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De cara al referéndum

El SNP lanza un debate nacional sobre el futuro estatus de Escocia

El ministro principal escocés, Alex Salmond, dio a conocer ayer su proyecto de referéndum sobre el futuro de Escocia y sus relaciones con Londres. Está previsto que la consulta se celebre en 2010 pero, previamente, habrá un «diálogo nacional» para analizar «lo más conveniente» para el país. Aunque tanto el Gobierno como el SNP apuestan abiertamente por la independencia, subrayó que el objetivo es que «el pueblo examine las distintas opciones de futuro».

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Ainara LERTXUNDI | DONOSTIA

En cumplimiento de su programa electoral, el ministro principal y líder del Scottish National Party (SNP), Alex Salmond, presentó ayer su proyecto de referéndum sobre el futuro de Escocia y sus relaciones con Londres. El documento, de 40 páginas, propone un amplio abanico de posibilidades que van desde el mantenimiento de las actuales competencias hasta la plena independencia pasando por la ampliación de poderes del Parlamento en ámbitos específicos.

Tal y como explicó en la rueda de prensa realizada en Edimburgo, el objetivo «es iniciar una conversación nacional para que el pueblo examine las distintas opciones sobre su futuro constitucional». Eso sí, incidió en que lo único claro es que no se puede mantener el actual status quo. En este sentido, Salmond resaltó que se trata de abrir «un nuevo capítulo» en la política del país.

«Emplazo a cada escocés a que se tome un tiempo para la reflexión y se pregunte no sólo qué clase de país somos sino qué tipo de Escocia quiere en el futuro», manifestó.

Un compromiso adquirido

En los comicios del pasado 3 de mayo, Salmond logró desalojar a los laboristas del poder. Era la primera vez en 50 años que perdían unas elecciones en Escocia, y también la primera vez en la historia del país que un abierto partidario y defensor de la independencia se hacía con la jefatura del Gobierno. A lo largo de la campaña, el dirigente del SNP se comprometió a que, si era nombrado ministro principal, en el plazo de 100 días presentaría una propuesta para la celebración en 2010 de un referéndum sobre la independencia.

Dicho y hecho. El documento hecho público ayer incluye un borrador de la papeleta que se presentará en esta consulta y que, en sí, representa la base de este «debate nacional». Bajo el lema «Eligiendo el futuro de Escocia», la eventual papeleta pregunta a los votantes si están o no de acuerdo en que «el Gobierno negocie un acuerdo con el Gobierno del Reino Unido para que Escocia se convierta en un estado independiente».

No obstante, precisó que este «debate nacional» podría incluir otras opciones aunque «consideremos que lo mejor para Escocia sea la independencia». A este respecto, subrayó que «quienes propugnan otras opciones tienen ahora la oportunidad de definirlas y defenderlas ante el Gobierno para conseguir su inclusión en la papeleta del referéndum».

«Estamos llegando a los primeros cien días de Gobierno. Considero que durante este tiempo hemos gobernado con responsabilidad e imaginación y con la aprobación tanto de la ciudadanía como del Parlamento. Ésta es la clave del aumento de nuestra popularidad», manifestó Salmond.

«Es el momento adecuado»

«Han pasado diez años desde el referéndum para constituir el Parlamento de Escocia. Ahora es el momento adecuado para debatir sobre todas las cosas positivas que hemos logrado hacer gracias a la transferencia de poderes y sobre aquellas que jamás hubiéramos logrado llevar a cabo sin el control remoto ejercido por Londres durante años como, por ejemplo, la reforma agraria o las mejoras en materia de educación. Pero también debemos discutir sobre las cosas que no hemos podido realizar por falta de poder, entre ellas, representar directamente los intereses de Escocia en Europa o declararla libre de armas nucleares», sostuvo.

«Todas estas cuestiones y otras muchas más pueden atraer a las diversas comunidades hacia un diálogo sobre qué es lo mejor para el país. Es por ello que implicará a cada parte de Escocia, que mantiene una amplia gama de relaciones con otras islas e interes cruciales dentro de Europa y en el mundo», consideró Salmond.

A modo de conclusión, abogó por «dejar fluir el diálogo». «El Gobierno desea un canal de comunicación creativo. Y aunque el SNP apueste por la independencia, escuchará con respeto los puntos de vista de aquellos que quieran acompañarnos en este viaje», manifestó en su declaración de ayer.

Ya en la toma de posesión de su cargo, afirmó que su gestión estaría dirigida «en exclusiva, a defender el interés de la nación escocesa». Las iniciativas llevadas a cabo desde entonces han ido en esa línea.

Recientemente, dejó claro al primer ministró británico, Gordon Brown, también escocés, que no aplicaría su plan para hacer ondear la «Union Jack» en los edificios públicos. «Sobre esta cuestión existen puntos de vista diferentes en Escocia e Inglaterra, por lo que es más conveniente que los escoceses decidamos este tema», destacó.

Postura de la oposición

Los tres principales partidos de la oposición expresaron su rechazo a la independencia, si bien dieron un estrecho margen a los planes del primer ministro de convocar una consulta sobre el futuro de Escocia.

Para los liberales-demócratas, el Gobierno debería de «retirar» esta papeleta aunque, al mismo tiempo, le dieron la bienvenida porque «es el primer síntoma de que los nacionalistas están preparados para algo más que sacar a Escocia del Reino Unido». El líder de esta formación, Nicol Stephen, saludó la iniciativa del SNP porque «va encaminada a lograr mayores cotas de poder para el Parlamento», pero dijo que «su obsesión por la independencia es un obstáculo para el consenso».

A juicio de Cathy Jamieson, del Partido Laborista, el objetivo de esta propuesta es «romper el Reino Unido, no para mejorar Escocia». Desde el Partido Conservador, Annabel Goldie dijo que «si quiere un debate sobre competencias, estaremos ahí, pero no necesitamos una papeleta para entablar un diálogo. Es hora de centrarnos en cuestiones importantes y en cómo mejorar los poderes».

Balance positivo de los primeros meses de Gobierno

En su balance de los primeros cien días de Gobierno, Alex Salmond resaltó algunos logros como la reducción del tamaño de las clases o la supresión de las tasas estudiantiles y de los peajes inocuos en varios puentes. Destacó también la creación de un consejo de alto nivel para impulsar el crecimiento económico.

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El Tratado de la Unión con Londres, 300 años de historia

El 17 de enero de hace tres siglos, el Parlamento escocés votó el Tratado de Unión con Inglaterra, que entró en vigor el 1 de mayo de 1707. Con la aprobación de las correspondientes leyes, se creó un único Parlamento para ambos países, que, pese a compartir desde 1603 el mismo monarca, mantenían distintos legislativos. Tras la firma de este tratado, la nueva Cámara se situó en Westminster, Londres. Los conflictos bélicos y las hambrunas de aquellos años motivaron la firma del Tratado de la Unión. En contra de la opinión del pueblo, la mayoría de los políticos consideraron que la pérdida de soberanía estaría compensada por las oportunidades comerciales con Inglaterra. En los años 30 del pasado siglo, un grupo de intelectuales, poetas y escritores crearon el Scottish National Party.

El 300 aniversario de la unión de Escocia e Inglaterra marcó las agendas de la pasada campaña electoral. «1707: Sin derecho a elegir, 2007: Con derecho a elegir», fue de hecho el leit motiv del SNP. Su líder y actual ministro principal, Alex Salmond, ya resaltó en ese momento que «más del 80% de los escoceses creen que un referéndum es la manera adecuada de decidir el futuro». Desde Londres se veía con preocupación el auge del SNP y se intentó frenarlo con una intensa campaña.

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