Al menos 113 civiles han fallecido y otros 229 han resultado heridos durante los últimos tres días debido a los enfrentamientos entre las tropas gubernamentales y etíopes e insurgentes locales en Mogadiscio, según denunció ayer el presidente de la Organización Elman de Derechos Humanos, Sudan Ali Ahmed tras contabilizar los datos recabados en hospitales, residencias locales y a partir de los funerales celebrados en la capital de Somalia.

«Condenamos la actuación de ambas partes del conflicto y exigimos que detengan inmediatamente la masacre en la capital», manifestó Ahmed a AP.

Por su parte, el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) aseguró que son ya 321.000 las personas que han huido de Mogadiscio a causa de la violencia. Algunos testigos indicaron que las mujeres y niños abandonaron los barrios de la capital, mientras que los hombres permanecía en ella para custodiar sus viviendas.

Las calles de la capital, donde viven aproximadamente dos millones de habitantes, fueron escenario ayer de intensos combates callejeros entre los soldados etíopes que respaldan al Gobierno títere somalí y los grupos insurgentes que causaron al menos quince muertos, según testigos presenciales. Esta situación se vivió un día después de que los choques dejaran un saldo de doce muertos y de que un kamikaze detonara una carga explosiva en una base militar etíope. Una jornada que se saldó con al menos una treintena de muertos, aunque no trascendió si hubo víctimas en el ataque suicida a la base militar.

«Lenta pero segura»

Mientras el jefe de la Unión de Tribunales Islámicos (UTI), Sheij Ahmed, pedía ayer al pueblo somalí que se alce en arma contra las tropas etíopes, a las que acusa de «genocidio», el presidente del país, Abdullahi Yusuf Ahmed, afirmaba que el conflicto «está terminando, de forma lenta pero segura», pese a reconocer el reagrupamiento de las milicias islámicas en la capital.

Los enfrentamientos en Mogadiscio han causado centenares de muertos desde que las tropas etíopes entraran en Somalia para ayudar a su Gobierno interino a derrocar a los insurgentes de la UTI. Sharif Sheij Ahmen, pidió ayer al pueblo somalí que se alce en arma contra las tropas etíopes, a las que acusa de «genocidio».