Fuerzas afganas e internacionales mataron a, al menos, trece personas en la provincia de Kandahar, al sur de Afganistán, en un supuesto enfrentamiento con milicianos talibán que iban en tres vehículos. En ellos viajaban mujeres y niños. «No sabemos cuántos civiles o insurgentes han sido abatidos o heridos, pero lo estamos investigando», manifestó el gobernador provincial, Asadulá Jalid.

En Jalalabad, capital de Nangarhar, más de un millar de estudiantes salieron a la calle al grito de «Muerte a América» para protestar por la muerte de civiles en los últimos bombardeos de la OTAN.

El presidente de Afganistán, Hamid Karzai, calificó de «inaceptables» estas muertes. «Ya no podemos aceptar por más tiempo las bajas civiles tal y como suceden. Se está volviendo una pesada carga para nosotros y ya no es comprensible».

En un bombardeo el domingo, por lo menos, seis civiles murieron en el distrito de Bati Kot, en la provincia de Nangarhar. Los vecinos del lugar pusieron sus cuerpos en la carretera y bloquearon el tráfico en señal de protesta. En otra operación que tuvo lugar en la provincia de Herat, las autoridades locales denunciaron el fallecimiento de una docena de civiles.