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Primer partido sin marcar en seis jornadas

Los cambios pedidos sólo modifican la inercia positiva

Eizmendi dio entrada a Martí y Fran Mérida en lugar de los ausentes Garitano y Delibasic, con cambio de sistema, y el Castellón fue superior y mereció una victoria materializada por un gol de Oberman.

Joseba ITURRIA | CASTELLÓN

En el fútbol cuando se gana y las cosas van bien no hay que cambiar nada. Absolutamente nada. Ni la ropa interior de los jugadores y mucho menos las camisetas. Si se gana fuera con unas hay que seguir con ellas porque dan suerte. La Real vive inmersa en la locura y ajena a la lógica del fútbol y, a pesar de los triunfos, cambia todo. Absolutamente todo. Así la Real es el único club en el que se fuerza la marcha del técnico cuando los resultados acompañan, cuando el vestuario está con él y demuestra su capacidad de mantener la tranquilidad y sobrellevar una etapa crítica en la historia del club.

Pero había que garantizar que jugaran los fichajes, Coleman osó no convocar a Mérida tras dos entrenamientos y Eizmendi los metió con calzador en Córdoba y ayer, que vio un poco de hueco, no tuvo dudas en ponerlos de entrada sin resultados. La Real no perdía un partido sin encajar gol en los últimos minutos desde la jornada 1, no caía sin mediar error arbitral desde la 9 y no se quedaba sin marcar desde la 16. Ellos no tuvieron más culpa que los demás, pero cuando las cosas funcionan sólo hay que cambiar lo obligatorio.

Garitano y Delibasic causaban baja y alguno debía entrar en su lugar, pero lo más reseñable es que ayer se dio lo que muchos solicitaban sin mediar ausencias -la entrada de Martí y Mérida- y la Real empeoró y perdió con justicia ante un Castellón que fue superior en el juego y tuvo más y mejores ocasiones.

Una entrada discutible

Porque la entrada de Martí en lugar de Garitano no admitía discusión a pesar de la merma en el juego aéreo del equipo, pero la de Fran Mérida por Delibasic implicó un cambio de sistema, menos poder en el juego aéreo, sobre todo a balón parado, y más descompenetración a la hora de presionar, algo que la Real no hizo bien ayer.

Además es un mal mensaje al vestuario, a pesar de que los realistas, a diferencia de cualquier trabajador, acogen con los brazos abiertos a los que pueden quitarles el trabajo. Como debe ser. Daba gusto ver la forma en la que se animaban y se abrazaban todos los blanquiazules antes de empezar el partido. Y la actitud de los que llegan también es muy buena, era bonito ver en esa línea la implicación de Martí asumiendo responsabilidades en su nuevo equipo.

Pero es necesario que el que entre en un equipo que funciona haga muchos méritos. Porque se podía haber mantenido el sistema con Gari, autor de dos goles legales en los últimos 54 minutos jugados y que con la necesidad de meter a los nuevos se quedó sin salir en Córdoba y ayer tuvo que esperar para entrar de interior izquierda.

Tampoco la entrada de jugadores con más calidad en el toque del balón implicó un mayor control del juego. Hay que tener claro que cuando se hacen cambios es necesario un proceso de adaptación y lo normal es que no se dé con buenos resultados, como se pudo comprobar ayer, en un encuentro en el que la Real jugó con muy poca fluidez en ataque sin crear ocasiones.

Porque todos los cambios que introdujo ayer la Real no tuvieron un efecto positivo en comparación con el partido ganado en Córdoba. Los blanquiazules se pasaron la mayor parte del primer tiempo en su campo y la iniciativa la llevaron los jugadores locales, aunque sin ser capaces de crear ninguna ocasión. Así el primer tiempo pasó sin nada reseñable, sin ninguna oportunidad de gol. Sólo se pudieron contabilizar tres disparos sin ningún peligro de Oberman, Díaz de Zerio y Tabares.

Nada de nada

El ataque de la Real se limitó a tres corners lanzados de manera consecutiva al inicio del partido, pero el Castellón tampoco hizo nada más y demostró por qué es el equipo menos goleado de Segunda. La Real recuperaba el balón demasiado atrás porque la presión de los jugadores adelantados no era buena y ésa es la clave en Segunda para llegar al área rival con rapidez.

Murcia, con el que el Castellón suma diez puntos de doce desde que llegó a su banquillo, pidió a sus jugadores en el vestuario que no debían conformarse con acaparar la mayor parte de la posesión de balón y con no pasar apuros en defensa. Les reclamó más atrevimiento y menos respeto y los locales volvieron de los vestuarios con mucha más determinación.

