Desde que Aznar logró aglutinar toda la derecha española bajo la amplia sombra de su escaso bigote, Sarkozy no ha dejado de intentar algo similar con la UMP de Chirac. Porque un partido que reuniere bajo las mismas siglas al centro, a la derecha y a la derecha extrema podría aspirar a gobernar per secula seculorum. Pero, al contrario que en España, la derecha neogaullista francesa siempre ha evitado ir de la mano de los ultras, y viceversa. Por tanto, allí donde Sarkozy podía rascar era en el centro, en la UDF. Pero ahí también topó con la ambición de un profesor de Historia que se cree la reencarnación de Enrique IV.

A falta de partido monolítico, el actual presidente se la jugó a ambos. Con un discurso extremo, próximo al de Le Pen, se ganó el voto anti inmigrante, homófobo y patriota. Y con diplomacia económica provocó una escisión en el centro, en el momento en el que Bayrou se recreaba en sí mismo reflotando la UDF en forma de MoDem. Ahora, los 22 diputados que crearon el Nuevo Centro en oposición al jefe, van a anunciar una nueva denominación como signo de que lo suyo no es una pataleta y que no tienen la intención de volver a rendir cuentas al soberano, que ya tienen emperador. El nombre que acaban de crear es Solide, sólido en francés, aunque lo verdaderamente francés reside en que la nueva denominación es en realidad un acrónimo de solidario, liberal y demócrata. Toda una imagen para un partido que nació de una fuga y que quiere solidificarse para poder perpetuarse en el tablero político galo. Pero tan cerca está del calor de Sarkozy que deberá cuidarse de no sublimar, de pasar directamente del sólido al vapor y perderse en las nubes de la UMP.

Ahora que la mayoría de las fuerzas francesas de la derecha tienden hacia el mismo punto centralizador, seguramente la envidia de antaño es inversa. Ahora que la esperanza desespera a Rajoy y que los santos y las santas se le revuelven en las ondas y en las ponencias, ahora, seguro que Mariano mira con celos al primo francés. Ya podían evaporárseme a mí mis sólidos, pensará el bueno del jefe del PP. Que le pregunte a su primo físico por la sublimación, a lo peor le da una solución.