La plataforma Mendiak Lau Haizetara explica que Araba se encuentra en el punto de mira de quienes «sólo piensan en enriquecerse a costa de sacrificar unos de los pocos lugares que aún nos quedan sin explotar». Explican que todas las centrales eólicas que se quieren instalar en el alto de las montañas se encuentran en zonas protegidas y sobre todas ellas existe algún tipo de legislación que las protege, bien por alguna entidad local, resoluciones de la propia Diputación alavesa, acuerdos del Gobierno de Lakua, figuras como los Lugares de Importancia Comunitaria (LIC), la directiva comunitaria Red Natura 2000, Zonas de Especial Protección para las Aves (ZEPA), o por todas a la vez.

Lamentan que nada de ello importa cuando de lo que se trata es de amasar más riqueza. «Ciegos de codicia, anteponen sus intereses monetarios particulares a los generales de la gente que ve en sus montes un valor en sí mismos que hay que proteger», critican.

Por eso nació, precisamente, Mendiak Lau Haizetara: «Por la preocupación que nos suscitó que semejantes planes siguieran adelante contraviniendo el más elemental sentido común y todas las resoluciones existentes». Las vecinas y vecinos que componen la plataforma rechazan, con «total independencia de todo grupo político o social», que los montes de su entorno se industrialicen; les duele que «se utilicen las necesidades económicas de los pueblos para hacer un chantaje con el dinero que ofrecen» y les repugna «la hipocresía de aquellos que nos envenenan con Garoña (Iberdrola) mientras nos hablan ahora de energía limpia».

El movimiento popular tiene como objetivo defender la riqueza de que gozan los montes alaveses «debido al legado que hemos recibido gracias a un régimen comunal que ahora quieren privatizar». Apoyan la energía eólica, «pero no de la forma en que se está haciendo», porque creen que la cima de los montes no es buen lugar para una zona industrial como son las centrales eólicas. Quieren que se respete y se cumpla toda la normativa local y comunitaria que existe al respecto. Por eso piden, al igual que todos los grupos junteros de la Diputación alavesa, que se revise el Plan Territorial Sectorial de la energía eólica y se paralicen los proyectos existentes, tal como se hizo en la central de Ordunte.