GARA > Idatzia > Txokotik

Martin Garitano Periodista

Un ejemplo vivo

Entre los privilegios de que he disfrutado -que no son pocos- se cuenta haber conocido y tratado a José Luis Elkoro. Un hombre de una pieza, como otros tantos que le han acompañado en su entrega política.

Leo y releo la entrevista que ayer publicó GARA y no puedo evitar una mezcla de tristeza y ánimo. Tristeza por comprobar cómo el enemigo -que no simple adversario- busca la humillación y el aniquilamiento de quien entrega vida y patrimonio por la causa justa de los vascos. Tristeza también por volver a comprobar la pusilanimidad de quienes se dicen abertzales y no pasan de meros colaboracionistas. Y más tristeza, si cabe, al imaginar la espeluznante imagen de José Luis en los calabozos de la Audiencia Nacional en el momento de conocer el alcance de su enfermedad. Hasta ahí el dolor.

El ánimo viene de la mano del propio Elkoro. Habla de cimientos recios, fuertes, de convicciones sólidas, de causas nobles, de hacer bien las cosas. Habla, incluso, de sus convicciones más íntimas. Y uno piensa que un pueblo que tiene gente así, dispuesta a entregarlo todo con setenta y dos años, codo con codo con jóvenes que apenas pasan la veintena, tiene mucho más futuro que un estado forjado con sangre y dolor y que no tiene más recurso que detener y encarcelar a gentes de la talla humana de José Luis Elkoro y sus compañeros en la cuerda de reos.

El ánimo, además, se vuelve optimismo al comprobar que la fuerza bruta no consigue doblegar el ánimo de las personas que creen en las buenas causas. Que a Elkoro le han vestido como a un mono de feria en Soto del Real pero no han logrado desmoronar sus convicciones. Un pueblo con gente así es, sin duda, un pueblo con futuro. Lo lamentable es que los españoles no conozcan a gente como José Luis. Tampoco conocieron a Jon, a Santi, a Telesforo, a Josu... Seguro que si les hubieran conocido, les hubieran escuchado, les hubieran leído, las cosas cambiarían. Para bien de todos, porque la libertad sólo duele a quien vive a golpe de oprimir. Para ése nada bueno deseamos.

Imprimatu 
Gehitu artikuloa: Delicious Zabaldu
Igo