Un muerto en los ataques a embajadas tras la masiva protesta de Belgrado
Alrededor de 300.000 personas se reunieron ayer en Belgrado para manifestarse de forma masiva y expresar su rechazo a la independencia de Kosovo, considerada por los serbios la cuna de su nación. Terminada la movilización, grupos de jóvenes atacaron varias embajadas y provocaron un incendio en la legación diplomática de EEUU, donde fue encontrado un cuerpo carbonizado.
GARA |
El Departamento de Estado de Estados Unidos confirmó ayer el hallazgo de un cuerpo carbonizado en el edificio de la embajada de EEUU en Belgrado, que fue incendiada durante los incidentes ocurridos tras la manifestación de rechazo a la independencia de Kosovo, que congregó a alrededor de 300.000 personas, según la Policía.
Un funcionario del Gobierno serbio, que habló bajo la condición del anonimato, señaló que el cuerpo hallado pertenecería a uno de los manifestantes, ya que todo el personal de la legación diplomática había sido localizado sano y salvo.
Además, cerca de un centenar de personas tuvieron que ser atendidas en el centro de urgencias de Belgrado, 21 de ellas policías, como consecuencia de los incidentes que grupos de jóvenes provocaron en la capital serbia al término de la multitudinaria protesta. La intervención de varias dotaciones policiales se saldó con varias detenciones.
Con anterioridad a la intervención policial, los grupos de jóvenes atacaron las embajadas de EEUU Turquía, Polonia, Canadá, Alemania y Croacia. Sus banderas fueron arriadas y en la estadounidense, provocaron un incendio que, hasta el hallazgo del cadáver, no parecía haber tenido graves consecuencias. Además causaron destrozos en algunos establecimientos comer- ciales de la capital serbia.
Tadic condenó los incidentes desde Rumanía, donde se encontraba de visita oficial, y pidió el fin de los actos violentos.
Durante la manifestación, realizada bajo el lema «Kosovo es Serbia», los manifestantes agitaban banderas serbias y subrayaban que «Kosovo es el corazón de Serbia». También exhibían banderas españolas, rumanas y chipriotas, tres de los miembros de la UE que no reconocen a Kosovo, así como de Rusia, el gran aliado eslavo.
Al término de la misma, el primer ministro serbio, Vojislav Kostunica, reafirmó que Serbia no aceptará nunca la independencia kosovar.
Kostunica, quien recalcó que «no hay ninguna amenaza o castigo que sea lo suficientemente fuerte para Serbia como para que renuncie a Kosovo». «Mientras exista el Estado de Serbia no reconoceremos a eso que ha sido creado mediante la violación de los principios sobre los que se erige el mundo civilizado», aseveró.
El líder del Partido Radical Serbio, Tomislav Nicolic, por su parte, subrayó que «hoy somos todos lo mismo, hoy no hay diferencias» e hizo una advertencia a quienes ya han expresado su reconocimiento. «No deberían empujarnos a demostrar cómo pueden luchar los serbios -advirtió-. Kosovo es el corazón de Serbia. Hoy todos deberían escucharos a vosotros, el pueblo de Serbia», indicó.
En el acto tomaron parte también el tenista Novak Djokovic, el cineasta Emir Kusturica.
La protesta de ayer debía ser la expresión de rechazo a la independencia de Kosovo del conjunto del pueblo serbio, y no sólo en Serbia. En Banja Luka, capital de la República Srpska, la entidad serbia de Bosnia y Herzegovina, se manifestaron alrededor de 2.000 personas y miles más en otras localidades.
Durante la jornada, unos 300 antiguos reservistas del Ejército serbio se enfrentaron con piedras a policías antimotines kosovares en la frontera.
La víspera, dos furgonetas propiedad de albaneses fueron destruidas por una explosión en la ciudad costera croata de Puna, según representantes de la minoría albanesa.
Una bomba explotó anoche en el norte de la ciudad kosovar de Mitrovica, aunque sólo provocó daños materiales. El artefacto estalló en el patio del Tribunal de la ciudad, donde horas antes un centenar de serbios se manifestaron contra la independencia de Kosovo.
Diecisiete estados han reconocido ya la independencia de Kosovo; doce se disponen a hacerlo y siete mantienen algunas reservas, mientras que el Estado español, Chipre, Rumanía, Serbia, Rusia, Georgia, China, Venezuela, Sri Lanka y Moldavia no lo harán.
El proyecto de Constitución kosovar, sujeto a debate público, recoge que la República de Kosovo es un país «independiente, soberano y democrático» con una «sociedad multiétnica», en el que el ejercicio de la autoridad se basará «en el respeto de los derechos humanos de todos sus ciudadanos», en la «igualdad» y en el «estricto respeto de las libertades fundamentales internacionales». Establece así que el nuevo Estado concederá garantías constitucionales a las minorías.
El proyecto, que deberá ser aprobado por el Parlamento antes de cuatro meses, prevé una «supervisión internacional» de carácter civil, que limitará los poderes de las autoridades kosovares y será la «autoridad suprema» para interpretar el plan Ahtisaari, y una «presencia militar internacional», bajo la autoridad de la OTAN, que garantizará la seguridad en todo el país.
Se compromete a proteger los derechos de los serbios de Kosovo y de las otras minorías al señalar que «adoptará todas las medidas necesarias para proteger a las personas que podrían ser objeto de amenazas o actos de discriminación, hostilidad o violencia por su identidad nacional, étnica, cultural, lingüística o religiosa», así como a proteger sus lugares y monumentos de importancia cultural y religiosa. .
