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TERCER CASO POSITIVO EN EL TOUR

El ciclismo recibe otro duro golpe con el positivo de Riccardo Riccó

El «nuevo kilómetro cero» del ciclismo no ha sido tal. Con sólo medio Tour disputado, ya son tres los casos de positivo. El último se conocía ayer mismo y es, de lejos, el que mayor repercusión está teniendo, no en vano afecta a una de las estrellas de esta edición, Riccardo Riccó. El corredor de Saunier Duval -equipo que abandonó la prueba y suspende su actividad de forma provisional- dio positivo por EPO en el control al que se sometió en la cuarta etapa.

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Amaia U. LASAGABASTER | DONOSTIA

«Estoy seguro de que no se repetirá lo que sucedió el año pasado». Así se expresaba Christian Prudhomme pocos días antes de que comenzara el Tour, convencido de que se encontraba ante un nuevo «kilómetro cero» para el ciclismo.

Dos semanas después, es evidente que el director de la ronda francesa se equivocó de cabo a rabo. Ya son tres los casos de positivo: Manuel Beltrán, Moisés Dueñas y Riccardo Riccó. El último y, sin duda, el que más repercusión está teniendo, no en vano se trata del corredor que lideraba las clasificaciones de la montaña y de los jóvenes, había ganado dos etapas y llevaba camino de convertirse en el gran animador de la carrera.

El positivo por EPO del italiano -correspondiente a la cuarta etapa- se hacía público apenas media hora antes de que comenzase la carrera. El corredor, al menos, se libró del habitual despliegue policial, más propio de la detención de un asesino en serie; los gendarmes aguardaron a que se desplazase hasta el autobús del equipo, antes de llevárselo a comisaría.

La consecuencia fue inmediata y doble porque no sólo se saldó con la retirada de Riccó, sino también con la de su propio equipo, que cesó toda su actividad. Aunque, como sucediera anteriormente con Liquigas y Barloworld, la organización del Tour permitió a Saunier Duval seguir en carrera por haber expulsado inmediatamente al ciclista, Joxean Fernández Matxin explicó que «no podemos seguir como si nada hubiera pasado. Nos vamos por respeto a la imagen del equipo, al ciclismo, al Tour y al propio corredor». Y es que no se trata de un ciclista «cualquiera; es un corredor importante, es nuestra imagen y no podemos salir como si tal cosa». Matxin explicó asimismo que Riccó se mostró «hundido» nada más conocer la noticia. «Sorprendido, abatido... Se ha hundido y no ha dicho nada, no podía ni hablar».

El director vizcaino adelantó también la «suspensión provisional» de actividades del equipo, que se confirmaría después en un comunicado oficial. «La dirección ha decidido por iniciativa propia abandonar la prueba para no dañar más la imagen de nuestros patrocinadores y del propio Tour, dada la trascendencia del ciclista afectado, que desde este momento queda suspendido. Asimismo, se toma la decisión de suspender la actividad competitiva del equipo hasta que se aclaren las circunstancias del suceso que lamentamos profundamente», concluía la nota de Saunier Duval.

«Una buena noticia»

Los organizadores del Tour, por su parte, ofrecieron una rueda de prensa tras la conclusión de la etapa, en la que aseguraron que la carrera «ganará la partida». «Parece una paradoja, pero es una buena noticia -añadió Patrice Clerc, presidente de ASO-. Demuestra que, en nuestro país, se lucha eficazmente contra el dopaje». «La eficacia de nuestros controles -aseguró, por su parte, Christian Prudhomme- deberían hacer reflexionar a aquellos que no lo han hecho todavía».

Las reacciones a la noticia llegaron desde todos los ámbitos. En la mayoría quedó patente la tristeza por lo sucedido pero también, una vez más, la falta de solidaridad de buena parte del colectivo ciclista. «No me supone ninguna sorpresa -aseguraba Kim Kirchen, excorredor de un T-Mobile eternamente implicado en escándalos de dopaje-. Sus prestaciones eran increíbles». Nada más sospechoso que ganar, al parecer. También para David Millar. «Cuando se ven actuaciones increíbles, es porque no son ciertas. Está bien que se hayan deshecho de él», aseguró el británico, olvidando, quizá, la sanción que cumplió por consumo de EPO.

