La salida de vacaciones, que comenzó ayer de madrugada, provocó grandes colapsos en la autovía A-63, con retenciones de hasta quince kilómetros. Durante algunos momentos las colas llegaron a ser de hasta veinte kilómetros en determinados tramos. La densidad más alta de circulación se registró entre Baiona y Biriatu, en sentido a Irun, a pesar de que las autoridades habían recomendado evitar tomar esta vía rápida.

En Gipuzkoa se tomaron medidas para aligerar el tráfico de la A-8, que cruza el herrialde, y para ello desviaban los vehículos hacia la carretera N-I. La circulación a la altura de Pasaia en la autopista A-8 acusaba escasa fluidez y tráfico lento.

Ya por la tarde, un camión y un monovolumen colisionaron en la N-I, a la altura de Lasarte, y se originaron retenciones que alcanzaron los seis kilómetros en sentido Gasteiz.

El siniestro, en el que no se registraron heridos, se produjo minutos antes de las 18.00 y obligó a cortar un carril, lo que originó colas kilométricas durante varias horas.

Trágico balance en Nafarroa

Por otro lado, Javier Caballero, consejero de Presidencia, Justicia e Interior del Gobierno de Nafarroa, dio a conocer ayer el balance de siniestros en las carreteras navarras en lo que va de año. Según informó, treinta personas han fallecido desde enero, lo que rompe la trayectoria positiva de los últimos años.

Según este balance oficial, hay un aumento del número de fallecidos respecto al mismo periodo del año anterior. Concretamente, en la primera mitad de 2007 se registraron cuatro fallecidos menos, pero el mes de julio ha dejado una cifra de siete muertes (otras fuentes apuntan que son diez).

Caballero indicó que estos datos merecen «una reflexión», aunque aseguró que «la actuación del Gobierno de Nafarroa es limitada, por lo que incidió en la «responsabilidad» de los propios usuarios de las carreteras de Nafarroa.