Con unas pocas reivindicaciones genéricas, un año mas pasó con más pena que gloria el día de los trabajadores. Lo peor es que no se perciben cambios en los sindicatos; quizás debido «a la falta de recambio, al blindaje de ciertas cúpulas o la abdicación de su función social en beneficio de servidumbres políticas...», escribía un analista.

Francia es el país europeo con menor nivel de afiliación sindical de sus trabajadores (9%). A pesar de ello, sus sindicatos son de los mas activos, movilizándose a favor de cualquier sector (estudiantes, taxistas, bomberos, músicos, trabajadoras a domicilio...) en donde exista el riesgo de pérdida de empleo o amenaza de recortes sociales por parte de la patronal o del Gobierno.

Siendo segundo y tercer PIB europeos, su SMI es el doble que el nuestro y los productos de primera necesidad como vivienda (más bajo) y alimentación están casi a la par. Sus ciudadanos disfrutan de unos servicios sociales (guarderías, dentista...), pensiones dignas, ayudas a familias, vivienda social asequible, etcétera que a las familias jóvenes les suponen un ahorro importante cada mes y a los mayores la liberación de no tener que servir como abuelos canguro, dar hospedaje a hijos solteros y separados o atender como enfermeros a dependientes y psicópatas, tal y como ocurre en nuestro país.

Madres que han contribuido durante 25 años a educar hijos para integrarlos en la sociedad productiva; que han liberado a su ex marido de tareas domésticas y crianza de hijos para que colaborase en crear riqueza para el país... ¿cómo pueden pagarles 328 euros al mes? Han contribuido durante 25 años y ahora les invitan a mendigar en los servicios sociales para conseguir un complemento coyuntural a su pensión «no contributiva», para poder sobrevivir en un país que es octava potencia económica del planeta. Algo inédito en el mundo desarrollado... y todos callan.

«Zapatero da un portazo a Ibarretxe y éste no teme y desea echarle un pulso con la consulta». Por favor, no más follaje. Pedimos tregua; un inciso histórico para ajustar y poner al día lo que debemos pagar de más en impuestos para recibir las pensiones, servicios estructurales (no cheques ni desgravaciones), SMI, coberturas sociales y prestaciones que se corresponden con nuestro nivel de riqueza. Después sigan con su política, que muchos desconectaremos para siempre.

Ganando cada uno 60.000 euros al año, un trabajador paga a Hacienda 27.000 de IRPF y un rentista 10.700 (18% fijo). Si además bajan el impuesto de sociedades, derogan el de patrimonio y tenemos el fraude fiscal más alto de Europa ¿quienes cargan con la cruz tributaria en nuestro país?

Abogados, dentistas, médicos privados, naturópatas, psiquiatras... Si los billetes de 500 euros caducaran cada año como los ajos, para emplearlos en hacernos mas europeos, no se hubiesen incrementado un 80% en un año los suicidios en Gipuzkoa, ni las muertes en accidentes laborales. Siendo la comunidad con el PIB mas alto de Europa y que ocupa la cola en gasto social.

No quieren el dinero de los ricos. El resultado de ésta justeza en lo social e injusticia en lo fiscal es el incremento de la brecha social. Entremedio, un foso de dolor y muerte como efecto colateral de una codicia desmedida que nos impide alcanzar la normalización social y la paz... y todos callan.