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Jone Goirizelaia, Ritxi Mendiguren y Javier Cano (*) Socios compromisarios del Athletic Club

A la Junta Directiva del Athletic Club

No vamos a renunciar a seguir manteniendo nuestra identidad tanto individual como colectiva, que pasa ineludiblemente por que el Athletic siga siendo un club vasco y de cantera

El pasado 18 de diciembre de 2007 se celebró la Asamblea General Extraordinaria del Athletic Club con el objeto de aprobar el presupuesto para el ejercicio 2007-2008. Por primera vez en los últimos años se negó el acceso a la asamblea a todo aquel que no se identificara con el DNI. Insistimos en el término «primera vez», porque incluso en la asamblea de carácter ordinario celebrada en octubre el presidente Fernando García Macua permitió expresamente el uso del EHNA o cualquier otra identificación, incluido, cómo no, el carnet de socio del Athletic.

Los estatutos del Club, en euskera, en su artículo 25 exigen un documento de identidad a las y los socios compromisarios para acceder a la Asamblea. Fue una jornada repleta de negativas, ya que también se nos negó la interlocución ante cualquier miembro de la Junta Directiva para tratar el tema y, lo que es peor, se trató con nulo respeto a nuestra lengua, el euskera. Es triste que después de todo lo que costó su reconocimiento haya que recordar, en pleno siglo XXI, su oficialidad, y a Euskaltzaindia, al ignorar y despreciar el Athletic Club la certificación de dicho organismo, en la que dice que, tal y como viene redactado en euskera en el artículo 25 de los estatutos del Club, el término nortasun agiria expresa «documento de identidad». El DNI no es el único documento identidad y bien pudiéramos haber accedido a la Asamblea con el carnet de socio, porque así nos amparaban los estatutos, el certificado de Euskaltzaindia, los usos y costumbres hasta el pasado 18 de diciembre, la lógica y hasta el sentido común que tanto escasea.

Existe una contradicción entre la redacción de los estatutos en euskera y en castellano. Pero ¿por qué tienen que ser sinónimo de conflicto? ¿Por qué tiene que prevalecer la versión en castellano sobre la de euskera y más en ausencia de indicación expresa en alguno de los sentidos?¿Por qué esa discriminación? ¿Por qué se cambia de criterio arbitrariamente sin motivo alguno?

Presentamos una queja formal e indicamos la posibilidad de impugnar la constitución de la mesa de la Asamblea General Extraordinaria y, por consiguiente, la misma. No era nuestra voluntad contribuir a enrarecer aún más el ambiente en torno a nuestro Club y, por ello, solicitamos mediante escrito a la Junta Directiva el pasado día 2 de enero una reunión para tratar el asunto y consensuar una medida transitoria hasta la tan necesaria modificación de los estatutos sociales.

Sin embargo, la espera ha sido en vano. Parece ser que una serie de socias y socios no somos dignos de ser escuchados y recibidos en Ibaigane. Parece que la voz de quienes reclaman algo tan sencillo como el acceso a la asamblea del Athletic mediante el carnet de socio o mediante un documento que acredite su identidad y, de paso, adscripción nacional, y más en un club que pretender ser el de Euskal Herria, sin tener que poner en tela de juicio la del que no lo quiera hacer así, no tiene cabida y es ignorada por la Junta Directiva actual.

Parece, además, que la Junta Directiva moldea o maquilla a su antojo las decisiones tomadas en la asamblea, como recientemente se ha constatado en las cláusulas y restricciones en los descuentos a socias y socios jubilados, menores de 18 años y familias con más de tres carnets, ya que van a cobrar un suplemento por el uso por terceros de estos carnets, cuando los suplementos fueron abolidos por acuerdo en una Asamblea General. En definitiva, parece que la Junta Directiva actual no acepta ni permite la participación activa y dinámica de las socias y socios en el Athletic y las explicaciones que ofrece siempre lo son a posteriori.

Somos conscientes de que la modificación de los estatutos del club es una necesidad imperiosa y urgente. Hay que modificar los métodos de elección de las socias y socios compromisarios, el sistema electoral, ahuyentar cualquier atisbo de duda o sospecha que el actual genera, en especial en lo referente a la compra de avales, lista de socios que avalan sin su consentimiento, la recogida de firmas, los procedimientos para la celebración de asambleas y mociones de censura, la designación de los miembros de las diferentes comisiones del Club..., pero sobre todo hay que modificarlos para avanzar y dotarnos de transparencia y de medidas reales que permitan la participación de la socia y el socio más allá de los procesos electorales y de la aprobación mecánica de las cuentas.

El Club no es de la Junta Directiva, por muy democráticamente que ésta haya sido elegida. Existen decisiones estratégicas que competen a todas las socias y socios del Club, por eso las socias y los socios tenemos que tener mecanismos y cauces de participación para implicarnos en ellas. Hay que huir de los modelos de dirección personalistas, de los malos modos y de esta improvisación que nos inunda desde hace demasiado tiempo en las funciones deportivas, económicas e institucionales del Club.

La actuación de la Junta Directiva la retrata en lo concerniente al respeto al euskera y a la opinión y participación de las socias y socios. Sin embargo, manifestamos que no vamos a renunciar a seguir manteniendo nuestra identidad tanto individual como colectiva, que pasa ineludiblemente por que el Athletic siga siendo un club vasco y de cantera.

Por todo ello, vamos a proceder a impulsar aquellos mecanismos que estén a nuestro alcance para garantizar y dinamizar la participación real y efectiva de las socias y socios en la vida del Club.

(*) También firman este artículo otros 25 socios compromisarios del Athletic

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