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Tesoros submarinos

Bucear en cinco paraísos de cinco continentes

Peces de todos los colores y todos los tamaños rodeando tu cuerpo, corales de raras formas que crean idílicos paisajes, corrientes que alteran el ambiente en todos los tonos de azul, sensación de calma y orden que relaja el espíritu...

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Enrique SANCHO

Las emociones y vivencias que parecían reservadas al capitán Nemo o al más moderno Cousteau, están hoy al alcance la mano y de la aleta de miles de aficionados que han hecho del buceo su pasión. Por ejemplo, en el Estado español hay en la actualidad más de 55.000 buceadores federados, pero la cifra de aficionados que practican el buceo es muy superior ya que para hacerlo sólo es necesario realizar un breve curso de seis sesiones, llamado Open Water Diver, y en algunos lugares basta con unas pocas instrucciones antes de la inmersión a poca profundidad. Paralelamente, crecen las academias profesionales de buceo, incluidas muchas de zonas de interior, y las agencias de viajes especializadas que planean estancias junto a los más bellos fondos marinos del mundo y que ofrecen paquetes en los que se incluye el desplazamiento en avión, el alojamiento y todos los elementos necesarios para practicar el submarinismo.

Éste es el caso de Dahab Travel Buceo (www.dahabtravelbuceo.com), que cuenta con 25 años de experiencia en este tipo de viajes, barcos exclusivos en distintos lugares y expertos guías en cada destino con buen conocimiento de la zona.

ASIA (Maldivas)

Las islas Maldivas son consideradas uno de los tres mejores lugares del mundo para bucear. Su fondo marino, un paraíso natural intacto, atrae cada año a buceadores de todo el mundo. Sus espectaculares barreras de coral y su exótica fauna marina resultan sorprendentes. Todo ello con el atractivo de que esos maravillosos fondos están en general muy próximos a las playas, por lo que incluso quienes bucean sólo con tubo y sin bombonas también los pueden disfrutar. Además, las propias islas son un paraíso con buenos resorts y playas, por lo que resultan perfectas hasta para quienes no bucean.

Al suroeste de India y Sri Lanka, estos más de mil atolones (unos doscientos están habitados) están rodeados de uno de los fondos marinos más fascinantes del mundo. El sol del trópico, el agua transparente, las aguas cálidas y las extraordinarias formaciones de corales las hacen parecer un acuario gigante en el que abundan tiburones ballena, mantas rayas, curiosos napoleones, atunes, peces fusilero, mariposa, loro y cirujano, tortugas y un largo etcétera.

La mejor temporada para ir a estas islas es de diciembre a abril, en la estación seca, cuando hace mejor tiempo tanto en tierra como en mar. Pero si la motivación es ver grandes especies marinas como el tiburón ballena y las mantas, mejor ir de agosto a noviembre, cuando la concentración de plancton es mucho mayor. Por lo general, las aguas se mantienen cálidas y con buena visibilidad la mayor parte del año.

ÁFRICA (Mar Rojo)

Le llamaron Rojo, pero bien podría haberse bautizado como verde, rosa, amarillo, azul, naranja... tantos colores como la naturaleza ha derramado en estas aguas en forma de corales, plantas y peces. Se decidieron por el rojo debido a una rara clase de alga flotante, la Trichodesmium erythraeum, que a menudo aparece agrupándose en placas rojas y rosáceas en la superficie del agua, aunque hay media docena más de teorías sobre el origen del nombre. También podrían haberlo llamado Mar Compartido, ya que nueve estados se asoman a sus orillas: Egipto, Israel, Jordania, Sudán, Arabia Saudita, Yemen, Yibuti, Eritrea y Somalia.

Las zonas mejor aprovechadas para el buceo de sus 430.000 km2 son las de Egipto y Jordania, que tiene en Aqaba su única salida al mar y uno de sus principales centros turísticos. Precisamente, es aquí donde se puede disfrutar de uno de los mejores fondos marinos y donde la vida animal y vegetal es más rica. El clima templado de la zona y las suaves corrientes de agua han creado el entorno perfecto para que crezcan corales y se desarrolle una variada vida marina. Se dice que es, incluso, más rica en corales, peces y otros organismos marinos que el propio océano Índico. Se puede nadar junto a grandes tortugas de mar y juguetones delfines que se sumergen en bancos de diminutos peces multicolores.

