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escalada Pirineos en invierno

Invierno especial en los Pirineos

Mikel Zabalza, con un buen número de notables actividades, analiza la atípica pasada temporada invernal en los Pirineos.

Andoni ARABAOLAZA | DONOSTIA

El invierno se fue hace ya un mes. Y se fue, como es de esperar, sin llover a gusto de todos. Por ejemplo, los que prefieren pinchar en el hielo fusión, en esas verticales cascadas heladas como las de Gavarnie, no han tenido casi nada de suerte. El invierno de nuestra cordillera dijo que esta temporada no tocaba. En cambio, otros, los que optan por apretar bien en líneas efímeras de mixto duro, de esas que llevaban años sin formarse, pues han hecho bingo, ya que las condiciones de este año han querido mostrar su cara más benevolente.

Lo que sí es cierto es que este pasado invierno ha sido especial. De la misma opinión es una de las figuras del actual pirineísmo, nos referimos a Mikel Zabalza. El iruindarra va más allá y nos asegura que ha sido muy atípico: «Octubre y noviembre fueron muy húmedos, y se dieron las condiciones adecuadas para que se formase hielo en el Pirineo a partir de los 2.200 metros. A partir de esa cota se han dado condiciones excepcionales, pero por debajo hemos visto que diciembre fue seco y enero más todavía. Así, no se ha formado hielo de fusión de cascada por debajo de esa cota. En Gavarnie, Izas... no ha habido casi nada. Yo, por ejemplo, este invierno no he escalado en Gavarnie. En cotas altas, la historia ha sido la leche. En enero hemos realizado aproximaciones en zapatillas. En la vía Grand Lezard (Balaitous), por ejemplo, fuimos en zapatillas desde La Sarra hasta los ibones de Arriel. Rutas como esta última o Etoile filante (Pene Blanque de Troumouse), con aproximaciones muy largas, las hemos podido hacer en el día».

La cosa pintaba y, cómo no, la ocasión no la han querido desaprovechar algunos de los más potentes escaladores polivalentes del momento. Líneas interesantes, algunas históricas, y con un atractivo nada desdeñable. Para Zabalza, más que actividades punteras, las condiciones de este invierno han ofrecido la posibilidad de realizar escaladas diferentes: «No sé si han sido punteras o no; lo que sí es verdad es que la mayor parte de esas vías son de envergadura, serias y comprometidas. Se han desarrollado en terreno de alta montaña, cuyo denominador común son las largas aproximaciones. Eso ha limitado que hubiese apenas gente haciendo ese tipo de líneas. Quitando Telera, que tiene un acceso cómodo y donde ha ido mucha gente, el resto ha sido casi un desierto. La Grand Lezard, por ejemplo, ha tenido muchas repeticiones. Es una vía mítica, pero otras que hemos escalado nos han parecido tan buenas o mejores que la citada».

Pirineísmo de dificultad

Las actividades firmadas por el alpinista navarro, así como las realizadas por otros representantes del mismo «club», nos reafirman (parece que el olvido todavía pesa mucho) que los Pirineos siguen siendo un terreno de juego excepcional. Zabalza también quiere incidir en esta cuestión a la hora de analizar el jugo que algunos le han sacado al pasado invierno: «Nuevamente, me reafirmo en el lema: Pirineo forever. Hay paredes muy interesantes, algunas tan interesantes como muchas tapias de los Alpes. Por ejemplo, la norte de la Pala de Ip, la norte de Forato, los Picos de la Cascada... son ascensiones muy buenas, con aproximaciones largas, verdadero pirineísmo, dificultad en todos los terrenos, etc. Son vías muy completas, de las que me van, y es que tienes que escalar en hielo, un poco de mixto, escalar en roca sin guantes... Y, claro está, estas escaladas en invierno tienen casi siempre un punto de compromiso».

Hasta ahí podemos observar que la evolución de las actividades de pirineísmo de dificultad siguen yendo por buen camino. Pero la actualidad del montañismo-escalada va por otros derroteros, y de nuevo salta el botón de alarma al ver que son los de siempre quienes se enfrascan en este tipo de actividades. Según el iruindarra, el alpinismo de dificultad o de intentar innovar está bastante parado: «Estamos los cinco de siempre; somos unos pesados. Hay poca gente que sale. Algún componente del equipo de jóvenes alpinistas de la FEDME viene pisando duro, pero de aquí cerca, de los de casa, yo no conozco a nadie. Ojalá los hubiera, pero no hay nueva hornada. No sé cuál es la razón de que no salga más gente. Quizá la escalada deportiva tenga algo que ver. Es una especialidad muy cómoda, y los chavales tiran por ahí».

Como adelantábamos, el hielo de fusión, léase lugares como Gavarnie o Izas, no ha sido el protagonista principal del invierno; ni mucho menos. Le han suplido las caras nortes, sin abundancia de nieve y hielo, pero con secciones de mixto que han hecho las delicias de los más destacados. No vamos a aventurarnos si el mixto será el futuro de las invernales en los Pirineos, las sorpresas del clima están para eso, pero como bien afirma Zabalza, la combinación roca-nieve-hielo de dificultad no desmerece: «Es el tipo de ascensiones que más me divierten y que me resultan gratificantes. Más que las cascadas puras de Gavarnie, tipo Banzayous, que es una escalada más monótona. Es muy bonita por el sitio que te subes, que es agua, pero me gusta más lo todoterreno que es el alpinismo. Es más montaña: llegas a una cima, bajas por otro lado... El hielo de Gavarnie o Izas tiene un punto más deportivo; bueno, si no es que haces los tres muros del circo».

Pocas aperturas de dificultad

En términos generales, las actividades más relevantes del pasado invierno se han concentrado en las repeticiones y, en cambio, las aperturas de nuevas líneas han sido más bien escasas. Algunas de ellas ya las hemos traído a estas páginas. En el caso de nuestro analista, también ha habido más repetición que apertura: «Para mí ha sido una temporada completa. Leo la lista y me digo que otros años no he escalado vías tan guapas. Yo he abierto dos vías, Maider (Telera) y Jalibu Brothers (Punta Escarra), pero lo que más he hecho ha sido repetir, y es que no podíamos desaprovechar líneas que llevaban muchos años sin formarse. Me he quedado muy a gusto con la vía del Pastor (Forato). La Lezard es muy mítica, preciosa, pero no tan difícil. La vía Maider de Telera, que abrí con Unai Mendia, también fue una actividad que me llenó. Veo más posibilidades en el Forato, posibles líneas más interesantes que en la Pala de Ip. Entre lo que me ha quedado pendiente, quizá la L'equipe l'equipe del Pico de la Cascada, pero a estas alturas ya será difícil. Lo bueno es intentar hacer vías del alta montaña con compromiso».

A pesar del movimiento interesante que se ha dado en el Pirineo invernal, la mayoría de las más importantes actividades han pasado casi de refilón. Para Zabalza, la situación no es nada nueva: «Es lo de siempre: estamos ante un tipo de alpinismo poco mediático. Es el verdadero alpinismo, para mí es lo más, hacer este tipo de ascensiones aquí o en los Alpes tiene gran valor; y, por qué no, trasladarlas a otros macizos. Parece que lo que se hace en el Pirineo es poco, y eso no es verdad. Además, hay mucho por hacer. La vía Ursi, por ejemplo, sólo tenía una ascensión invernal, y nosotros hemos hecho la segunda. La vía del Pastor la había subido Joxerra Eskibel, y creo que nadie más».

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