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Kristina Andres, Maite Arangoa, Julian Cillero y Rocio Osta Profesoras, padre y madre de Axular y Arturo Kanpion

¡Reaccionemos, Txantrea!

La semana que viene comenzará la campaña de prematriculación para los niños y niñas de tres años en Nafarroa. Hace tiempo las escuelas han comenzado la carrera en busca de su clientela. Estos tiempos bien parecen mercados: cada cual ofreciendo más y mejor, hoy en día hay más oferta que nunca, promesas envidiables... Las madres y padres captando «la flor y nata», analizando qué es lo superior, eligiendo lo mejor de lo mejor.

¿Y qué tendremos en la Txantrea? La falta de información, las medias palabras, el no hablar claro... nos ha hecho sentir, al principio, un cierto desánimo; sin embargo, las bases que tan arraigadas tenemos (el trabajo en equipo, la solidaridad, la unión...) nos han enseñado el camino más adecuado para conseguir los objetivos que nos planteemos.

Nunca ha tenido la Escuela Pública Vasca un camino de rosas. Casi todos los centros del modelo D de la escuela pública han sufrido las dos caras de la moneda: por una parte la oscura y tenebrosa que desde la Administración nos suelen presentar, intentando poner diferentes trabas en nuestro objetivo; la otra cara, la del barrio, la del pueblo, la que los euskaldunes y euskaltzales mostramos, ha conseguido, por el contrario, resultados muy positivos. En efecto, a pesar de que desde el inicio de la escolarización en el modelo D de la escuela pública nos han intentado negar los recursos que por derecho nos corresponden, las comunidades escolares de nuestras escuelas públicas vascas nos han proporcionado las mejores condiciones para desarrollar con calidad la enseñanza. Y, tal y como anteriormente hemos mencionado, prueba tajante de ello son los buenos efectos que en nuestro alumnado se constatan a nivel oficial. El modelo D de la escuela pública garantiza la alta capacidad para el aprendizaje de lenguas, el pleno desarrollo del espíritu crítico del alumnado, la formación en la igualdad, en la tolerancia, en la solidaridad, en la pluralidad...

Y en la Txantrea, pese a que parezca que el desaliento nos pueda amedrentar, no debemos intimidarnos, ya que sabemos que nuestra oferta suple las posibles carencias. El éxito logrado hasta ahora nos da bríos para avanzar más. Tal y como escribió Pedro de Axular, «La cosa fue más adelante aún; no paró ahí la cosa».

Por ello, ¡sigamos adelante! ¡Qué no decaiga el ánimo de nadie! ¡Cobremos vigor! Nosotros mismos, desde Arturo Kanpion y Axular nos comprometemos a: trabajar para buscar las mejores opciones que posibiliten la apertura del modelo D en la Txantrea y que se garanticen las condiciones efectivas que avalen una escuela pública de calidad.

Ya sabemos que a cada cual lo suyo le parece lo mejor, por eso nosotros, en nuestro caso, os animamos a que os matriculéis en los centros de Arturo Kanpion y Axular.

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