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Xabier Silveira Bertsolari

Plagio a España

Nada les importa, nada excepto la escrupulosa verdad, su verdad, claro está. Hay veces en las que al leerlos o escucharlos me parto la caja, y otras, otras veces, les partiría la cara

Tienen infestados sus medios de comunicación hasta tal punto que consiguen dar más asco que pena. Con toda la que dan, ahí es nada. Me refiero a los nuevos policías, los mercenarios de la nueva era, ésta que llaman de la comunicación. Ya puede ser en formato papel para envolver bocatas, ya por radiación con ondas, ya vía digital -lo analógico ya no vale ni dos duros-, les da igual ocho que ochenta. Nada les importa, nada excepto la escrupulosa verdad, su verdad, claro está. Hay veces en las que al leerlos o escucharlos me parto la caja, y otras, otras veces, les partiría la cara. Pero, siempre hay un pero en la sopa y una culebra en la mafia, pero, decía, siempre intento imaginar el pensamiento ajeno colocando mi mente en su cerebro.

Fue leer «Paperezko Lupa» en estas páginas y querer poder ser, de mayor, como ellos. Según escribió un psicópata de blanca pluma y camisa azul, Germán Rodríguez fue asesinado por ETA debido a que ésta estaba muy rebotada con LKI, que era donde militaba Germán cuando fue asesinado a tiros por la Policía española ante cientos de iruindarras en los sanfermines del 78. Pues eso, que yo también quiero; a ver si me sale.

Anda el patio revuelto por aquí, aquí donde somos los putos amos de la barraca, en Nabarra, una y trina; grande, libre y unida en tres pedazos. Pero, y otra vez con la sopa boba, pero, decía, el otro día sin ir más lejos, la enzarzada que se traen últimamente Imaz y Egibar explotó. Explotó literalmente, en la base que la Policía autonómica regenta en Zarautz. El propio Balza, el sheriff, dijo que el modus operandi no era el habitual en ETA, y Egibar, por su parte, qué casualidad, no acudió a la concentración de repulsa. Más claro, Chivite: para que Imaz no se haga el fuerte, que sí que se lo hace, sí -¡qué tío!-, Egibar pilló una mochila -propaganda de Orange, dicen-, un temporizador de los de para estufas, un chicle Boomer, unas pilas y un sifón, y la lió. Sin duda, yo sé que fue él, ya te digo, así de cabestros son en Andoain. O, por qué no, trasladándonos al territorio histérico que da nombre al país, a Arbizu, Nabarra, nos encontramos con un cajero de la entidad bancaria que preside Miguel Sanz, CAN, que prende y arde fruto de la mala suerte. Y pronto, un amanecer de estos, alguien se comerá el marrón, y otro, otro seguirá siendo fumador, porque en el pueblo todos saben qué pasó. Un cigarro mal apagado al retirar en efectivo, un despiste al pisarlo, en fin, poco fundamento y mala suerte, qué le vas a hacer. Ya pondrán otro. ¿Y lo de Uharte? Cómo se pasan los de la tele, ¿no? Seis cócteles contra un concesionario Renault, decían, ¿y por qué ha de ser kale borroka? ¿Acaso estaban ellos? Yo estuve la semana pasada cantando bertsos -eran fiestas, sí- y me dijeron que uno de los cohetes del chupinazo subió, subió y subió, pero que no llegó a explotar. Y todo lo que sube, baja. Al menos eso dicen, yo no lo sé.

¡Joder, qué difícil es esto! Normal que los periódicos paguen a sus columnistas en proporción a la tarifa que tienen para las esquelas. Y tan normal.

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