El Ejército israelí mató ayer en Hebrón, Cisjordania, a un importante miliciano de las Brigadas Ezzedine al Qassam, Shihab al Natsheh. La operación comenzó con un importante intercambio de disparos que dejó heridos entre los soldados y policías encargados de llevarla a cabo, según fuentes israelíes. El Ejército acordonó el edificio donde se atrincheraron los miembros del brazo armado de Hamas. De acuerdo con fuentes palestinas, se negaron a rendirse y siguieron disparando.

Las tropas israelíes utilizaron entonces explosivos y una excavadora blindada de grandes dimensiones para demoler el edificio con Natsheh y otras dos personas dentro. Poco después, detuvieron al miliciano Wal Bital y al miembro de Hamas Abe Abú Aisha.

El Ejército, además, bloqueó todos los accesos a Hebrón para evitar que cualquier persona entrara o saliera de la ciudad.

Las Brigadas Ezzedine al Qassam prometieron vengar la muerte de al Natsheh, a quien acusaban de «planear» el atentado kamikaze del 4 de febrero en un centro comercial de Dimona, en el que murió una mujer y hubo diez heridos.

«Nuestra respuesta será rápida y dolorosa», aseguraron en un comunicado.

«Muestra de la degradación»

Por su parte, un portavoz de Hamas, Fawzi Barhoum, subrayó que esta muerte no garantiza la seguridad de las «fuerzas de ocupación». Asimismo, emplazó a los miembros del movimiento islámico y de las Brigadas en Cisjordania a golpear a Israel «por todos los medios y formas de resistencia».

Remarcó que esta acción «refleja el nivel de degradación humana y moral alcanzado por la ocupación en su actitud hacia el pueblo palestino».

Por contra, el primer ministro israelí, Ehud Olmert, elogió la operación. «Naturalmente, no voy a entrar en detalles, pero voy a decir que ha sido una operación muy exitosa», destacó.

Por otra parte, varias personas resultaron heridas en la noche del sábado al domingo en Gaza en enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad de Hamas y el Ejército del Islam.

Testigos oyeron intercambio de disparos y el ruido de explosiones. Un médico del principal hospital de Gaza indicó que, al menos, seis personas tuvieron que ser atendidas. Los enfrentamientos se prolongaron durante varias horas.

El sábado, Hamas lanzó una vasta operación que se saldó con más de 300 detenidos, la mayoría miembros de al Fatah, por el atentado del viernes que costó la vida a siete personas, entre ellas una niña.

En respuesta a estas detenciones, al Fatah arrestó a 34 miembros de Hamas en Jenin y Tulkarm (Cisjordania).

Los últimos hechos han despertado el temor de la población palestina a un resurgimiento de la violencia entre Hamas y al Fatah, que para Abu Adel, de 65 años, «sólo daña a los palestinos, no a Israel». «Pido a Dios que la situación se calme antes de que tengamos más muertos», subrayó.