La izquierda abertzale expresó ayer su preocupación por el actual momento político y, sobre todo, por la actitud de determinados partidos, en especial la del PNV. Concretamente, se refirió a la propuesta lanzada por el presidente jeltzale, Josu Jon Imaz, para acordar con el PSOE y el PP un nuevo «pacto antiterrorista» sustentado en la vía policial y en aparcar el diálogo con ETA hasta que abandone definitivamente la lucha armada. Esa oferta supone, según resaltó Joseba Permach en una rueda de prensa en Donostia, «un paso de calado para enterrar el proceso y para prolongar el conflicto. Es una apuesta por la guerra».

«Aunque tengamos que cansarnos de repetirlo, queremos volver a subrayar que, independientemente de la actitud tan irresponsable que están manteniendo determinadas formaciones políticas, que tanto con sus palabras como con sus hechos intentan negar e incluso abortar cualquier posibilidad de solución, en este país existe a día de hoy una posibilidad real de buscar una solución definitiva al conflicto político y armado y de que este país se instale definitivamente en un escenario de paz y de democracia. Un escenario en el que todas las formaciones, mediante el trabajo y los compromisos políticos, podamos desarrollar libremente nuestros proyectos. Esa oportunidad ha estado y está sobre la mesa», recordó el mahaikide.

La izquierda independentista es consciente de que quien tiene la responsabilidad principal de abordar esta «oportunidad histórica» es el PSOE, «en la medida en que es el que está gobernando en el Estado español». Y a su juicio, resulta evidente que desde que ETA decretara su alto el fuego permanente la formación de José Luis Rodríguez Zapatero no ha dado pasos «en la buena dirección», sino más bien en la contraria. El último ejemplo, la anulación de candidaturas: «A nadie se le puede pasar por la cabeza que dejar a una formación política clave como es la izquierda abertzale fuera de las elecciones pueda ser una aportación positiva de cara a un proceso democrático».

«De colaborar a proponer»

No obstante, Permach advirtió que el PSOE no podría haber adoptado las decisiones de los últimos meses -«se le hubiera hecho insoportable», dijo- si no contara «con el apoyo leal y permanente de una formación como el PNV, que le hace el trabajo sucio». Un partido, denunció, «que como ha hecho históricamente vuelve a anteponer sus propios intereses y los del Estado español a los intereses de este pueblo, a los intereses de un proceso nacional, a los intereses de un proceso democrático y un proceso de paz».

De hecho, consideró que esa posición jelkide se impuso en las conversaciones de Xiberta, en las de Argel, en los tiempos del Acuerdo de Lizarra-Garazi y lo hace también ahora, «cuando vuelve a apoyar las tesis del Partido Socialista y del Estado español y vuelve a actuar como cómplice de esa estrategia».

Pero no sólo eso, ya que el dirigente abertzale destacó que «además de seguir colaborando», en estos momentos el PNV incluso «se atreve a proponer estrategias de cara al futuro que, en vez de ser de paz y de democracia, son para volver a los tiempos de Ajuria Enea».

En ese punto, quiso echar la mirada atrás y manifestó que el partido que preside Imaz, en este último año, «ha defendido permanentemente, de forma pública y de forma privada, los intereses del Partido Socialista Obrero Español». Así, precisó que «cuando el Partido Socialista dijo que había que hacer verificación y retrasar el debate político a otoño, el PNV dijo `pri- mero la paz y luego el diálogo político'. Cuando nos sentamos en una mesa para hablar y poner en marcha las conversaciones políticas, el PNV no mantuvo en ningún momento posi- ción propia y se dedicó a defender los intereses del PSOE».

Y ahora, «cuando la izquierda abertzale ha puesto encima de la mesa una propuesta para relanzar el proceso y conseguir un acuerdo político que instale a este país en un escenario democrático, una propuesta de marco democrático, una propuesta para la creación de un estatuto con derecho a decidir para las cuatro provincias de Hego Euskal Herria», el PNV, censuró, «no sólo es capaz de decir no a una propuesta a la que ningún abertzale y ningún demócrata que quiera hincarle el diente a las raíces del conflicto debiera negarse, sino que además plantea un nuevo acuerdo antiterrorista al PP y al PSOE para decir no a las soluciones, para decir no a un proceso democrático, para decir no a un marco democrático, para decir no a la paz, y para decir sí al alargamiento del conflicto y a la represión».

«Seguir haciendo negocio»

Detrás de esa actitud de lo que denominó «el PNV de Imaz y Urkullu» se esconde, a su parecer, la voluntad de «seguir lucrándose en sus negocios partidistas y particulares; seguir utilizando las instituciones para los negocios privados y para robar dinero de las arcas de la Diputación, como se ha visto en Irun; y en definitiva, para que sigan prevaleciendo sus intereses económicos y de partido por encima de los derechos nacionales de este pueblo, de la necesidad de un proceso democrático y de la posibilidad real que existe para buscar una solución definitiva al conflicto».

Tras expresar su convencimiento de que «gran parte de la base social del PNV no comparte» la actitud de la dirección del partido, Permach incidió en que la actuación jeltzale «no tiene más que una única razón: cuando la izquierda abertzale está poniendo todo sobre la mesa, cuando ha dicho que es posible, aquí y ahora, buscar una solución al conflicto y cuando ha hecho una propuesta como la de un estatuto de autonomía para cuatro provincias, se le dice que no porque saben que una propuesta de marco democrático puede mermar sus interes partidistas y particulares».