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Ataque a la izquierda abertzale

Reid: «Uno no puede decir que España sea Estado democrático»

Alec Reid se muestra desencantado con la actuación del Gobierno español al arrestar a dirigentes independentistas. Entiende que «es una locura política» y que ofrece más tintes para pensar que «uno no puede decir que España sea un Estado democrático».

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Gari MUJIKA | DONOSTIA

Hace ya varios meses que el sacerdote irlandés Alec Reid no concede entrevistas ni comparece para dar su visión sobre el fallido intento del proceso negociador en Euskal Herria. Pero la detención de destacados dirigentes de la izquierda abertzale ha sido el detonante que le ha empujado a salir, de nuevo, a la luz pública. Esta vez, al contrario que durante el alto el fuego de ETA, critica al Ejecutivo español por su «locura política» al pretender hacer desaparecer de la ecuación resolutiva a una parte «imprescindible»: la izquierda independentista.

El sacerdote redentorista trasladaba anteayer a GARA y ``Berria'' unas reflexiones con la necesaria perspectiva de solucio- nar el conflicto político del país. Intuye que las acusaciones vertidas contra los mahaikides de Batasuna arrestados la noche del jueves han sido «construidas», ya que sólo se les imputa mantener una reunión o participar en manifestaciones.

«Yo no pensaba que algo así pudiera pasar en cualquier parte de Europa» -quizá con la salvedad de Turquía-, apunta Reid de entrada. Resalta que se trata de un «abuso de los derechos humanos» en una democracia. Y se alarma al constatar que los representantes de la izquierda abertzale están siendo tratados «como criminales» únicamente por el desarrollo de su actividad política: «Algo así sería impensable e inaceptable en Irlanda o Inglaterra».

Diálogo y derechos humanos

«Empiezo a pensar que uno no puede decir que España sea un Estado democrático, en base a las definiciones normales de un país democrático». Así de tajante se muestra Reid, después de advertir de que sus elucubraciones, en esta ocasión, no serán «seguramente» bien recibidas en el Estado español. Matiza, de todos modos, que «cualquiera que venga a España de Irlanda, Inglaterra o Alemania, por ejemplo, estaría de acuerdo conmigo».

Pero también identifica uno de los problemas culturales que, a su juicio, impregnan la política española y «quizá la vasca: no hay cultura de diálogo». En paralelo, el sacerdote irlandés resalta la endeblez de los compromisos con los derechos humanos.

Tras lo ocurrido en estos meses, Reid ve confirmada su visión sobre la pervivencia de un conflicto político en Euskal Herria desde décadas y siglos atrás, de modo que la existencia de ETA es «un signo» de ello. No obstante, se muestra «absolutamente seguro de que no puedes solucionar un conflicto así, o el irlandés, con armas; no lo puedes hacer». Y subraya que siempre se ha posicionado en contra del uso de las armas.

«Para resolver un conflicto como el vasco o el irlandés necesitas dialogar; un diálogo en el que participen todas las partes implicadas. No hay otro camino», asegura de forma tajante en la conversación.

De la experiencia irlandesa, en la que fue protagonista, extrajo como conclusión que el diálogo se transforma en el medio comunicativo «más poderoso» que posibilita la resolución de conflictos «de manera democrática». ¿Por qué? Por la sencilla razón de que respeta y acomoda los derechos de todas las partes. Derechos. Es lo que considera Reid que se encuentra en la raíz de todo: la falta de respeto y la conculcación de los derechos democráticos.

Otra enseñanza de la experiencia irlandesa es que frente a un conflicto de índole política que «se mantiene en las calles, cualquier esfuerzo de las autoridades para someterlo (con medidas de seguridad o de excepción) falla». Cita en ese contexto las medidas contra ETA y, acto seguido, afirma que «la realidad es que no puedes vencer a una organización como ETA o como el IRA».

Reid se explica. «Mientras que no identifiques los derechos humanos de las partes y no des pasos para remover cualquier violación de derechos humanos dentro del estado en cuestión, no resolverás el problema y no te librarás de aquellos que emplean las armas para defender sus derechos».

