«No he parado de tocar `Hotel Kalifornia' desde que la versioneamos por primera vez»
Miembro del desaparecido grupo AKELARRE
La historia de Akelarre fue tan densa que, a lo largo de sus tres decenios de vida, contó, entre otros, con ocho vocalistas, ocho guitarristas, cuatro teclistas... Músicos que, en la actualidad, se dedican al profesorado musical, arreglos para grupos de danza, música para películas...
El germen de Akelarre comienza a dar pataditas en 1966 con el nombre de Los Mansos, para pasar a llamarse posteriormente, tras idas y venidas de mili, Iñaki Arriaran y los Mansos. A finales de 1971, con algún que otro cambio en la formación, el grupo se asienta y toma el nombre de Akelarre. Tras numerosos conciertos y consolidarse como una de las formaciones más populares de la escena vasca, en 1980 Akelarre comienza su andadura discográfica, que concluye en enero de 2005 con un concierto de despedida multitudinario. Se grabaron dieciéis discos, entre los que había dos directos, además de uno publicado exclusivamente en formato casete. Akelarre, reyes de las romerías, ha tocado, por ejemplo, 23 veces en Fruitz (Bizkaia) y 25 en Aia (Gipuzkoa). En sus primeros años hasta llegaban a tocar seis días seguidos en una misma localidad. En el barrio donostiarra de Loiola eran fijos cada 30 de julio. Aprovechando el regreso de Eagles y la entrevista de Nicky Horne con Don Felder, rememoramos la historia del «Hotel Kalifornia» euskaldun y su fuerte impacto en toda Euskal Herria. Canción que la grabaron Ina Goikoetxea (guitarra solista y coros), Anje Duhalde (voz y guitarra rítmica), Aitor Amezaga (teclados y coros), Pako Díaz (batería) y J. Markos Juaristi (bajo y coros), profesor de música en la actualidad y nuestro interlocutor en el presente y confortable hotel California.
¿Recuerda de quién partió la idea de versionear el tema de Eagles? Me consta que no todos fueron partidarios en su momento.
Así fue, algunos no veíamos adecuado meter en el disco ninguna versión; otros sí. La verdad es que hubo bastante polémica interna. En principio, la versión se sacó para tocarla en directo ya que nos agradaba el ritmo, melodía... Los jarraitzailes, al enterarse de que volvíamos a grabar, nos preguntaban si íbamos a incluir este tema, ya que sonaba bastante decente para la época. Después de discutir mucho entre nosotros, viendo que la letra también era interesante, decidimos incluirla, pero «a lo vasco»; es decir, omitiendo los falsetes originales en los estribillos y cantándola en un tono más bajo, ya que esto nos permitía interpretarla a nuestra manera, sin el empleo de las típicas voces americanas de la época. Por lo demás, no quisimos cambiarle nada más y nos lanzamos a la aventura de grabarla y a ver qué pasaba. La letra nos parecía que se ajustaba al original en su significado y que iba bastante bien con el acento y la fonética.
¿Tenía alguna dificultad en especial la adaptación?
No, no había nada en particular complejo, era un tema que se dejaba llevar, muy lógico en su armonía, muy definido en sus melodías, práctico, eficaz en el ritmo y bello en su conjunto. Hubo alguna discusión sobre si el solo de guitarra tenía que ser el de la versión de estudio o el del directo. Me acuerdo que lo grabamos en Barcelona y que el técnico de sonido, Mauricio Tonelli, era un chico que había estado cerca de Nashville, en Estados Unidos, aprendiendo a grabar guitarras acústicas al estilo americano y que nos hizo un buen trabajo para la época.
«Hotel Kalifornia» les acompaña desde el 81 y en casi todas sus actuaciones.
Yo no he parado de tocarla desde que la sacamos, bien en conciertos o bien dantzaldis y te puedo asegurar que son unos cuantos. El mayor problema era situar el tema en el lugar adecuado del repertorio, pues, al ser una canción exigente en cuanto a voz, había que calcular el mejor momento para interpretarla dentro de un repertorio de 4 ó 5 horas. En fin, que era un problema de negociación con el solista para evitar morros posteriores. Todo un temón, no complicado, vale, pero había que inventarlo y alguien lo hizo con brillantez y pleno acierto. Darles la enhorabuena a Eagles por ello y por muchas cosas más.
El country rock tipo Eagles llegó a tener cierta aceptación en Euskal Herria; de hecho, ustedes versioneaban algunas canciones más de la época y que iban en esa onda.
Es cierto, llegamos a versionear un tema del grupo Poco, pero inventando una letra distinta que cuajó muy pronto en el público y que aún hoy en día perdura en las plazas de los pueblos, interpretándola indistintamente grupos de folk, rock o pop. Nosotros lo titulamos «Kantuz». Tocábamos otro de los Kinks, que también tuvo su audiencia, una de Kenny Loggins y Jim Messina, Toto... Temas que, finalmente, fueron muy demandados a lo largo de las distintas épocas del grupo. Nunca fuimos partidarios de versionear temas de verano o que estuviesen muy de moda, sino canciones que nos viniesen bien por ritmo, temática, sentido dentro del repertorio... P. C.