La tele es una pura oportunidad. La programación televisiva generalista es un terreno de promisión. La fama, el éxito, el protagonismo, los ingresos econó- micos descomunales te esperan en todas las franjas horarias. Da lo mismo que sea una cadena local, regional, provincial, comunitaria, estatal, por cable, por satélite o por internet, de accionariado multinacional, de propietarios localizados e identificados, con proyección universal, de titularidad pública o privada o viceversa... en todas las cadenas encuentras las oportunidades necesarias para cambiar tu vida de manera total o absoluta. O parcial, pero significativa.

Un paseo por las parrillas a casi cualquier hora es encontrarse con concursos de toda laya, de los de participación del concursante utilizando parte de su cerebro, hasta los más casuales, los que puedes llevarte un bote de bastante cantidad, a los que machaconamente, y a todas las horas tontas televisivas, puedes ganar unas cantidades módicas, por uso del teléfono portátil, o presenciales. Quizás, las oportunidades más contumaces son las de esas empresas de crédito rápido que convierten algunos tramos horarios en una panacea, una pasión, una perpetua tentación para lograr el «dinero fácil», que aseguran unos anuncios de una organización de discapacitados que es mejor lograrlo a través de sus apuestas.

Si lo anterior es netamente crematístico, capital constante y sonante, los programas de búsqueda de talentos musicales, danzantes, cómicos, y otros proyectos de artistas escondidos se han convertido en una plaga televisiva. Soy incapaz de saber dónde estoy, en qué cadena, en qué programa. Lo que espero ver dentro de muy poco es a los mismos futuros iconos televisivos de consumo rápido y efímero participando en varios programas a la vez. Porque, uno se pregunta, ¿de dónde salen tantos artistas vocacionales, tanto supuesto talento oculto, tanta frustración solapada en unas oposiciones o tantas esperanzas marchitadas? Algún día se acabará este filón, aunque ahora lo que se lleva son los artistas emigrantes: un filón. Oportunidades para todos. El monstruo requiere renovar su dieta para mantenerse en forma.