Derecho al consentimiento

El sacerdote redentorista basa su exposición en las similitudes entre la realidad irlandesa y la vasca. Pero introduce elementos sobre las opciones de resolver el conflicto. Reid entiende que Euskal Herria es el reflejo de la existencia de «una comunidad histórica, política e identitaria en sí misma» en conflicto con «otra comunidad histórica, política e identitaria también propia», la española. Recurre de nuevo al caso irlandés. En el norte, el conflicto existía entre la comunidad nacionalista y la unionista. La unionista, pese a ser minoría, tiene intrínsecamente derechos humanos que emanan de su calidad de comunidad histórica, cultural e identitaria propia. En este caso, la británica. El acierto de la resolución del conflicto irlandés estriba, según Reid, en ese respeto y aceptación de los derechos humanos de los unionistas. Algo que, en la práctica, desemboca en que no se puede llevar a cabo ningún acuerdo que afecta a la vida política de ambas colectividades sin «el consentimiento» de los unionistas. La comunidad mayoritaria del conjunto de Irlanda, la nacionalista, reconoce y acepta «el derecho de consentimiento» de la comunidad unionista.

Extrapolando el caso irlandés a Euskal Herria, Reid entiende que «existe gente de la comunidad vasca que tiene una identidad cultural, política e histórica propia. Y esto significa que la comunidad vasca tiene sus derechos humanos que surgen de esa identidad». Es por ello que resalta que, al igual que en Irlanda, no se pueden cerrar acuerdos que afecten a la vida política de todos sin el «consentimiento» en este caso de la comunidad vasca.

Acto seguido, Reid se enfrenta a la cuestión de la pervivencia del conflicto político: «El conflicto viene cuando se crea la Constitución española y no reconoce que la comunidad vasca tiene derechos humanos propios» que emanan de su identidad cultural, histórica y política. No obstante, la Carta Magna española sí recoge los derechos de quienes se sienten españo-les. Defiende, al respecto, que la comunidad nacionalista de Irlanda no aceptaría una salida en el que sólo se aceptaran sus derechos: «Pensarían que es inmoral hacer eso».

«No puedes organizar España injustamente en una vía que no respeta el derecho de los vascos a consentir, o no consentir, los acuerdos que les afecten. Es una cuestión de derechos humanos. Y es lo que está causando el conflicto y lo que ha dado a ETA la razón de su existencia», agrega como conclusión.

Batasuna, imprescindible

Sólo hay una forma de solucionar el contencioso vasco a ojos de Alec Reid: diálogo entre todas las partes implicadas.

No obstante, a tenor de los acontecimientos represivos que tilda sin rubor de error y «locura política» del Gobierno español, el sacerdote irlandés afirma que Batasuna tiene un apoyo significativo en la sociedad y que es una parte «imprescindible» en la mesa de diálogo. Esencial, ya que sin su presencia no llegará el ansiado acuerdo que acomode los derechos de las dos comunidades y enraice un solución democrática.

Reid añade que «si el Gobierno quiere sacar a ETA de la ecuación del conflicto, la única gente que puede hacer eso (decirle a ETA que pare) son los líderes de Batasuna». «Nadie más tendría el poder o la influencia para ello; sólo los dirigentes de Batasuna. Lo que ha hecho el Gobierno español deteniéndolos es una locura política; ¡es una locura!», insiste.

Apostilla que «todas estas cosas son de sentido común», pero matiza acto seguido que «el Gobierno español no está dotado de mucho sentido común».

Incluso en las peores de las tesituras posibles Alec Reid extrae aspectos positivos. Y en este caso no duda en saludar la práctica política de la izquierda abertzale. En concreto, la Propuesta de Marco Democrático ofertada en el Pabellón Anaitasuna. Defiende que traería un proceso democrático y que «no sólo ETA pararía, sino que también pondría en desuso sus armas, como lo hizo el IRA».

Pero va más allá al defender que la posición que a día de hoy mantiene intacta la izquierda abertzale es la correcta y la necesaria: «La izquierda independentista dice que la única vía es la negociación. Es importante tener en mente que la izquierda abertzale en la resolución de este conflicto, para mí, mantiene una posición muy democrática. Y esto incluye a ETA. Porque defiende que el acuerdo se debe lograr entre todas las partes, y respeta que la comunidad española que vive aquí tiene sus derechos, incluso el de consentimiento».

El círculo de la conversación se cierra con la redada de Segura de nuevo sobre la mesa. Alec Reid tiene claro que encarcelando a dirigentes de la izquierda independentista sólo se prolongará lo que más temprano que tarde deberá llegar: el acuerdo resolutivo.

Sabotajes en Lezo, Pasaia, Bilbo...

Cuatro encapuchados prendieron fuego a la oficina de Correos de Lezo ayer a las 9.30 tras desalojar al empleado y rociarla con gasolina. Sus responsables aseguraron que el interior está destrozado. De noche también se lanzaron cócteles molotov a los juzgados de paz de Pasaia y a un autobús en Markina. Se ha reivindicado además el apedreamiento de un autocar en Bilbo el viernes, afirmando que «estas detenciones son un ataque a todo el pueblo», y un sabotaje a Telefónica en Irura.

GARA

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