Antes de su gol, Oberman dio dos avisos en los primeros cinco minutos del segundo tiempo. Sólo cuando se vio en desventaja la Real empezó a jugar en el campo del Castellón, pero sin ninguna idea y, sobre todo, sin la capacidad de reacción y el carácter y el orgullo que ha mostrado en los últimos meses el grupo cada vez que el rival se ponía por delante. Porque se habla mucho de la calidad del equipo, pero lo más importante en la situación de la Real es la fuerza mental que tenga. Y ayer no la tuvo y toda su reacción y su balance ofensivo se redujo a tres disparos desde fuera del área de Fran Mérida.

Así las ocasiones más claras para sentenciar el partido las tuvo el cuadro local en un cabezazo franco de Tabares que, con todo a favor, envió el balón a las manos de Riesgo, que después hizo una gran parada a disparo lejano de Ibon Gutiérrez, con la ayuda del larguero.

Eizmendi decía tras el partido que quizás se equivocó al apostar por jugar con un solo delantero, pero el equipo no funcionaba y, en lugar de cambiar para jugar con dos puntas, mantuvo el sistema y siguió con su línea de dedicar sus primeros cambios a retirar del campo a todos los defensas que ven tarjetas.

Así Gerardo volvió a la izquierda, donde subió tanto como por la derecha, nada, y Estrada entró en el lateral derecho, donde su acción más destacada fue no devolver un balón después de que el Castellón lo enviara fuera para atender a un jugador. Provocó que el ambiente en los 25 minutos finales fuera muy caliente en contra de la Real, el ideal para el equipo local.

Más vale que el de ayer sea un borrón en una trayectoria casi inmaculada porque, si es problemático tener que meter a dos jugadores, ¿qué pasará con cinco con el desfile diario que desde hoy anuncia Badiola? Y es que si cuando sólo se consiguen buenos resultados se hacen tantos cambios, ¿qué va a pasar si llegan los malos? Por eso en la situación de la Real, lo mejor era apostar por lo que funciona para lograr resultados. No se puede hacer otro equipo en enero.

Eizmendi achacó a la ansiedad por entrar en zona de ascenso el mal partido y la derrota

El técnico de la Real, Joserra Eizmendi, entendía que «leyendo las circunstancias, el equipo estaba un poco ansioso porque estábamos muy cerquita. Es un equipo que tiene mucha implicación y esa ansiedad nos ha perjudicado. Ahora sólo debemos pensar en los tres puntos de cada domingo y en los del próximo contra el Eibar. Tengo claro que esta tarde no supimos llevar el partido. La ansiedad nos ha jugado una mala pasada».

En su análisis de lo sucedido señaló que «ellos han salido muy fuertes, han jugado un buen partido, nos han apretado en intensidad, no nos han dejado salir con el balón jugado. Han marcado un gol y se han llevado el partido». Añadía que «los chavales están tocados porque están muy metidos y lo viven y lo sufren. Pero están acostumbrados a estas situaciones y lo importante es darle la vuelta lo antes posible. Confío en que así sea. Cada partido es distinto, los rivales son diferentes y hay que solucionar las cosas y hoy no hemos encontrado soluciones. No hemos sabido enlazar el juego ofensivo, no llegamos con claridad a la meta rival. Creía que con un delantero y gente por detrás podíamos llegar mejor, pero no acertamos en ese planteamiento y hemos llegado pocas veces».

El técnico del Castellón, Pepe Murcia, señaló que «sí esperaba más de la Real, pero quizás no les hayamos dejado hacer mucho. Estuvimos muy disciplinados, sólo nos faltó en el primer tiempo jugar con menos respeto y arriesgar más y no jugar tan en vertical. Lo hicimos en el segundo tiempo y salió bien».

ITURRIA

El equipo volvió tras el partido en avión de Valencia

Los realistas regresaron tras el partido desde Valencia en vuelo a Loiu y después cogieron el autobús que les llevó a Zubieta, donde hoy a las diez están citados para preparar el derbi del sábado (18.30) en Anoeta contra el Eibar.

«El camarote de los hermanos Marx de la Real»

Ese era el título dedicado a la Real por el periódico oficial que el Castellón entregó ayer a sus aficionados en Castalia porque «desde la llegada de Badiola, el club ha acumulado continuas entradas y salidas en todos sus estamentos. El caos de la Real contrasta con la paz albinegra».

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