El pasado 10 de julio GARA desveló la existencia de compromisos entre el Gobierno español y ETA anteriores al alto el fuego. La noticia fue desmentida por el Ejecutivo y, sin embargo, con el tiempo, hasta los medios más próximos a la Moncloa han acabado dando por buena la existencia de dichos compromisos. En su edición de ayer, GARA no hizo más que ofrecer algunas concreciones sobre conversaciones entre representantes del PSOE y de Batasuna que ambas partes ya habían admitido. Hay quien se lamenta diciendo que estas informaciones refuerzan al PP. Pero lo cierto es que la derecha española carecería de argumentos si el Gobierno de Zapatero hubiera realizado la debida labor pedagógica explicando a la ciudadanía que un proceso de estas características precisa de acuerdos políticos. Por el contrario, el Ejecutivo se enreda en su discurso de que la solución llegará sin coste político y, como ayer, niega la realidad, aunque para ello tenga que hacer complicados ejercicios de prestidigitación. «Para mí, esa información no existe», dijo la vicepresidenta erigiendo un monumento a la insensatez. Pero esa información existe y es cierta. GARA no juega con estas cosas. Lo que tenía que hacer De la Vega es explicar a sus compatriotas que esas conversaciones eran imprescindibles para intentar solucionar las cosas.