Israel continuó ayer con sus incursiones aéreas contra objetivos vinculados a Hamás en Gaza, donde, por otra, parte, continuaron los enfrentamientos armados entre milicianos de este grupo y de Al Fatah.

Un pescador, que se encontraba cerca del puerto de Gaza, falleció como consecuencia de los tiroteos entre las milicias palestinas, que ya se han cobrado 49 muertos.

El primer ministro palestino Ismail Haniyeh volvió a llamar al cese de los enfrentamientos internos e instó a combatir unidos a Israel. «El pueblo palestino debe unirse ante la ocupación sionista y poner todos sus recursos para combatirla», destacó ayer en Gaza.

«Llevo pidiendo desde ayer -por el jueves- a todos los hombres armados y a las fuerzas de seguridad que vuelvan a sus posiciones y que ayudan a aplicar los acuerdos de alto el fuego», añadió Haniyeh.

En la ciudad de Gaza, la mayoría de los comercios permanecían cerrados y las calles estaban desiertas. Los coches y los escasos peatones que se atrevían a circular eran detenidos en los puestos de control.

Hombres encapuchados y armados se apostaron en los tejados de los ministerios del Interior y de Finanzas y en torno a las universidades, mientras que los cuarteles generales de las Fuerzas de Seguridad y de Hamás estaban protegidos por bloques de hormigón y sacos terreros.

Antes del amanecer, el Ejército israelí realizó una nueva incursión aérea contra miembros de Hamás, cerca de la frontera con Israel, lanzando, al menos, seis misiles, según señalaron varios testigos. Cinco milicianos de Hamás fallecieron y seis personas que vinieron a socorrer a los atacados resultaron heridos.

Una segunda incursión aérea tuvo lugar por la tarde contra una posición de la Fuerza Ejecutiva, vinculada a Hamás, en el sur de la franja de Gaza. En este ataque no se produjeron víctimas.

Un tercer ataque aéreo se registró posteriormente. El objetivo era un minibús que circulaba en las inmediaciones de una posición de Hamás en el barrio de Nasser, al norte de la ciudad de Gaza.

Los aviones israelíes realizaron una cuarta incursión al anochecer, cuando atacaron a un vehículo que circulaba por un barrio afín a Hamás, matando a tres personas.

En total, 18 palestinos -16 miembros de Hamás y dos adolescentes- han fallecido como consecuencia de las incursiones aéreas israelíes desde el miércoles en respuesta a los ataques con cohetes artesanales lanzados desde Gaza a las ciudades hebreas de Sderot y Ashkelon, que provocaron algunos heridos.

Hamás, que ha acusado a Israel de ayudar a las fuerzas de seguridad leales al presidente Mahmud Abbas (Al Fatah), amenazó al Estado hebreo con reemprender los atentados con kamikazes.

«La decisión de Hamás de atacar a Israel nos obliga defender a nuestros civiles. Continuaremos teniendo como objetivo a Hamás y a todos aquellos que puedan actuar contra nosotros», declaró un responsable del Ejército israelí para justificar las incursiones aéreas.

Otro alto cargo del Ejército, citado por el diario «The Jerusalem Post», destacó que el objetivo de la operación que se está llevando a cabo en Gaza es «hacerle pagar a Hamás todo lo que nos ha hecho».

Cohetes en Sderot

A pesar de la ofensiva israelí, la más vasta y mortal desde el fin de la tregua en noviembre de 2006, activistas palestinos continuaron lanzando cohetes. Ocho de ellos alcanzaron ayer distintos puntos de Sderot, sin causar ninguna víctima, según el Ejército israelí.

Mientras, continuaron los enfrentamientos entre palestinos, aunque en la jornada de ayer fueron de menor intensidad. Así, miembros de Al Fatah lanzaron obuses de mortero contra la Universidad Islámica de Gaza, afín a Hamás, registrándose combates en el entorno del centro educativo.

Al Fatah, por su parte, acusó a Hamás de preparar un plan para matar a Abbas. «El presidente anuló el jueves su visita a Gaza tras descubrirse un túnel lleno de explosivos bajo la carretera de Salaheddine -que atraviesa Gaza norte a sur-. Habían sido colocados por las brigadas Ezzedim al Qassam (brazo armado de Hamás) para hacerlos estallar al paso del convoy presidencial», relató un dirigente de Al Fatah.

Hamás rechazó categóricamente estas acusaciones, denunciando que «estas informaciones lo único que hacen es contribuir a envenenar el ambiente en Gaza».