Los expertos aseguran que hay más de 400 especies distintas de corales, como el coral en rama, el coral fungia y la montipora, además del archelia, una especie poco común en forma de árbol de color negro que sólo se encuentra a grandes profundidades y que fue descubierto por primera vez, cosas de la vida, por el mismísimo rey Hussein. También hay una ingente cantidad de especies entre las que destacan los napoleones, muy característicos de la zona, barracudas y peces cuyos nombres recuerdan otros conceptos: payaso, cocodrilo, trompeta, león, ángel, león, loro, pequeños peces cofre, alguna que otra morena y el temible pez globo o puffer, el cual, al ser molestado se hincha de agua como un globo, de ahí su nombre, aunque erizado de púas; hay que tener cuidado con su boca porque tiene dientes capaces de triturar conchas y corales, así que hay que temer lo haría con un dedo.

La gran variedad de rutas de buceo, así como la posibilidad de combinarlas con visitas culturales a los principales puntos de atracción del antiguo Egipto, han hecho de este país el destino de buceo más importante del Mar Rojo. Dahab, costa arriba de la turística Sharm el Sheikh, con hermosos arrecifes cercanos a sus costas, es otro de los mejores. Con una profundidad de 16 metros, presenta un fondo de lo más variado, con picos de coral, valles, pozones, corredores y anfiteatros sumergidos. Tan impresionante como el coral es el resto de la vida marina. Grandes cardúmenes de barracudas, peces cirujano y toda la variedad de peces de arrecife que se pueda imaginar. El Parque Ras Mohammed puede considerarse un verdadero tesoro submarino: arrecifes con paredes cubiertas densamente por la mayor diversidad de corales que pueda haber, así como barracudas, peces napoleón, peces aguja, meros, morenas, atunes y mucho más.

AMÉRICA (Baja California)

Reconocido recientemente como Patrimonio de la Humanidad, el Mar de Cortés, o Golfo de California, es uno de los grandes destinos de buceo del mundo y también uno de los más desconocidos. Jacques Cousteau lo bautizó como «El acuario del mundo». Este mar se sitúa entre el continente americano y la península de Baja California, larga y estrecha franja de tierra de 1.865 kilómetros de longitud. Es un mar con un ecosistema único en el que se puede encontrar a los grandes habitantes marinos, entre ellos la ballena azul, la orca, el lobo marino, el tiburón ballena, el tiburón martillo y la manta raya, además de un sinfín de especies propias de aguas cálidas.

El territorio de Baja California es un desierto muy poco poblado, rodeado por el mar y tapizado de bosques de cactus espectaculares: cardones, chollas, pitahayas, cirios, bisnagas, garambullos.

El buceo en el Mar de Cortés se realiza en lugares cercanos a la costa de las islas o en mar abierto en los bajos o arrecifes, siendo habituales las inmersiones en mar abierto, con corrientes cuya fuerza varía según los días y condiciones de la mar.

En este rico mar habitan más de 800 especies diferentes de peces, de las cuales más de la mitad residen en arrecifes. Aquí abunda el plancton denso, que atrae a un gran número de ballenas que filtran sus alimentos, mantararrayas gigantes y tiburones ballenas.

Entre los lugares míticos de buceo en la zona de La Paz están Los Islotes, al norte de la isla Partida, en donde habita permanentemente una colonia de lobos marinos. En El Bajo se encuentran habitualmente tiburones martillo y en Isla Cerralvo la manta raya gigante. En el canal de San Lorenzo, la península y el sur de la isla del Espíritu Santo, está el arrecife Swanne y el ferry Salvatierra, hundido en 1976, en el que se pueden ver los restos de los camiones que transportaba entre cardúmenes de peces de especies tropicales. También son muy frecuentes en la zona los encuentros con tiburones ballena.

Bucear y jugar con lobos marinos es una de las mejores experiencias que un submarinista puede guardar en su memoria. Los Islotes, justo al norte de la Isla de Espíritu Santo, son el hogar de una colonia de más de 300 lobos marinos. Es un lugar único en el mundo, ya que se puede bucear junto a ellos y, dependiendo de la época, ver su etapa de apareamiento, alumbramiento o jugar con los pequeños cachorros.

