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Secuestran durante tres horas a una testigo contra represores argentinos

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Una mujer que declaró como testigo en el llamado «juicio por la verdad» que se realiza en La Plata, a 50 kilómetros de Buenos Aires, denunció haber sido secuestrada el jueves en el centro de esa ciudad y liberada después de tres horas tras haber sido golpeada.

Felisa Marilaf, que es la esposa del dirigente del gremio gráfico Hugo Iglesias, desaparecido en 1977 durante la dictadura militar (1976-1983), fue secuestrada el jueves pese a tener protección de la Policía Federal.

Marilaf dijo que los hombres que la secuestraron la interrogaron, la amenazaron con quemarla viva, le pidieron que dejara de declarar en los juicios y le pidieron papeles sobre el represor Miguel Etchecolatz, informó ayer el diario «La Nación».

Felisa Marilaf es una superviviente del centro clandestino de detención conocido como La Cancha y declaró en varias ocasiones en el «juicio por la verdad» que se desarrolla en La Plata y que investiga el funcionamiento de los centros clandestinos de detención.

«Estoy destruida. No tengo más fuerzas», dijo Marilaf y explicó que «el escolta de la Policía estaba a unos metros, pero era un chico nuevo, del que yo desconfiaba un poco porque no lo conocía».

Este caso se suma al del testigo Julio López, desaparecido hace un año tras haber declarado en el juicio contra Etchecolatz, jefe de Inteligencia de la Policía de la provincia de Buenos Aires durante la dictadura militar.

López desapareció de su casa, en el barrio de Los Hornos, en las inmediaciones de La Plata, cuando estaba a punto de finalizar el juicio contra Etchecolatz, finalmente condenado a prisión perpetua por delitos de «lesa humanidad».

Movilizaciones por López

Coincidiendo con el aniversario de la desaparición de López, el pasado 18 de setiembre se registraron una docena de marchas en Argentina [en Bilbo se celebró también una concentración] convocadas por organizaciones de derechos humanos para reclamar que el testigo, clave en la condena de Etchecolatz, aparezca con vida.

«Estamos muy mal. Mi madre está destruida. Estamos en democracia y mi viejo está desaparecido. No lo podemos permitir como sociedad», subrayó a los medios Rubén López, hijo de Julio, durante una de estas movilizaciones.

«Después de un año, no tenemos información. No hay nada. El propio juez de la causa nos dijo que no estaba conforme con la investigación, que para él es un fracaso», añadió Rubén López. Oficialmente, se ha investigado a 549 agentes de las fuerzas de seguridad y militares, en activo y retirados.

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