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El poder de las monarquías petrolíferas crece en forma de mercado común

Seis monarquías petrolíferas del Golfo -Arabia Saudí, Qatar, Emiratos Árabes Unidos, Kuwait, Omán y Bahrein- forman el Consejo de Cooperación del Golfo (CCG), un bloque económico en forma de mercado común, con importantes haberes dentro y fuera de su ámbito.

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Las seis monarquías petrolíferas del Golfo -Arabia Saudí, Qatar, Emiratos Arabes Unidos (EAU), Kuwait, Omán y Bahrein- miembros del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG), forman un mercado común que crea un nuevo bloque económico en una región cuyo Producto Interior Bruto (PIB) acumulado alcanzó los 715.000 millones de dólares en 2006.

Entre sus objetivos, el secretario general agregado del CCG para los asuntos económicos, Mohammad Obeid Al-Marzouri, destaca que la iniciativa «va a favorecer un incremento de las inversiones e intercambios en el grupo», y ayudará a reforzar la posición del CCG «en sus negociaciones con otros grupos económicos, en particular con la Unión Europea».

Además de la libre circulación de capitales, el mercado garantiza a los súbditos la «libertad de circular y residir» en cualquiera de los países miembros, el derecho a trabajar en el sector público y privado, el acceso a servicios sociales, de educación y salud, así como igual tratamiento fiscal que los ciudadanos del país de residencia.

«El mercado común (...) permitirá a los ciudadanos de los estados miembros aprovecharse de las oportunidades ofrecidas por la economía del Golfo y abrirá espacios más importantes para las inversiones comunitarias y extranjeras», afirmó el secretario general del CCG, Abderramahn al-Attiya.

Las seis monarquías petrolíferas del Golfo ocupan una superficie total de 2,6 millones de kilómetros cuadrados y guardan en su subsuelo 484.000 millones de barriles de petróleo. El CCG ambiciona también poner en circulación en 2010 una moneda única, proyecto no exento de dificultades por una inflación galopante y la debilidad de dólar.

Abderramahn al-Attiya minimiza el impacto de estas dificultades en los comienzos de la entidad y opina, incluso, que «una moneda única puede consolidar el mercado común». De hecho, los impulsores de la iniciativa refieren el ejemplo de la UE. «Los europeos procedieron de la misma manera: una unión aduanera, luego un mercado común y finalmente una moneda única a la que no se adhirieron todos los estados miembros», concluyó el secretario general agregado de la CCG.

Los países árabes del Golfo se convirtieron en los principales protagonistas de la economía mundial gracias a la cesta petrolífera que les permitió financiar megaproyectos inmobiliarios y adquisiciones de sociedades en todo el mundo.

El precio del barril de crudo, que ya ha superado la barrera de los 100 dólares, ha llenado las arcas de estos países, que proporcionan una cuarta parte de la demanda mundial de petróleo, y garantiza un auge económico que no cesa.

Entre 2000 y 2006, los países del Golfo, con una población de 35 millones de habitantes, ganaron entre 1.200 y 1.500 millardos de dólares, lo que permitió elevar sus haberes en el extranjero en más de un millardo de dólares, según estimaciones internacionales.

«La subida del precio del petróleo aumentó enormemente el peso de los países de la CCG en la economía mundial, hasta alcanzar una posición significativa», afirma el economista kuwaití Hajjaj Bukhdour. Para Abdelwahab Abou-Dahesh, experto saudí del sector petrolífero, «la importancia de la CCG ya no se limita a la riqueza petrolífera. «Su influencia fue multiplicada por inversiones masivas en el extranjero y compras a gran escala en EEUU, Europa y Asia», precisa.

Empujado por el petróleo, el PIB de los seis países ha aumentado cerca de un 7% al año estos últimos años, y la tendencia debería continuar. Esta afluencia de liquidez que no podía absorverse en la región, los países del Golfo se lanzaron a adquisiciones masivas en el extranjero. DP World, propiedad de Dubai, paso a ser en 2006 un operador portuario mundial readquiriendo al británico Penninsular and Oriental Steam Navegac.

La AIE estima que la demanda de crudo seguirá en aumento hasta 2030

La Agencia Internacional de la Energía (AIE) estima que hasta 2030 la demanda de petróleo aumentará un 37%, con lo que se perfila como la energía reina durante las próximas décadas, por su peso en sectores como química y transporte y, aunque en menor medida, también en calefacción, «sectores donde la sustitución no es fácil», según la AIE.

Ahora bien, el entusiasmo por los biocarburantes vuelve a caer. Productos a base de remolachas, oleaginosas, cereales o azúcar, son muy costosos y ampliamente subvencionados. Su eficacia es cada vez más discutida, por la energía necesaria para su producción y el encarecimento de productos agrícolas y alimentarios que acarrean. LA AIE recomienda importar biocarburantes de regiones donde son más rentables, en particular Suramérica, e invertir en la investigación de biocarburantes de segunda generacióna a base de materias vegetales no alimentarias. GARA

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