Efectivos de la Brigada Provincial de Información de la Policía española detuvieron a lo largo de la pasada noche a seis jóvenes en Gasteiz, en un operativo que fue autorizado por el juez de la Audiencia Nacional española Santiago Pedraz. Además, fueron en busca de otros dos jóvenes que no se encontraban en sus domicilios y registraron doce viviendas y tres bares en diversos barrios de la ciudad.

Los jóvenes que resultaron detenidos son Bergoi Badernaz, Aitor Juarez, Azaitz Gartzia, Ganeko Urzelai, Jon Ligerzana y Ander Garai. Todos ellos fueron incomunicados y, según informó el Ministerio del Interior en una nota emitida a mediodía de ayer, fueron conducidos casi de forma inmediata a dependencias policiales en Madrid.

En la misma nota, el Ministerio del Interior daba por «desarticulado» un grupo «vinculado con la realización de atentados mediante la confección y lanzamiento de artefactos explosivos e incendiarios», y en concreto subrayaba una relación de acciones llevadas a cabo desde finales del pasado mes de setiembre hasta este mismo mes.

Además, daba cuenta del material que la Policía se llevó de los registros efectuados. Entre otras cosas, se hicieron con ordenadores, CD, DVD, memorias USB, documentación de organizaciones «ilegales», sprays y pintura «para realizar pintadas», panfletos y pegatinas de Askatasuna, Batasuna y ETA, propaganda-documentación de Segi, teléfonos móviles y una mochila «con guantes de látex».

Lo que no resalta la nota del Ministerio es el gran interés que los policías tuvieron en llevarse todo el dinero que pudieron de los locales registrados, tanto lo contenido en las huchas como, sobre todo, el dinero de la recaudación y funcionamiento propio de las tres tabernas.

«Viva la Policía»

El operativo empezó hacia la 1.30 de la madrugada y se prolongó hasta cerca de las 6 de la mañana de ayer. En ese tiempo, los policías actuaron en diversos barrios, practicaron las seis detenciones, entraron en doce viviendas, registraron tres locales, y aún tuvieron tiempo para dejar sus mensajes pintados en las paredes.

Es lo que ocurrió en el bar de la Asociación Olarizu Mendi. Hacia las 4 de la mañana fueron al domicilio de uno de los trabajadores de esta taberna para que les acompañara en el registro, al que también llevaron a uno de los detenidos, Aitor Juarez. Un buen número de policías se aplicó durante unas dos horas en registrar y requisar material, como un cuadro de Argala, bonos o las huchas solidarias de la barra, pero los responsables de la asociación no dejaron que se llevaran el dinero, al tratarse de los salarios de los trabajadores.

Cuando los policías abandonaron el local, sin embargo, los responsables comprobaron que algunos de ellos se habían dedicado a dejar mensajes escritos a bolígrafo en paredes y en carteles. «Viva la Policía», «Viva España»... o algunos dibujos de carácter obsceno sobre la foto- grafía de un joven gasteiztarra recientemente excarcelado figuraban entre las «ocurrencias» de quienes habían entrado al local esgrimiendo una orden judicial que incluía hacerse con «documentación y propaganda de organizaciones ilegalizadas como Segi, Askatasuna y otras, para venta y autofinanciación, sustancias o artefactos explosivos o incendiarios y efectos utilizados por la organización terrorista ETA para el desarrollo de su actividad delictiva».

Con el mismo motivo y las mismas formas entraron en los bares Irauli, donde también destrozaron la puerta de entrada, y Herrikoia, de donde se llevaron un ordenador y todo el dinero que encontraron, ambos situados en la calle Cuchillería, del Casco Viejo gasteiztarra.

En la misma calle entraron en el inmueble ocupado del número 103, y derribaron la puerta de una vivienda en la que entraron de forma violenta en busca de otro joven, y al no encontrarle arremetieron contra su compañera, a la que arrojaron al suelo.

El abogado de los gasteiztarras detenidos pidió que fueran llevados inmediatamente ante el juez y que mientras estuvieran en dependencias policiales se aplicaran diversas medidas como la grabación continua a través de cámaras de video, que se informara a sus familiares de su paradero y de su situación, y que se les permitiera, si así lo solicitaban, ser visitados por un médico de confianza junto al médico forense.

Askatasuna informó por la tarde de que el juez Santiago Pedraz había admitido las medidas, y que al menos la familia de uno de los detenidos ya había recibido una llamada informando de que estaba en Madrid.

Preocupación

Diversos organismos hicieron pública su denuncia por la operación y su preocupación por el posible estado de los detenidos, dada su situación de incomunicación. Entre ellos, EHE, al que pertenece Azaitz Gartzia, a quien expresan su solidaridad.

Askatasuna, por su parte, denunció que el PSOE «ha puesto en marcha toda su maquinaria represiva», y advirtió de que aunque «la represión ocasiona dolor», es totalmente inútil para la consecución de los objetivos políticos que con ella se persiguen. La organización juvenil Segi cree que «lo que no consiguieron con el proceso de negociación lo quieren conseguir a través de la represión». Las operaciones que las distintas policías han realizado contra jóvenes en todo Euskal Herria responden, a juicio de Segi, a un mismo objetivo, que no es otro que «marginar el proyecto político de la independencia».