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Basozelai apaga sus luces y dice agur después de 94 años de historia y fútbol

El sábado, Basozelai apagó sus luces. Atrás quedan 94 años de historia y anécdotas, y sobre todo de fútbol en Basauri. Ayer, el Basconia y el Athletic inauguraron el nuevo campo de Artunduaga. José Ángel Iribiar, portero de ambos, hizo el saque de honor en una jornada festiva.

En 1913 surge San Mamés y luego Basozelai, por lo que es el segundo campo más antiguo de Euskal Herria. Los últimos partidos se jugaron el sábado pues el campo de Basauri dejará paso próximamente a unas viviendas, tras aprobar la Asamblea la venta de los terrenos en abril de 2004.

A un grupo de trabajadores de la fábrica de La Basconia se les ocurrió crear un club deportivo que dio pie al equipo de fútbol de Basauri, y el 14 de marzo de 1913 la Federación Vizcaína de fútbol aprobó los estatutos del Basconia. Ese mismo año, una accionista de La Basconia cede un terreno en el barrio de Basozelai.

De un año más tarde, de 1914, es la primera referencia sobre el estadio, con un partido entre los anfitriones contra el Llodio.

En 94 años ha visto muchas cosas el viejo Basozelai. Las épocas gloriosas de 1924-29, la de 1948-62, incluidas seis temporadas en Segunda, o los 80, con un resurgimiento del club con ascenso a Tercera, campeonato de Tercera, y el posterior ascenso a Segunda B.

También ha habido vacas flacas, la primera cuando impiden al Basconia el ascenso a la Serie A por una reestructuración de la categoría, los duros años de la guerra civil y postguerra, los 70 o los 90 cuando el club sufre los últimos descalabros deportivos.

En esta larga vida, Basozelai ha sido la casa de grandes jugadores. El primero quizás fue Larraza, pero en la primera mitad del Siglo XX Ángel Aguiarro, Aldeanito, era el símbolo del club. Este menudo jugador rechazó ofertas de varios equipos de Primera y defendió la camiseta basconista desde 1921 a 1946. ¡Ahí es nada!

En la campaña 61-62, el Basconia escribió una de las gestas más importantes de su historia. El 19 de marzo consiguió vencer al Atlético de Madrid en Basozelai (3-0) y eliminar de la Copa del Generalísimo a los vigentes campeones en el encuentro de desempate disputado en Valladolid.

Además de los inquilinos del Manzanares, la siguiente eliminatoria supuso la visita del Barcelona a Basozelai. En el 87, fue la Real Sociedad la que eliminó al Basconia.

Pero Basozelai ha sido también la casa de otros equipos. En 1916, el Athletic utilizaba este recinto para entrenar. El Basauri BEA también ha sido anfitrión varias veces, al igual que el Sestao. El Betis entrenado por un peculiar Timoteo Griguol se ejercitó en Basozelai, las selecciones juveniles de Irlanda y Portugal se enfrentaron dentro del Campeonato de Europa en el viejo campo...

Dos cierres ha sufrido Basozelai. El primero, en un partido de Copa ante el Eibar en la campaña 85-86, y el partido en el exilio se celebró ante el Mutriku en Las Llanas, y el segundo, en la 97-98, se tuvo que jugar en Lezama contra el San Pedro.

Mil Anécdotas

El vetusto campo basauriarra también ha conocido situaciones insólitas, como aquella gran ovación que se llevaba en cada intervención Jerónimo, aquel mostachudo y fuertote portero del Murense en la promoción de ascenso de 1985.

Broncas también las ha habido, y una de ellas destaca porque es la única vez que un jugador foráneo tiene que salir del pueblo no en el autobús con sus compañeros, sino en furgón de la Policía Nacional. Alejandro se llamaba el portero de melena rubia, que fue llevado hasta la autopista.

Otras anécdotas curiosas recogen el desenlace de los dos últimos títulos conseguidos, ya que ambos se resolvieron con un penalti en el descuento a favor del Basconia. El primero, en la 97-98, Fran Yeste marcaba ante el Zalla, y cinco temporadas después, esta vez ante la Real Sociedad, Paredes encendió la mecha de la alegría de los basconistas.

Pero Basozelai no sólo ha sido sinónimo de fútbol, en algunas ocasiones las gradas y el propio césped se llenaron por otros motivos como aquel marzo de 1976, cuando en la manifestación de protesta por las muertes de Gasteiz, la Guardia Civil disolvió la manifestación con disparos y segó la vida de Vicente Antón Ferrero. Los funerales del joven de 18 años, que recibió una bala en la cabeza, se celebraron en un abarrotado Basozelai.

Tristemente, éste ha sido el acto que más gente ha reunido esta reliquia del balompié, pero otras iniciativas no tan tristes también han tenido su hueco. Así, tras las inundaciones de agosto de 1983, Joan Manuel Serrat actuó gratis en Basozelai.

«A los basconistas se nos apaga un cachito del corazón. ¡Maldita mi estampa y maldita la asamblea del 26 de abril del 2004!», exclama un romántico basconista en la soledad de la grada de Basozelai.

Oier IZAGIRRE

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