El presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, compareció en el Palacio de la Moncloa para mostrar su «más firme condena» del atentado y manifestar «con toda rotundidad que quienes han participado en este asesinato pronto acabarán siendo detenidos y puestos a disposición de la Justicia para que cumplan rigurosamente la condena que merecen».

Durante su alocución, de poco más de cuatro minutos y sin preguntas, insistió en la idea de que «sabemos con seguridad que ETA está ya vencida por la democracia, está repudiada y aislada por el conjunto de los españoles y por la sociedad vasca. Por eso no tiene otro destino que su desaparición y sus miembros no tienen otro futuro que la cárcel». Algo similar hizo horas después en Arrasate, donde aseveró que «hace tiempo que la democracia ha vencido» y calificó la violencia como «un horror vomitivo».

El mensaje de que ETA está vencida o derrotada ha sido empleado por Rodríguez Zapatero en diversas entrevistas en las últimas semanas, pero ya lo lanzó también el 29 de abril de 2001 en Gasteiz, en un mitin electoral de apoyo a Nicolás Redondo cuando estaba recién firmado el llamado Pacto Antiterrorista y PP y PSOE aspiraban a desbancar a Ibarretxe en Lakua.

Además de expresar su más profundo pesar a la familia de Isaías Carrasco, a sus amigos y a sus compañeros del PSE y UGT, el presidente anunció que «el Gobierno perseguirá con todos los instrumentos del Estado de Derecho a los terroristas, a quienes les prestan apoyo y a quienes avalan y justifican sus acciones, y pondrá toda su deter- minación y todos los medios para seguir perseverando a favor de las vidas y de la libertad de todos los españoles».

En opinión de Rodríguez Zapatero, ETA ha querido «interferir hoy en la pacífica manifestación de la voluntad de los ciudadanos convocados a las urnas. Pero la democracia española ya ha demostrado que no admite retos de quienes se en- frentan a sus principios básicos y a sus valores más esenciales; no los ha admitido en el pasado, no los admite hoy y no los admitirá nunca»

«La democracia española ya ha demostrado que no admite retos de quienes se enfrentan a sus principios básicos y a sus valores más esenciales; no los ha admitido en el pasado, no los admite hoy y no los admitirá nunca», afirmó en la alocución hecha desde La Moncloa.

«Nuevos pasos»

El atentado de ayer coincidió con la publicación de una entrevista con el presidente del Gobierno en los diarios vascos del grupo Vocento cuyo titular era «ETA debe ofrecer hechos irrefutables para que haya nuevos pasos». Se trataba, eso sí, de un titular algo forzado después de que José Luis Rodríguez Zapatero hubiese respondido que no volverá a dialogar con ETA, a la que decía que «sólo tiene una salida: su fin definitivo y para siempre».

Preguntado después por el periodista sobre si «tendría que haber una declaración de abandono de las armas para que el Gobierno diera nuevos pasos», Zapatero responde que «tendría que haber algo más que declaraciones». «¿Gestos?», inquiere el entrevistador. «Hechos irrefutables», contesta el presidente.

En otra entrevista -ésta en «El País»- Rodríguez Zapatero eludía responder a la pregunta sobre los datos de una reciente encuesta publicada por «La Vanguardia» en la que la mayoría sostenía que no hay que excluir el diálogo con ETA si se dan las circunstancias adecuadas. El presidente afirmaba que «es un debate trampa», porque habría que interpretar qué es diálogo, qué es negociación y qué es final dialogado, en un contexto en el que «está todo pervertido por espurios intereses partidistas». Por ello concluía que «la ecuación es fácil de resolver. Si lo dejan [ETA], no hace falta dialogar».

Rajoy: «Saben lo que pienso»

El presidente del PP, Mariano Rajoy, también compareció ante los medios sobre las 15.00 para condenar el atentado y mostrar su solidaridad con la familia y los compañeros de militancia del fallecido. «Todos debemos estar unidos y juntos contra ETA. Todo el mundo sabe lo que yo pienso», afirmó.

Rajoy apuntó que «los culpables de este crimen son los terroristas, los asesinos de ETA y la única opción es la derrota de la banda terrorista con la ley y con los instrumentos del Estado de Derecho, con las FSE y con la insobornable voluntad de los 45 millones de españoles que formamos esta gran nación que se llama España».

«ETA debe perder toda esperanza de conseguir sus objetivos políticos, porque los españoles no lo vamos a consentir», manifestó Zapatero antes de concluir que «la libertad, los derechos de las personas, sus derechos individuales volverán a España, que a nadie le quepa la mas mínima duda. ETA va a ser derrotada, no hay otra posibilidad, no hay otro final».

También el resto de fuerzas políticas del Estado español con representación parlamentaria expresó su condena del atentado y su solidaridad con los familiares y compañeros de Carrasco. Gaspar Llamazares, líder de IU, considera «imprescindible recuperar y fortalecer la unidad de las fuerzas políticas democráticas frente al terrorismo» y «en torno a la gestión del Gobierno».