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Las cartas de despido y la obligación de informar

Joseba ITURRIA

El martes estuvo marcado por las informaciones de GARA y la entrega de la carta de despido a Larrañaga, Urbieta y Sanjuan, firmada por Badiola y dos consejeros que no se molestaron en informarse de las justificaciones dadas para presentarlas como despidos procedentes. En lugar de buscar acuerdos para que el despido salga más barato, se les ha tenido dos meses en una situación muy difícil y se les presenta una carta con argumentos que en un juicio son fácilmente rebatibles por el fútbol guipuzcoano. La Real perderá también en los juzgados con Iriarte, Larrañaga, Urbieta y Sanjuan; con un coste superior al que habría asumido si paga lo establecido o con un acuerdo que ahora parece imposible. Cuando uno se siente humillado y difamado prefiere ir ante un juez para que le dé la razón. No sólo es malo para la Real el daño económico, tampoco ayudará a que vengan buenos entrenadores si piensan que, si no se van gratis cuando el presidente quiere cambiar, éste evita abonar lo que corresponde y les desprestigia. GARA ya adelantó que Badiola contactó con Emery para que fuera entrenador para la próxima temporada y que éste puso la condición de venir con Benito, su amigo y director deportivo en Almería. Con el paso del tiempo parece seguro que Benito seguirá en Almería y Emery tiene muchas dudas de venir, como parece tenerlas Cagigao.

Badiola debe eliminar todas las dudas. Y no porque haya estudiado distintas posibilidades legales extraordinarias, que no quiere decir que sean las que proponga a la Junta. Quizás ni la vaya a convocar tras el revuelo del martes, pero si lo hace probablemente planteará una medida extraordinaria. Por eso es necesario que aclare aspectos muy importantes como la procedencia y las condiciones de los dos millones llegados desde Estados Unidos y dé información sobre su empresa, porque basó su proyecto en su supuesta capacidad para traer grandes jugadores y 16,5 millones anuales. Badiola debe informar a los accionistas y también lo debemos hacer los periodistas.

Éste por lo menos lo hará, intentando siempre que sus informaciones sean lo más alejadas de las fechas de los partidos. Por eso el martes daremos otra información importante. Porque debemos informarles para que, si hay una Junta el 17 de junio, decidan lo mejor para el club. Xabier Isasa escribía en un artículo que cabe suscribir al 90% el mérito de los futbolistas de casa «pese a la mala influencia de periodistas que exigen tranquilidad, pero incendian la realidad con sus informaciones». Palabra ésta que evidencia que él tiene claro que no son mentiras. Pero el pirómano no es el que informa de un incendio, sino el que lo provoca. Si este periodista publicara todas las informaciones que tiene los jugadores estarían entre llamas todos los días y no piensa hacerlo. Es difícil que un periodista guarde tanta información y que evite darla cerca de los partidos de la Real en Anoeta para ayudar a los jugadores. Ni que evite detalles que les afecten y les obligarían a responder ante la prensa todos los días. Tampoco los jugadores, los más autorizados para decir quién les influye bien o mal, compartirán esa afirmación. ¿Un presidente dice que convocará el 17 de junio una Junta en la que se espera que plantee algo extraordinario y no cabe informar a los accionistas de nada hasta que acabe la Liga dos días antes?

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