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Ibarretxe anima a Zapatero: «Hay que intentarlo una y mil veces»

«Hay que intentarlo una y mil veces. Que conseguir la paz en la sociedad vasca, que conseguir un acuerdo político para convivir entre Euskadi y España merece que lo intentemos una y mil veces». Este mensaje de ánimo para perseverar en la búsqueda de un proceso de paz y normalización fue uno de los que ayer le traslado el lehendakari, Juan José Ibarretxe, al presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, durante su encuentro en la Moncloa.

Iñaki IRIONDO |

Juan José Ibarretxe acudió ayer a Madrid con la intención de aprovechar los micrófonos de la Moncloa para trasladar tres mensajes a la opinión pública. El primero, su apoyo al presidente del Gobierno español por haber intentado un proceso con ETA y su invitación a perseverar en ello. El segundo, la promesa de toda la colaboración policial para luchar contra ETA, aunque con reservas sobre la aplicación de la Ley de Partidos y la estrategia penitenciaria, que llegó a calificar como vulneradora de los derechos humanos. Y el tercero, la necesidad de mantener la iniciativa política, para no permitir a la organización armada la gestión de la agenda pública.

Es evidente que en el encuentro entre los dos dirigentes, que se prolongó durante dos horas, ambos hablarían de otras cosas, pero esas fueron las materias sobre las que el lehendakari quiso centrar su comparecencia pública al término de la reunión. Llamativamente, no hubo rueda de prensa alguna de ningún portavoz del Gobierno español. Todo quedó por esa parte en comentarios de «fuentes de la Moncloa» que destacaron que la voluntad de colaboración entre ambos ejecutivos es «sincera».

Un esfuerzo con dos fines

Juan José Ibarretxe no alteró en el palacio presidencial ni la forma ni el fondo de su discurso habitual. En la forma intercaló el empleo del euskara y el castellano por bloques temáticos. En el fondo, reiteró la necesidad de «no volver al pasado destructivo» y la importancia de buscar la paz y la normalización.

El lehendakari comenzó defendiendo la actuación del presidente del Gobierno español en lo que calificó de «un intento honesto» de buscar la paz. Apuntó que le había transmitido a Zapatero que, aunque «el esfuerzo no ha acabado bien» y que la ruptura de la tregua es un «final perverso», en esta vida «sólo se puede equivocar quien lo intenta». Señaló que «este intento ha sido honesto, que a pesar de los aciertos y los errores, que de todo ha habido, este intento ha merecido la pena». Recordó que «en esta vida y en política hay que arriesgar». Y concluyó «que hay que intentarlo, que merece la pena intentarlo, que hay que intentarlo una y mil veces; que conseguir la paz en la sociedad vasca, que conseguir un acuerdo político para convivir entre Euskadi y España merece la pena que lo intentemos una y otra vez».

En más de una ocasión el lehendakari dejó constancia de que el objeto del proceso o del esfuerzo realizado es doble, por un lado alcanzar la paz o el fin de la violencia, y por otro la búsqueda de un acuerdo que permita una «convivencia amable» entre Euskadi y España.

Los derechos históricos

Preguntado sobre qué tipo de acuerdo era el que proponía, Juan José Ibarretxe dijo que el que está pendiente desde que en 1839 y 1876 se abolieran por la fuerza los derechos históricos. «Desde entonces -explicó- con diferentes intentos, el último el constitucional, seguimos teniendo pendiente el concluir un modelo de relación amable entre Euskadi y España»..

El lehendakari afirmó que «he dicho muchas veces y lo repito ahora en Madrid, que para el pueblo vasco los derechos históricos son su auténtica constitución. Y no son sólo pasado. Estoy convencido que es sobre los derechos históricos, sobre su actualización y desarrollo, sobre lo que podremos buscar y lograremos un acuerdo para convivir de manera amable en el Siglo XXI entre Euskadi y España».

Firmeza pero no todo vale

Otro de los mensajes que Juan José Ibarretxe se esforzó en dejar bien fijado fue el de la «implicación máxima, total, absoluta» de su Gobierno «en la defensa de las libertades y de los derechos fundamentales de todas las personas». En esa materia policial, el lehendakari no quiso adentrarse más «por motivos que todos ustedes comprenderán», según dijo a los periodistas. Además, mostró también la «solidaridad y el reconocimiento de las víctimas del terrorismo»

Según explicó, éstas son materias que deben quedar al margen del debate partidista, pero quiso aclarar que «no todo vale». Mostró la disconformidad de su Ejecutivo con «las políticas de exclusión» y con la parcelación de los derechos humanos. Ibarretxe reivindicó una política penitenciaria acorde con los derechos humanos e incluso hizo mención a su vulneración. Añadió que ni la Ley de Partidos ni la política penitenciaria «nos han acercado a la paz, sino que nos han alejado de la misma».

Preguntado sobre la posibilidad de un «nuevo pacto antiterrorista», denunció que el firmado en 2000 por PSOE y PP era «un pacto antinacionalista», y respondió con evasivas cuando se le pidió opinión sobre el acuerdo de mínimos en la lucha contra ETA que ha plantado el presidente de su partido, Josu Jon Imaz.

