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Gloria Rekarte Ex presa política

De dónde venimos

Los tiempos cambian. Con la derecha de hoy, no es como entonces. Con la izquierda, mucho menos. Pero sigue habiendo «rojos» y contra ellos todo vale. Aunque ya no se tumba la voluntad popular ni por su Dios, ni por su patria. Hoy se hace con «mociones éticas»

En una revista local alguien contaba cómo había llegado a descubrir recientemente que el mismo colegio de los Escolapios de Iruñea donde jugó y estudió había sido en aquellos años de horror que siguieron al golpe de estado franquista un centro de detención en manos de los requetés, los más fanáticos de los fascistas del 36, los que asesinaban, torturaban y violaban no sólo por Dios y por la patria, sino por Dios, por la patria y el rey. Setenta años es mucho tiempo, demasiado, pero la memoria que intentan apagar sigue saliendo de bajo las pesadas losas del olvido ayer impuesto y hoy recomendado. Testimonios silenciados que van logrando hacerse voz para contarnos, para hacernos saber. Por suerte. Tarde, sí, demasiado tarde por todos los que ya se han perdido, pero nunca a destiempo.

Requetés, falangistas y franquistas arrancaron la vida de miles de hombres y mujeres, ocultaron sus huesos y enterraron para siempre los sueños de justicia, de derechos, de igualdad; el sueño apenas recién nacido de que un mundo mejor para todos era posible, el sueño más peligroso. Hace tanto tiempo de eso que cuando hoy decimos que otro mundo es posible, pensamos que es algo que acabamos de inventar. Porque además, aunque entonces ninguno de ellos lo sabía y hoy muchos de nosotros nos empeñamos todavía en ignorar, en las cunetas se quedó también gran parte de nuestro futuro. Y tenemos derecho a saberlo y a saber por qué. Venimos de aquellos hombres y mujeres fusilados y también de quienes les asesinaron. Venimos del silencio y el miedo y también de la soberbia, la intransigencia , la crueldad y la impunidad. De la izquierda que mataron y de la derecha que pervivió.

Cierto que con la derecha de hoy, no es como entonces. Por supuesto que no; de hecho requetés y falangistas ya no desfilan a diario. Ya no hay fotos de curas y obispos con el brazo en alto; en todo caso, algún obispo con tricornio pidiendo el voto para la Falange, pero seguro lo hizo para que su historial de «paseados» y fusilados cristianice lo que otros descristianizan. En cuanto a los requetés deben de estar bien tranquilos porque el rey que no tuvieron con la dictadura a la que ayudaron a asentarse, lo tuvieron con la democracia. Claro que no solo lo tienen los requetés. Pero mañana, 14 de abril, algún acto folklórico y nada susceptible de ser reivindicativo llevará a partidos democráticos a ondear banderas tricolores y recordar la república. ¿Por qué no? es una fecha histórica. Como la caída de Roma y así.

Setenta años son muchos años; los tiempos cambian. Con la derecha de hoy, no es como entonces. Con la izquierda, mucho menos. Pero sigue habiendo «rojos» y contra ellos, hoy y ayer, todo vale. Aunque ya no se tumba la voluntad popular ni por su Dios, ni por su patria. Hoy se hace con «mociones éticas». Y con el gesto desinteresado y generoso de alcanzar así las alcaldías que el pueblo no les dio.

Venimos, y lo sufrimos, de 70 años de continuidad y de impunidad de la derecha y de 30 de servilismo de una izquierda que no ha sabido serlo. Y ya es un poco tarde para que pueda aprender.

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