La conmemoración del Primero de Mayo en Euskal Herria llega en un momento en el que la desaceleración económica está condicionando el futuro inmediato de las reivindicaciones de los trabajadores, ya que las administraciones públicas están actuando en apoyo de los empresarios y de los especuladores financieros.

Como siempre, la receta de los empresarios y de los dirigentes de organismos económicos influyentes se dirige a que los trabajadores pierdan derechos laborales y, sobre todo, que no exijan salarios más justos, para que ellos puedan mantener los ritmos tan elevados de beneficios empresariales, que en 2007 superaron el 38,1%, según los datos del Banco de España.

Alta precariedad

En Araba, Bizkaia, Gipuzkoa y Nafarroa, la tasa de temporalidad duplica a la existente en el conjunto de la Unión Europea; nueve de cada diez contratos que se firman son precarios; los trabajadores temporales perciben salarios un 40% inferiores a los de los fijos, aunque en el caso de las mujeres es mayor la discriminación porque, en muchos casos, cobran menos de la mitad que los hombres. El 90% de los contratados temporales no obtienen salarios superiores a los mil euros mes. Al mismo tiempo, se establecen dobles y triples escalas salariales para quienes entran por primera vez en la empresa. En torno a medio millón de trabajadores perciben salarios por debajo del umbral de la pobreza, que para Euskal Herria está calculado en torno a los 1.030 euros al mes.

Euskal Herriko Bilgune Feminista presentó ayer un documento, que repartirán hoy en las diferentes manifestaciones, para terminar con la precariedad que sufren las mujeres en el mercado de trabajo y la sociedad. El documento, «Prekarietateari aurre eginez. Emakumeok gure eskubideen alde borrokan», es el resultado de una reflexión de más de un año y medio, según explicaron Maider Goikoetxea e Izaskun Guarrotxena, y que fija un conjunto de premisas para avanzar hacia «la dignidad socioeconómica de las mujeres». En cuatro apartados, Euskal Herriko Bilgune Feminista reclama «derecho al trabajo, a tener ingresos mínimos, a la vivienda y a garantizar los derechos sociales».

Recontextualizar conceptos

Guarrotxena sostiene que «se debe recontextualizar el concepto de trabajo. Es necesario profundizar en la articulación de las relaciones de clase y de género, nos lleva a situar el concepto del trabajo en una dimensión más amplia que el trabajo remunerado. Es imprescindible recontextualizar el concepto de trabajo desde un punto de vista feminista». También exigen que se introduzca el trabajo doméstico en la contabilidad, lo mismo que reclaman que la salud laboral se aplique desde una perspectiva de género.

La portavoz de esta organización feminista, sin embargo, puso el acento en la necesidad de que sean reconocidos «los derechos laborales que permitan la incorporación de la mujer al mercado laboral en igualdad de oportunidades». Lo que significa para Euskal Herriko Bilgune Feminista «que no existan salarios por debajo del umbral de la pobreza, que no haya discriminación salarial de género, que se tipifique con sanciones el acoso sexual, que se mejoren las medidas para la maternidad, que se establezca la jornada laboral de 35 horas y, entre otros hechos, que se normalice la contratación a jornada completa».

Guarrotxena y Goikoetxea reconocieron que estas medidas para erradicar la precariedad entre las mujeres «es una herramienta que posibilite la alianza entre las mujeres y la creación de nuevos mecanismos de lucha creativos» y expresaron que «queremos que sea una herramienta de lucha ideológica, con la que desarrollemos un trabajo de concienciación que transforme lo individual en colectivo y que visualice el problema social que la discriminación supone».

Indicaron, además, que «la lucha contra la precarizaicón de la sociedad y, concretamente, la lucha contra la precariedad que padecemos las mujeres, es una lucha de carácter estructural y político, que se ve agudizada por la negación y no reconocimiento como pueblo y la división administrativa que sufre Euskal Herria». Por ello, demandaron «una realidad donde se garantice la liberación de la mujeres, donde los derechos que nos corresponden estén reconocidos y se puedan desarrollar. Se nos debe esta realidad y seguiremos luchando».

Respuesta juvenil

La organización juvenil Segi llamó a participar en el primero de Mayo junto a LAB, en Iruñea y Baiona, para denunciar la precariedad laboral que los gobiernos del PNV, PSOE, UPN y UMP, éste en el estado francés, «están imponiendo a los jóvenes». En este caso, Segi afirma que «los jóvenes no estamos preparados para estar otros treinta años aplastados por estos gobiernos poltroneros, que sólo obtienen beneficios a costa de la sangre y del sudor de los jóvenes». La organización hace un llamamiento a los jóvenes vascos a «hacer frente al capitalismo».

Gazte Komunistak señala, ante la fecha del Primero de Mayo, que «aprovechamos esta histórica fecha para llevar las reivindicaciones a la calle, con una crítica radical al actual sistema capitalista que mantiene a la mayoría de la población mundial en condiciones de pobreza extrema» y aseguraron que «la precariedad nos mata».