Operación policial en Donostia
Permach: «La oferta del PSOE es Constitución y represión»
Haber participado en la manifestación del día 9 de setiembre en Donostia es la única acusación dirigida por el juez Baltasar Garzón para hacer detener a dos representantes más de la izquierda abertzale: el mahaikide Joseba Alvarez y la miembro del movimiento pro-amnistía Oihana Agirre. Ambos fueron arrestados en Donostia por la Policía española, cuando ya han transcurrido 23 días desde la marcha que concluyó con una fuerte carga de la Ertzaintza.
GARA | DONOSTIA
El juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón vuelve a actuar contra conocidos representantes de la izquierda abertzale utilizando como argumento la simple participación en una movilización: la abortada por la Ertzaintza a pelotazos el pasado 9 de setiembre en el Boulevard de Donostia, que produjo decenas de contusionados.
Los arrestos se produjeron a primera hora de la tarde de ayer en la Parte Vieja y el barrio de Egia de Donostia, donde residen respectivamente Joseba Alvarez y Oihana Agirre. El primero es mahaikide, y Garzón le acusa de participar en una marcha en la que su presencia pasó inadvertida o al menos no tuvo relieve alguno. Fue detenido por la Policía española en su domicilio familiar. La segunda ha intervenido en numerosas ruedas de prensa del movimiento pro-amnistía, y no se conoce con exactitud dónde se produjo el arresto. Sus domicilios sí fueron registrados luego, a lo largo de la tarde de ayer.
Garzón ya encarceló a otro conocido representante independentista, Juan Mari Olano, después de que fuera interceptado por la Ertzaintza en el mismo momento en que inició la carga contra la multitud en el Boulevard, cuando llevaba la pancarta de cabeza. Aquel día fueron llevadas a comisaría ocho personas más que quedaron libres más tarde. Sin embargo, estas dos nuevas detenciones se han ejecutado 23 días después, sin que conste el motivo. Garzón podría haber estado esperando a que algún cuerpo policial enviara informes sobre identidades de los participantes.
La información transmitida por agencias se limita a subrayar que a ambos se les imputa, como ocurriera con Olano, «reiteración en actividad delictiva». El juez argumentaría que ambos ya estaban encausados en otros sumarios, por lo que su participación en un acto que reunió a varios miles de personas resulta especialmente grave. En el caso de Olano, Garzón añadió la acusación de «inducción al terrorismo callejero».
Según estas mismas agencias, los dos representantes de la izquierda abertzale no serán llevados ante el juez Baltasar Garzón hasta el día de mañana.
Permach: «Se equivocan»
La izquierda abertzale no tardó en reaccionar. Joseba Permach compareció poco después ante los medios para responsabilizar al PSOE de estas detenciones, y especialmente a José Luis Rodríguez Zapatero y Patxi López. Del secretario general del PSOE dijo Permach que el viernes ya hizo referencia en el debate del Parlamento de Gasteiz a la «contundencia judicial», así que concluyó que «parece que ya sabía a qué se refería».
No obstante, Joseba Permach insistió en el mensaje de que «se equivocan» si su pretensión vuelve a ser «condicionar» la actividad de la izquierda abertzale a través de la represión. Así las cosas, lanzó un llamamiento «al conjunto del país a que se rebele contra esa oferta de `Constitución y represión'», y animó a responder «con más derecho de autodeterminación y derechos nacionales para Euskal Herria», así como reivindicando la independencia.
Permach, que compareció junto a Juan Joxe Petrikorena, llamó la atención sobre el momento en que se producen estos arrestos, en un contexto en el que «precisamente e lleva a cabo un debate sobre la necesidad de un nuevo marco jurídico-político» y cuando «30 años después, la única respuesta y oferta del Estado español y del PSOE son Constitución y represión».
El movimiento pro-amnistía valorará hoy lo ocurrido. Askatasuna situó ayer estas detenciones y la de Asier Tapia [ver página 14] como «decisión política del Gobierno del PSOE para criminalizar y debilitar el trabajo político en favor de Euskal Herria», en la que advierte además el objetivo añadido de «criminalizar la defensa de los derechos de los presos».