EUROPA (Archipiélago de Malta)

Su posición estratégica en el centro del Mediterráneo ha provocado que el archipiélago de Malta haya sido invadido en numerosas oportunidades y que diferentes civilizaciones hayan dejado numerosas huellas culturales y arquitectónicas. Malta, cuya capital es La Valletta, es la isla más grande y la que posee más atractivos turísticos, con ciudades monumentales, restos prehistóricos y paisajes espectaculares como el de la gruta azul.

Estas islas son uno de los destinos preferidos de los buceadores europeos, que acuden por sus aguas cálidas y transparentes durante todo el año. Hay gran variedad de vida marina, maravillosos paisajes submarinos, con paredes cayendo verticalmente más de 50 metros, cavernas, túneles, arcos espectaculares y antiguos y modernos naufragios. Importantes cardúmenes de peces pequeños y grandes meros, barracudas, variedades no comerciales y, por supuesto, caballitos de mar camuflados con algas adheridas a sus cuerpos.

El naufragio más famoso de Malta y uno de los lugares más populares es el destructor HMS Maori, hundido durante un bombardeo en 1942 y que yace en la bahía de St. Elmo a 14 metros de profundidad. Se puede acceder al puente y entrar por más de un lugar, pero hay que ser cuidadoso por los restos que sobresalen. Por allí es común ver peces escorpión y peces cardenales.

En Anchor Bay, a 150 metros de la bahía, se encuentra, en medio de singulares formaciones, una cueva grande cuyo piso está a 10 metros por encima de un bolsón de aire y donde se puede ver el techo con forma de cúpula. Hay gran cantidad de camarones, estrellas de mar, pulpos, morenas y meros.

OCEANÍA (Barrera de Coral)

Sumergida bajo las cálidas aguas del nordeste australiano, junto a la costa de Queensland, la formación natural conocida como la Gran Barrera de Coral, compuesta por 2.800 arrecifes que cubren una extensión de casi 350.000 kilómetros cuadrados, es la mayor estructura formada por seres vivos, una de las maravillas del planeta y, seguramente, el destino soñado, y muchas veces imposible, de casi todos los buceadores.

La enorme riqueza de vida de estos arrecifes es favorecida por las condiciones climáticas, las corrientes marinas y la amplia plataforma continental, sobre la que emergen más de 900 islas y cayos de coral, desérticas en su mayoría. En las cristalinas aguas que van desde el Trópico de Capricornio hasta la punta del cabo York, en el norte, es posible encontrar más de 400 variedades de coral y otras tantas de moluscos y esponjas, 1.500 especies de peces, 23 de mamíferos marinos, 16 de serpientes y 6 de tortugas. Además de ser una meca para los submarinistas, es un verdadero paraíso para las miles de personas que la visitan anualmente.

La mejor época para bucear, por ser la más seca, es la comprendida entre fines de agosto y principios de diciembre. Sus cálidas aguas tienen una temperatura media de 26 grados. Los hidroaviones son un medio rápido para acceder a los sitios de buceo y contemplar las espectaculares vistas aéreas de los arrecifes.

Las plataformas de recreo que reciben a los visitantes cuentan con facilidades para buceadores, son ideales para practicar snorkel y, para los que no se animan, las embarcaciones con fondos transparentes son una alternativa más que interesante para deslumbrarse con los escenarios y la flora y fauna submarinos.

Entre los mejores lugares para realizar inmersiones se encuentran los restos del Yongala, uno de los naufragios más conocidos del país, situado cerca de Townsville a una profundidad de entre 17 y 35 metros. Además de vistosos corales, abundan meros de gran porte, rayas, tortugas y serpientes marinas y grandes cardúmenes de peces. Para quienes prefieren la adrenalina, el feeding de tiburones en Hungry Jacks, a 15 metros de profundidad, no les defraudará. La diversidad y cantidad de multicolores peces tropicales del arrecife Saxon son un regalo para la vista: peces ángel, mariposa, damiselas y otros. También hay paredes, cuevas y canales tapizados por todo tipo de corales, entre los que nadan tortugas, tiburones de arrecife y compactos cardúmenes de barracudas.

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