El Ejército libanés peinaba ayer el sector del campamento palestino de Nahr al-Bared que cayó el domingo tras tres meses de asedio contra la milicia islamista de Fatah al-Islam.

El cadáver de su líder, Chaker al-Abssi, fue identificado por su esposa en la morgüe de Trípoli. El portavoz del grupo, Abu Salim Taha, murió tiroteado a primera hora de ayer en la entrada norte al campo de refugiados. Abssi y Taha figuran entre los 41 muertos en el último asalto al campo tras 105 días de sitio que han costado 163 bajas mortales al Ejército libanés.

Una veintena de sospechosos de pertenecer a este oscuro grupo rigorista han sido detenidos.

Los sitiados trataron de huir rompiendo el cerco a primera hora del domingo.

Testimonio de un soldado

Un soldado libanés narró a France Press la dura lucha contra los sitiados. «Se escondían tras los restos de los edificios y mataban a uno de los nuestros antes siquiera de que descubriéramos su posición», aseguró. Desde el anonimato, destacó la gran preparación de los milicianos: «Cuando los helicópteros bombardeaban sus posiciones, ellos adelantaban las suyas y se nos acercaban».

Mostró asimismo su sorpresa por sus pertrechos. «Tenían enormes provisiones. Una vez descubrimos uno de sus refugios y había alimento en abundancia, generadores. Estaban realmente bien preparados para la batalla», concluyó este joven que resultó herido y volvió recientemente al combate.