Cubeiro, presidente de Eurotalent, reconoció que el liderazgo «es más importante que nunca», aunque el mismo debe basarse en las nuevas orientaciones. Peter Drucker, recientemente fallecido y considerado el «padre de la gestión», explicó en varios de sus libros que «el crecimiento económico del futuro provendrá del incremento de la productividad del trabajo del conocimiento y de los trabajadores del conocimiento» y, por otro lado, que «la única ventaja competitiva de los países desarrollados será la dotación de trabajadores del conocimiento».

En base a esta idea, Cubeiro destacó ante un grupo de directivos vascos que «vivimos en un entorno en el que el talento es más escaso que el capital» y, a su juicio, «el liderazgo no es otra cosa que talento directivo, para dirigirnos a nosotros, a un equipo o a toda la organización». Según este prestigioso «creador de líderes», «hay mucho más dinero en el mercado que talento dispuesto a aprovecharlo y, por ello, el liderazgo, entendido como esa capacidad para marcar la pauta, para llevar la iniciativa, para inspirar y aportar energía, es especialmente relevante». Además, el director de Eurotalent destacó que «vivimos en plena economía de la atención», lo que para él significa que «las organizaciones necesitan destacar, salir del montón, ser relevantes en la mente del cliente». Sin embargo, reconoció que eso no ocurre entre los empresarios. Ofreció una serie de datos que dejaron perplejos a muchos responsables de las empresas punteras de Araba, Bizkaia y Gipuzkoa.

«Sólo uno de cada seis jefes o jefas es un líder resonante», es decir generador de un «clima de satisfacción, rendimiento y desarrollo». Tres de cada seis se encuentra, a juicio de Juan Carlos Cubeiro, en la zona intermedia, pero el 36% restante, más de un tercio, «son o somos `jefes tóxicos', que provocan un clima laboral asfixiante, absentismo emocional y baja productividad». Esa situación debería cambiar para conseguir, precisamente, disponer de una «visión de futuro». Cubeiro considera que «un líder flexible» debe contar con «un equipo en el que crea, genere ilusión y disfrute. Porque sólo quien disfruta aprovecha el talento; y, entre otras razones, debe mantener la comunicación en doble sentido».

Vicente Blanco, director de Eurotalent, explicó que las empresas perdieron productividad en 2006. El Estado español se encuentra en la parte más baja en comparación con la UE, ya que la productividad bajó un 0,5%. Según su explicación, esa posición de desventaja no es achacable a los costes laborales, como enseguida explican las patronales, sino a la «falta de una inversión suficiente en I+D+I». Blanco advierte sobre los costes laborales que «efectivamente pueden ser altos, si los comparamos con los países del Este, pero no lo son si los comparamos con Alemania, Francia, Bélgica y Holanda, por citar algunos, donde la productividad creció un 2%, 1,4%, 1,9% y 2,1%» y, por otro lado, «son países que hacen menos horas de trabajo» que en el Estado español.