Unas 150 personas se manifestaron a las 20.00 por las calles de Alde Zaharra, y otro centenar en Egia, en denuncia del arresto de Alvarez y Agirre. En Amara Zaharra fueron 40 los concentrados.
«Esta es la única oferta y respuesta del Gobierno del Estado español y del PSOE al pueblo vasco: Constitución y represión»
«El PSOE pretende amedrentar y coartar la actividad política de quienes trabajan a favor de la independencia y en contra de la Constitución española»
«Parece que el señor López ya sabía de qué hablaba el pasado viernes cuando hablaba de contundencia policial»
JOSEBA PERMACH
Mahaikide
Oihana Agirre eta Joseba Alvarez aski ezagunak dira, eta jende aurreko jarduera etengabea izan dute eledun gisa, bai irailaren 7aren aurretik bai eta ondoren ere. Ertzaintzak oldartu zuen hurrengo egunean hainbat zaurituk eta lekukok eman zuten agerraldian parte hartu zuen Agirrek. Gertatutakoak «Imazek eta Rubalcabak idatzitako gidoia» islatzen zuela esan zuen amnistiaren aldeko mugimenduko bozeramaileak. Joseba Alvarezi dagokioenez, ezker abertzaleko prentsaurreko ugaritan hitza hartu du azken asteotan; horretaz gain, esaterako, Juan Jose Ibarretxeren asmoei buruzko iritzia eman zuen herenegun Herri Irratiaren mikrofonoetan.
GARA
Pasadas las 16.30, dos dotaciones de la Policía española irrumpían en Alde Zaharra de Donostia en compañía de otros tantos vehículos de camuflaje y agentes de paisano. Se dirigieron directamente al portal número 15 de la concurrida calle Fermín Calbetón. Inmediatamente después, un vecino informaba del operativo policial a GARA; a los escasos minutos se supo de la detención de Joseba Alvarez, y en paralelo, decenas de personas se agolpaban ante el portal de su vivienda. Los policías, ufanos, incluso reían ante los cánticos de los concentrados: «Que se vayan, se vayan...». Pero lo que no adivinaban es que a las 18.50, una vez finalizado el registro del domicilio del mahaikide, tendrían que, literalmente, huir de Alde Zaharra ante la cascada de objetos (sillas, botellas...) que los concentrados les lanzaron.
«La represión no es la solución», «PSOE terrorista», «Hablan de paz, torturan y asesinan» o «Violencia la vuestra, torturadores» fueron las consignas que de forma continua se podían oír en las inmediaciones de la Fermín Calbetón. Pertrechados con fusiles y escudos, y los rostros tapados con capuchas, los policías intentaron, en vano, dispersar al gentío allí arremolinado. Una multitud que a cada minuto iba en aumento, en paralelo al nerviosismo de los agentes policiales. Un policía, a cara descubierta, intentó cortocircuitar el tránsito de los vecinos cruzando una furgoneta. Pero también fue en balde. El padre del mahaikide, José Luis Alvarez Enparantza, Txillardegi, al igual que los concentrados, tampoco se inmutó.
Fue en ese momento cuando, gracias a la llamada de otro agente, se supo que al mando policial le denominaban «Patxi». En seguida comenzaron los gritos de «¡Patxi, torturador!», «¡Patxi, asesino!». Unos calificativos a los que, en primera línea y a cara descubierta, el policía respondía con «¡Mira cómo ladran, como perros!». Después de un sinfín de amagos, pasadas las 18.50, la Policía española introdujo en el furgón policial al mahaikide donostiarra.
Fue tal la revuelta espontánea que se generó en ese instante que cuando los policias pretendían reprimir a los presentes, que seguían impertérritos golpeando las furgonetas y lanzando desde sillas hasta botellas, al menos tres agentes cayeron al suelo. El gentío logró abrir por dos veces la puerta del furgón y, sin otra opción, los policias protagonizaron una fuga en toda regla. En el Boulevard, en cambio, era la Ertzaintza la que aguardaba con el material antidisturbio en mano. En escasos minutos, Joseba Alvarez ya se encontraba en la Subdelegación del Gobierno español de Amara.