Una costilla rota y perforación pulmonar, además de hematomas en todo el cuerpo y una hemorragia en el ojo izquierdo. Ese es el balance médico que presentaba el lesakarra Igor Portu tras pasar cerca de dieciséis horas incomunicado en manos de la Guardia Civil.

Minutos antes de las cuatro de la mañana, agentes del instituto armado trasladaron a Igor Portu al Hospital Donostia, donde después de ser atendido en el servicio de Urgencias, quedó ingresado en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI).

El parte médico del Hospital donostiarra al que ha tenido acceso GARA indica que Portu presentaba fracturado el noveno arco costal posterior izquierdo. El mismo parte constataba la presencia de un importante neumomediastino -afección en la que el aire está presente en el espacio entre el tórax y los dos pulmones-; y la existencia de un neumotórax -presencia de aire en el espacio pleural, que es la capa serosa que rodea los pulmones, lo cuál produce una pérdida del volumen pulmonar-.

Asimismo, el informe subraya la presencia de «un importante enfisema subcutáneo que se extiende desde el nivel cervical hasta nivel pélvico y el derrame pleural izquierdo». En concreto, la causa del enfisema es una hinchazón producida por aire en el tejido pulmonar.

El informe de Osakidetza también recoge el relato de Portu sobre el trato recibido de manos de la Guardia Civil. Así, refiere que fue golpeado con puños y patadas en cara, tórax, abdomen y extremidades. En este sentido, el médico que atendió al vecino de Lesaka asegura en el informe que sus rodillas y tobillos «muestran múltiples hematomas, erosiones y abrasiones».

El ingreso en el hospital del detenido suscitó un gran eco mediático a partir de que la emisora de radio Info7 hiciera público en el noticiario de las 11.00 el parte médico. Lo hizo, además, de la mano de una especialista que daba cuenta de la gravedad de la situación del lesakarra. GARA también se apresuró a informar de lo ocurrido ofreciendo íntegramente este informe en su edición digital y dando paso a un sinfín de reacciones de agentes políticos y sindicales.

Asimismo, la mayor parte de los medios de comunicación españoles comenzaron a citar este hecho en sus ediciones digitales, pero fue ``El País'' el primero en tratar de explicar las lesiones que sufre Portu. El rotativo madrileño aseguraba, citando fuentes de la lucha contra ETA, que el lesakarra se lesionó una costilla tras oponer resistencia al ser introducido en uno de los vehículos empleados por la Guardia Civil.

Horas más tarde, cerca de las 20.00, el ministro del Interior español, Alfredo Perez Rubalcaba, realizaba una comparecencia oficial que pretendía esclarecer los hechos. Pero su lectura no hizo más que incrementar las dudas.

Rubalcaba atribuyó las lesiones al momento del arresto y dijo que aunque los dos jóvenes no mostraron resistencia a la hora de identificarse, emprendieron la huida cuando los agentes intentaron registrar las mochilas que portaban. De este modo, defiende que fue entonces cuando cuatro guardias civiles se abalanzaron sobre ellos produciendo la fractura de la costilla de Portu.

Aseguró también que nada más producirse el arresto, la Guardia Civil comunicó al juez de guardia de la Audiencia Nacional, Juan del Olmo, que los agentes tuvieron que emplear la fuerza para reducir a los detenidos, por lo que el magistrado delegó en el juzgado de Guardia de Donostia que ambos arrestados fueran examinados por un forense.

16 horas sin médico

Aunque el ministro español defendiera que el instituto armado cumplió «escrupulosamente» la legislación, la versión ofrecida choca con el hecho de que el domingo ninguna fuente policial señalara que se produjera algún tipo de percance en el momento del arresto. Y sorprende aún más el tiempo trascurrido desde el supuesto momento de las lesiones hasta que fuera ingresado en el hospital.

Según la versión oficial, la detención fue realizada a las 11.00 de la mañana en Arrasate. Casi doce horas después, Igor Portu es conducido, junto a Mattin Sarasola, a Lesaka para participar en el registro de su domicilio. Allí lo esperan familiares y allegados que, como confirman en una comparecencia al mediodía de ayer, no ven indicios de su precaria situación.

Tras finalizar el registro, pasadas las 2.30 de la madrugada, es decir, según la versión oficial dieciséis horas después de la fractura de una costilla, Portu empieza a quejarse de dolor y es examinado por el forense, que se percata de la lesión en el costado y determina su ingreso en el hospital.

Por otro lado, horas antes de que Rubalcaba compareciera ante los medios, el juzgado de guardia de Donostia abrió diligencias previas por el trato que podría haber sufrido Portu desde el momento de su arresto. El tribunal habría decidido abrir diligencias basándose en el contenido de los informes emitidos tanto por el médico forense como por el Hospital Donostia.

Solidaridad ante el hospital

La noticia del ingreso en la UCI de Igor Portu no hizo más que confirmar los peores presagios en torno a la incomunicación y es por ello por lo que Askatasuna convocó para la tarde de ayer una concentración ante el Hospital Donostia. Con objeto de mostrar su solidaridad a Portu y denunciar la existencia de la tortura, alrededor de 350 personas con semblante serio se reunieron en silencio durante 30 minutos, portando carteles en los que se leía «PSOE torturador» y «aski da torturatzaileak alde hemendik».

En el transcurso de la concentración, Xabin Juaristi y Asier Virumbrales comparecieron ante los medios para denunciar la situación de Portu. Juaristi indicó que el PSOE ha elegido «el todo vale contra el independentismo vasco», donde situó la tortura, y comparó la práctica del Estado español «con la de Israel en Palestina»

No obstante, aseguró que esta estrategia «no sería viable sin la colaboración de otros agentes» e interpeló a Miren Azkarate y a Uxue Barkos para que «hagan algo contra esta lacra que dura ya 30 años». Asimismo, Juaristi dirigió sus miradas a los Ararteko de Nafarroa y de la CAV para que acudan a visitar a Portu y se comprometan en contra de la tortura.

La Ertzaintza no cesó en ningún momento en la vigilancia de la concentración. Es más, una vez finalizado el acto, agentes de la Policía dirigida por Balza siguieron a algunos de los asistentes y colocaron un control policial a la salida del hospital.