En una línea totalmente diferente, hubo quien se limitó a felicitarse por el funcionamiento de los controles antidoping o quien se mostró cauto y apostó por aguardar al resultado del contraanálisis. Es el caso de Franco Ballerini que recordó que Riccardo Riccó tiene, de forma natural, una tasa de hematocrito elevada, algo que le creó muchos problemas en su época de aficionado y confió en que no se trate más que de un error. «De lo contrario, no tendría palabras», aseguró el seleccionador italiano.

EPO de tercera generación

No es descartable y, de hecho, Riccó y su equipo ya han solicitado el contraanálisis. Sin embargo, y a la espera de que sea confirmado por la Agencia Francesa Antidopaje, encargada de los controles en el Tour, todo parece indicar que el italiano habría dado positivo con EPO de tercera generación.

Se trata de la «Mircera», un producto administrado a enfermos con graves insuficiencias renales y que estimula la producción de la eritropoietina. «En el pelotón se cree que es indetectable -asegura el profesor Frans Delbeke, del laboratorio de Gante- y algunos se han aventurado a utilizarlo. Pero es que un laboratorio no va a prevenir a los corredores de sus avances, no?». Delbeke explicó que esta EPO de tercera generación se diferencia de las anteriores «en que no se detecta en la orina hasta tres días después de haber sido tomada, y en que se toma cada quince días, mientras la EPO «clásica» debía tomarse cada dos días».

Noche en comisaría

Sería la misma sustancia detectada en la orina de Manuel Beltrán y Moisés Dueñas. El corredor salmantino quedó ayer en libertad, tras haber confesado que se dopaba, según explicó el fiscal encargado de su caso.

Al igual que sucediera anteriormente con Dueñas, Riccó también pasó la noche de ayer declarando en la comisaría. Agentes de la gendarmería, además, registraron su habitación de hotel, así como el autobús de Saunier Duval.

El intento de Oroz no pudo evitar la tercera victoria de Cavendish

El maillot verde sigue en las espaldas de Óscar Freire, pero el velocista de este Tour es Mark Cavendish. El británico sumó ayer su tercera victoria de etapa y lo hizo con una superioridad que no deja lugar a dudas: a sus 22 años es, con permiso del ausente Daniele Bennati, el sprinter del momento.

No fue el único protagonista de los 168 kilómetros entre Lavelanet y Narbonne, que bien podían haber acabado con, por fin, un corredor euskaldun en el podio. Pese al varapalo sufrido en las etapas pirenaicas, Euskaltel-Euskadi mantiene sus objetivos. Y también el ánimo, como demostró ayer Juanjo Oroz, capaz de saltar del pelotón y enganchar con cabeza de carrera, cuando la fuga del día ya parecía consolidada.

La componían, hasta ese momento, Arnaud Gérard (Francaise) y Samuël Dumoulin (Cofidis), dispuesto a repetir el éxito de Nantes. Ambos se marchaban en el kilómetro 36 y, aunque llegaron a sobrepasar los tres minutos de ventaja, Juanjo Oroz se atrevió a saltar en su busca ochenta kilómetros después. Y les atrapó, pero para entonces el pelotón ya tenía claro cómo debía acabar la jornada, con lo que a diez kilómetros de meta, acababa por tumbar la fuga para ceder el protagonismo a los galgos.

«Poco a poco voy cogiendo la medida a la carrera -explicaba Oroz, debutante en el Tour, una vez en Narbonne-. Sabía que era un día complicado, los equipos con velocistas han mostrado mucho interés por controlar la etapa, pero había que intentarlo. Ha hecho mucho viento y nunca sabes qué puede ocurrir. Para ser el primer Tour en el que participo, ir haciendo estas cosas me viene bien, voy cogiendo confianza en mis posibilidades. Aún faltan bastantes etapas y trataremos de repetir la actuación con mejor suerte», concluyó el navarro.

A.U.L.

HEMATOCRITO

Riccardo Riccó tuvo problemas en su época de aficionado por su alta tasa de hematocrito que, según se comprobó después, originaba de forma natural. Todo parece indicar, sin embargo, que en esta ocasión se debe a la utilización de EPO.

DESOLADOS

Pietro Algeri, director de Saunier Duval, personificó la desolación del equipo, que de momento cesa en su actividad. «No tengo moral ni para hablar con Riccó, esto es catastrófico, muy duro -aseguró-. Esto me resulta incomprensible, no sé si dejar este trabajo».

MAILLOTS

Los maillots de la montaña y de los jóvenes, pasan ahora a manos de Lang y Nibali, respectivamente. Valverde y Efimkin, por su parte, constarán como ganadores en Super Besse y Bagneres de Bigorre, en las que habían logrado la segunda plaza.

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