No entregar la agenda a ETA

El tercer mensaje de Ibarretxe fue el de la necesidad de mantener «iniciativas políticas» para combatir a ETA y buscar acuerdos. Frente a quienes dicen que «tras la ruptura de la tregua no es el momento de hacer política», señaló que «eso sería entregarle el timón de la agenda política a ETA. Si a ETA le decimos que mientras su violencia nauseabunda esté nosotros no hablaremos de política, estaríamos dándole la gestión de la agenda y de los tiempos».

Ibarretxe reiteró sus recientes críticas a ANV y sobre el Cupo mostró su confianza en que el Gobierno cumpla su palabra y haya acuerdo para fin de mes.

Por parte del Gobierno español, fuentes de la Moncloa quisieron centrar su mensaje en la cooperación «sincera» entre ambas instituciones, sobre todo entre el Ministerio del Interior y la Consejería. No creen que esta colaboración esté condicionada ni por la opinión sobre la Ley de Partidos o la política penitenciaria, ni sobre otras aspiraciones del lehendakari, sobre las que el Ejecutivo español tiene una opinión contraria ya expresada públicamente.

Cooperación

No hubo comparecencia pública de ningún portavoz del Gobierno español. Fuentes de la Moncloa centraron su mensaje en destacar la cooperación «sincera» en materia policial entre Lakua y Madrid, no condicionada por otras reivindicaciones.

nada de pactos

Cuando le preguntaron sobre el llamado Pacto Antiterrorista, Ibarretxe recordó que era un «pacto antinacionalista» y eludió responder sobre la propuesta de acuerdo de mínimos realizada por Josu Jon Imaz.

base de acuerdo

El lehendakari reiteró que los derechos históricos son «la Constitución del pueblo vasco» y defendió de que en base a ellos se puede lograr un «acuerdo de convivencia amable entre Euskadi y España».

CUPO

Insistió en que el Concierto Económico no se presente como un privilegio y confió en que Zapatero cumpla su palabra de que haya un acuerdo sobre la nueva Ley Quinquenal de Cupo antes de que finalice este mes.

Según Urkullu, el PNV congeló el diálogo porque se pusieron cuestiones políticas sobre la mesa

El portavoz del EBB del PNV, Iñigo Urkullu, explicó ayer que su partido tomó la decisión de dejar «congeladas» las negociaciones con Batasuna porque «se pusieron encima de la mesa cuestiones de índole política» que, según criticó, «en algún momento dieron la impresión de que querían ser una imposición más que un elemento de debate».

En declaraciones a Onda Cero, Urkullu explicó que el PNV «no se levantó de ninguna mesa», sino que las conversaciones quedaron «congeladas». «No entendemos que haya lugar a conversaciones con la amenaza de la imposición detrás», aseveró tras argumentar que entre el inicio y el final hubo una «modificación» en el planteamiento de esas conversaciones. «Hemos analizado que nos estábamos abocando a una imposición, y eso el PNV nunca lo va a admitir», subrayó.

Rechazó desvelar el contenido exacto de los temas tratados «salvo que sigamos con la dinámica de filtraciones sesgadas para dar la impresión de que todos los demás son culpables», ya que, según reseñó, «todos somos conocedores de cuáles son las proclamas de la izquierda abertzale y en torno a las que han girado muchas negociaciones».

Llama la atención que Urkullu hable de «filtraciones sesgadas», cuando en momentos concretos de las conversaciones se produjeron algunas que evidentemente provenían de las filas jeltzales

Iñigo Urkullu mostró además su voluntad de que ETA «desaparezca radicalmente» y afirmó que es «partidario» de que la acción policial persiga este objetivo. Sin embargo, recordó que «más allá de una organización terrorista hay una base social que tiene un componente político», lo que, a su juicio, «hay que tratarlo de otra manera».

Por último, reconoció que no tiene datos sobre si continúan los contactos del Gobierno con ETA. «Pero me imagino que como todo gobierno que se ve afectado por la existencia de una organización que puede generar dolor y drama en la sociedad tendrá sus mecanismos de toma de temperatura o análisis de lo que está sucediendo», señaló tras argumentar que, a su juicio, «hay que hablar hasta con el diablo, aunque una cosa es hablar y otra negociar». GARA

Rubalcaba dice que ni tiene ni ha tenido voluntad de cambiar la política penitenciaria

El ministro español del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, insistió ayer en que no es su voluntad en este momento hacer ningún cambio en la política penitenciaria, «no lo ha sido en los últimos meses y con mucha menos razón ahora».

Así lo indicó Pérez Rubalcaba ante el pleno del Senado en respuesta a una pregunta formulada por el parlamentario José Ramón Urrutia, de Eusko Alkartasuna, sobre en qué momento se va a cumplir la Ley penitenciaria en materia de acercamiento de presos y la excarcelación de prisioneros terminales y con enfermedades crónicas, medidas que consideró importantes para «poner las primeras piedras de la solución del conflicto».

Además, el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, destacó su voluntad para que la colaboración «fructífera» con el Gobierno de Lakua en materia penitenciaria se mantenga como hasta la fecha actual con independencia de la exigencia de transferencia de las competencias. GARA

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